Alberto Fujimori: 6 momentos que marcaron su presidencia y la historia reciente de Perú
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El fallecimiento de Alberto Fujimori pone fin a un capítulo en la historia del Perú.
El controvertido exmandatario murió este miércoles a los 86 años, según lo informó su hija Keiko.
Con su partida, se despide una de las personalidades más importantes de la historia reciente de Perú. Asimismo, ha sido una de las más debatidas y divisivas.
Existen peruanos que lo respetan como líder por establecer estabilidad en la economía nacional y vencer a la violenta insurgencia maoísta de Sendero Luminoso.
Hay quienes lo aborrecen por ser un líder autoritario que deterioró las instituciones del país y, bajo su mando, se llevaron a cabo serias violaciones de los derechos humanos.
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De cualquier manera, son pocos los que cuestionan el papel central que tuvo este ingeniero agrónomo de origen japonés, quien de manera sorpresiva asumió la presidencia de la República en 1990. Aún durante su prolongada estancia en prisión, su influencia continuó marcando el rumbo de un país que, hasta el día de hoy, sigue dividido entre partidarios y opositores de Fujimori.
Una familia, liderada por su hija Keiko, y una agrupación política, el fujimorismo, continúan siendo algunas de las influencias más fuertes en la sociedad peruana. Además, siguen presentes las secuelas en las víctimas de los delitos por los cuales se le impuso una condena, cicatrices que resultan muy difíciles de sanar.
Un análisis de su trayectoria ayuda a comprender su legado y la razón por la que tanto sus seguidores como sus detractores tardarán tanto en hacerle el olvido.
Un Triunfo Electoral Sorpresivo
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El 10 de junio de 1990, Alberto Fujimori generó asombro al vencer, contra todas las expectativas, al autor Mario Vargas Llosa en las elecciones de Perú.
Fujimori, hasta ese momento un ingeniero agrónomo poco reconocido que había ascendido al cargo de rector de la Universidad Agraria, logró introducirse en la segunda vuelta electoral como candidato de un movimiento que llamó Cambio 90.
Vargas Llosa era el principal candidato, pero Fujimori sorprendió a todos y en la segunda vuelta obtuvo un contundente 62% de los votos.
Las iniciativas de reforma económica y las extensas privatizaciones que Vargas Llosa proponía para recuperar una economía en profunda crisis asustaron a numerosos votantes, lo que permitió que Fujimori, quien había realizado una campaña con propuestas imprecisas y un enfoque populista, alcanzara la presidencia.
Es probable que pocos peruanos en ese momento pensaran que aquel candidato, a quien en las calles muchos comenzaron a apodar "el chino", se convertiría en el principal actor de la vida política del país por varios años.
La Política Del "fujishock" En Perú
Fujimori asumió el gobierno de un país enfrentado a una profunda crisis económica y una hiperinflación que erosionaba los ingresos de las familias.
Los costos en los mercados de Perú aumentaban continuamente y el gobierno parecía no poder estabilizarlos ni organizar las finanzas.
Fujimori optó por implementar una rigurosa política de ajuste, la cual se conocería como el "fujishock". Esta estrategia conllevó la eliminación de una gran parte de los subsidios gubernamentales, la privatización en gran escala de empresas estatales y otras contundentes medidas de liberalización.
El encargado de informar al país fue el entonces primer ministro, Juan Hurtado Miller.
En una transmisión televisiva el 7 de agosto de 1990, proclamó las decisiones más difíciles y concluyó su discurso con una frase que aún perdura en la memoria de los peruanos que experimentaron esos años difíciles: "Que Dios nos asista".
El Autogolpe De 1992 En Perú
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El 5 de abril de 1992, el presidente Fujimori comunicó por televisión su decisión de disolver el Congreso, llevar a cabo una "reestructuración" del sistema judicial y establecer un "gobierno provisional de emergencia y reconstrucción nacional".
Poco tiempo después, miembros de las fuerzas armadas peruanas asumían el control de las principales instituciones del gobierno.
El acontecimiento quedó registrado en la historia como el autogolpe de 1992.
Fujimori defendió su decisión, la cual fue en su mayoría criticada a nivel internacional, argumentando que la actitud "obstruccionista" del Congreso impedía implementar las acciones esenciales para corregir la economía del país y combatir a Sendero Luminoso, un grupo armado que se había transformado en un enorme reto para la autoridad del Estado.
Durante esos momentos de alta tensión, miembros de las fuerzas armadas retuvieron por un corto periodo al periodista Gustavo Gorriti y al empresario Samuel Dyer.
Fujimori fue declarado culpable años más tarde por los dos secuestros.
La Detención De Abimael Guzmán
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El 12 de septiembre de 1992, efectivos de la policía peruana arrestaron en una vivienda del distrito limeño de Surquillo a Abimael Guzmán, el máximo líder de Sendero Luminoso, junto con otros altos mandos de la organización.
La intervención policial marcó el comienzo del ocaso de un grupo criminal que había provocado miles de muertes en el país y se había transformado en la mayor inquietud para el gobierno.
Las capturas, que posteriormente resultaron en la eliminación casi completa de la guerrilla maoísta y en la conclusión del "conflicto armado interno", se mostraron como un logro del gobierno.
La significativa mejora de la economía contribuyó a elevar la popularidad de Fujimori y a respaldar el giro autoritario de su administración.
Sin embargo, el triunfo sobre Sendero también tuvo sus sombras.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación registró múltiples delitos y transgresiones a los derechos humanos llevados a cabo por las fuerzas estatales.
Fujimori fue juzgado y sentenciado en 2009 por las masacres de Barrios Altos y La Cantuta, donde el grupo paramilitar denominado Grupo Colina eliminó a 25 individuos a quienes consideraban posibles colaboradores de Sendero Luminoso.
Curiosamente, Abimael Guzmán también falleció un 11 de septiembre, aunque en el año 2021.
El Ataque A La Casa Del Embajador Japonés
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El 17 de diciembre de 1996, un conjunto de individuos armados de la organización de extrema izquierda Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) asaltó un evento oficial en la residencia del embajador japonés en Lima, secuestrando a los asistentes, entre los cuales se encontraban varios diplomáticos, autoridades y hasta familiares del propio Fujimori.
Los captores solicitaban una modificación en la política económica del gobierno y el traslado de todos los detenidos de la organización a la selva central del Perú.
Fujimori rechazó las demandas del MRTA, pero propuso una solución pacífica a cambio de que los secuestradores entregaran sus armas y liberaran a los rehenes.
La crisis llevó a Perú a ser el foco de la atención global, y el secuestro dominó los noticieros durante varias semanas.
Finalmente, el 22 de abril de 1997, más de cuatro meses después, agentes de las fuerzas especiales del ejército peruano llevaron a cabo una sorpresiva incursión en la embajada, poniendo fin al secuestro en una operación conocida como Chavín de Huántar.
En el asalto, fallecieron todos los secuestradores, un rehén y dos militares. Este hecho fue mostrado como un triunfo, lo que fortaleció la imagen de Fujimori como un líder firme y decisivo.
El éxito aparente se vio afectado cuando comenzaron a aparecer acusaciones de que las fuerzas armadas habían llevado a cabo ejecuciones sumarísimas de insurgentes emerretistas que ya habían sido sometidos. En 2015, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado peruano por violar el derecho a la vida de uno de estos individuos.
Los "vladivideos" Y El Ocaso De Fujimori
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Las circunstancias comenzaron a complicarse repentinamente para Fujimori en el año 2000.
En septiembre de ese año, un gran escándalo de corrupción puso fin de manera abrupta a su mandato presidencial.
Vladimiro Montesinos, quien controlaba los sistemas secretos de la seguridad del Estado para Fujimori, fue captado en unos vídeos que se hicieron públicos, donde se le ve entregando sobres con elevadas sumas de dinero en efectivo a políticos, empresarios y otras figuras destacadas.
El mismo Montesinos había registrado los videos que utilizó para garantizar la fidelidad de los sobornados al gobierno de Fujimori.
Con el paso del tiempo, se descubrió que existían numerosas grabaciones que involucraban a legisladores y a jefes de medios de comunicación.
El escándalo de los "vladivideos" generó un aumento en la indignación hacia el gobierno.
Montesinos escapó al extranjero y, poco tiempo después, Fujimori aprovechó una escala en Tokio durante un viaje internacional para enviar un fax desde allí anunciando su renuncia a la presidencia. Esta acción inusual fue interpretada por muchos como un reflejo de su miedo a enfrentar un proceso judicial.
El Congreso no la aprobó y decidió, en su lugar, destituirlo a través del procedimiento de vacancia por incapacidad moral permanente.
Montesinos fue arrestado en Venezuela y posteriormente enviado a Perú, donde continúa cumpliendo pena por sus crímenes.
Fujimori pasó varios años en el extranjero ignorando las solicitudes de los tribunales peruanos hasta que fue capturado en Chile en 2007.
Después de ser extraditado a Perú por las autoridades de Chile, fue sentenciado y liberado de prisión en diciembre del año pasado, cuando el Tribunal Constitucional ratificó la legitimidad del controvertido indulto otorgado en 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski.
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