Muere Alberto Fujimori, el controvertido expresidente de Perú que polarizó al país durante décadas y estuvo en prisión por violaciones a los derechos

Alberto Fujimori

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El exmandatario peruano Alberto Fujimori falleció este miércoles a los 86 años de edad.

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Su hija Keiko lo anunció a través de la red X:

"Tras una prolongada lucha contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, ha partido para reunirse con el Señor. Solicitamos a aquellos que lo querían que nos acompañen con una oración por el descanso eterno de su alma. ¡Gracias por tanto, papá!"

Pocas personalidades en la historia del Perú han generado tanta división en la nación como Alberto Fujimori.

Presidente de 1990 a 2000, su imagen continuó siendo objeto de controversia en Perú incluso años después de dejar el cargo debido a un escándalo de corrupción.

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Fujimori seguía influyendo en la política peruana debido a los fallidos intentos de su hija Keiko por alcanzar la presidencia, así como a la controversia que surgió en diciembre de 2023 tras su liberación de la prisión donde cumplía una sentencia por violaciones a los derechos humanos.

Para sus seguidores, rescató a la nación de un doble peligro: la insurgencia y la crisis económica. En cambio, para sus críticos, se convirtió en un líder autoritario que utilizó las instituciones democráticas del país para aferrarse al poder.

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Los detractores no pasan por alto los crímenes que llevaron a Fujimori a la cárcel, señalado por haber dado la orden para que un escuadrón de la muerte llamado Grupo Colina llevara a cabo dos masacres en las que perdieron la vida 25 individuos.

El primer evento se llevó a cabo en 1991 en el barrio de Barrios Altos, en Lima, y el segundo se desarrolló en 1992 en la Universidad de La Cantuta, también en la misma ciudad.

Asimismo, fue sentenciado por su implicación en los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, ocurridos ambos en 1992.

Se trató de la primera ocasión en que un exlíder constitucional de América Latina fue juzgado y condenado en su propio país por delitos de lesa humanidad.

Sin embargo, antes de asumir la presidencia, no había nada en la trayectoria de Fujimori que sugiriera que se convertiría en una figura capaz de transformar radicalmente al país.

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Nació el 28 de julio de 1938 en Lima, ciudad a la que sus padres arribaron desde la población japonesa de Kawachi.

Desde pequeño asistió a escuelas públicas en la capital y en 1960 se recibió como ingeniero agrónomo logrando el mejor promedio de su clase.

Además, obtuvo una maestría en matemáticas y se dedicó a la enseñanza en la educación superior.

Conocido como "el chino" debido a sus características orientales, contrajo matrimonio en 1974 con Susana Higuchi, quien también era de ascendencia japonesa. Se separaron en 1996 y juntos tuvieron cuatro hijos: Keiko Sofía, Hiro Alberto, Sachi Marcela y Kenji Gerardo.

Higuchi, quien murió en 2021, terminó separándose de Fujimori y se transformó en una de las voces que criticaban sus administraciones.

Al incursionar en la política, Fujimori logró capitalizar la crisis de los partidos tradicionales y emergió del anonimato tan solo unas semanas antes de las elecciones presidenciales de 1990, donde triunfó al vencer en la segunda vuelta al escritor Mario Vargas Llosa, quien en la actualidad es laureado con el Premio Nobel de Literatura.

Sin embargo, desde sus rápidos inicios en la política, Fujimori siempre estuvo rodeado de polémica.

El país que recibió estaba en una situación de bancarrota tanto económica como social, sufriendo una inflación anual del 7.000% y enfrentando la acción de los grupos armados Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).

Después de asumir su primer mandato presidencial en julio de 1990, implementó un riguroso programa contra la inflación, denominado "fujishock", lo que generó malestar entre los sindicatos y el Congreso.

Tras la retirada del respaldo del Parlamento, empezó a gobernar mediante decretos y el 5 de abril de 1992 llevó a cabo un autogolpe de Estado con la colaboración del ejército, disolviendo el Congreso e interviniendo en el Poder Judicial.

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En septiembre de ese año, fue detenido el jefe del grupo maoísta Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, quien curiosamente también falleció un 11 de septiembre (de 2021).

La batalla contra la violencia de Sendero Luminoso y el MRTA se convirtió en el mensaje central de Fujimori, quien logró aprovechar su logro para obtener una victoria contundente en las elecciones de 1995.

Después del contundente respaldo que recibió Fujimori por parte de la población peruana, especialmente de los sectores más humildes, y ante la apatía de la comunidad internacional, la relación entre Fujimori y las Fuerzas Armadas se fortaleció. Al mismo tiempo, surgieron numerosas quejas de distintos sectores de la sociedad respecto al establecimiento de un régimen cívico-militar.

Numerosos analistas ajenos al gobierno empezaron a señalar la presencia de una influencia oculta tras el poder establecido, donde los servicios de inteligencia y su polémico líder, Vladimiro Montesinos, desempeñaban un papel central.

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En diciembre de 1996, se produjo uno de los eventos más memorables de la época de Fujimori: la ocupación de la residencia del embajador japonés en Lima por el grupo MRTA.

Setenta y dos individuos estuvieron en calidad de rehenes durante 126 días, periodo en el que Fujimori se negó a ceder ante las demandas de los insurgentes.

El secuestro concluyó con la misión militar "Chavín de Huántar", comandada por Fujimori, la cual logró liberar a los rehenes, aunque lamentablemente uno de ellos perdió la vida. También fallecieron 14 integrantes del MRTA y dos miembros del equipo de rescate.

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El Tercer Mandato Y La Huida

Aunque la Constitución vigente en ese momento —promulgada en 1993 tras la disolución del Congreso— establecía que un mismo presidente solo podía ejercer dos mandatos consecutivos, Fujimori se presentó a las elecciones de 2000 argumentando que esta regla había sido implementada durante su primer periodo, lo que hacía que su nueva candidatura se considerara su primera reelección.

La Organización de Estados Americanos (OEA) manifestó su inquietud después de la primera vuelta de las elecciones y reiteró sus reservas en la segunda ronda.

El candidato Alejandro Toledo, que había obtenido el segundo lugar en la primera ronda con el 40% de los votos, optó por no participar en la segunda vuelta al considerarla un fraude.

Fujimori fue reelegido el 28 de mayo de 2000 sin oponentes y sin supervisores.

Sin embargo, al final, el escándalo de corrupción liderado por Montesinos, quien en ese momento era el jefe del Servicio de Inteligencia y la mano derecha del presidente, junto con las consecuencias de una severa crisis económica, fueron las causas que llevaron a Fujimori a escapar de Perú en el año 2000.

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Solo un mes y medio después de asumir por tercera ocasión, se hizo público un video en el que Montesinos aparece entregando dinero a un legislador de la oposición, lo que provocó un enorme escándalo.

A pesar de haber ordenado la disolución del Servicio de Inteligencia, Fujimori se vio forzado a convocar a nuevas elecciones solo unos días después, para el 8 de abril.

La caída de Montesinos también desencadenó una crisis política que situó al partido de Fujimori, Perú 2000, en una situación de minoría en el Congreso.

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Fujimori utilizó un permiso concedido por el Congreso para asistir a cumbres presidenciales en Brunéi y Panamá, y posteriormente se trasladó a Japón.

Desde ese lugar, el 19 de noviembre de 2000, declaró su renuncia como presidente, lo que llevó a la pronta renuncia de todos sus ministros.

El Congreso rechazó aceptar su renuncia y lo destituyó por "incapacidad moral permanente". Posteriormente, el parlamentario Valentín Paniagua asumió el cargo, convocó a nuevas elecciones y en julio de 2001 entregó el poder a Alejandro Toledo.

A la vez, el gobierno japonés otorgó a Fujimori la ciudadanía japonesa, lo que le permitió residir en Japón y evitar su extradición.

A pesar de una orden de arresto emitida por Interpol y de las peticiones de extradición por crímenes de lesa humanidad y corrupción solicitadas por Perú, Fujimori declaró su deseo de postularse nuevamente a la presidencia.

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En febrero de 2005, el Tribunal Constitucional se manifestó en contra de esta solicitud debido a que estaba en curso la inhabilitación de diez años que le había impuesto el Congreso.

Fujimori actualizó su cédula de identidad como ciudadano peruano en julio y en septiembre logró obtener su pasaporte, expresando su intención de regresar a Perú y participar en las elecciones de 2006.

En noviembre, causó asombro internacional al llegar a Santiago de Chile y comunicar que se quedaría en la ciudad por un tiempo.

Poco tiempo después, la policía chilena lo arrestó a solicitud del gobierno de Perú. Así comenzó el trámite de extradición, y regresó a Perú en 2007.

El 7 de abril de 2009, Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel en Lima.

Sin embargo, unos años más tarde, en la nochebuena de 2017, y sin haber cumplido ni la mitad de su pena, obtuvo un indulto humanitario del entonces presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK).

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El indulto provocó manifestaciones en todo el país y muchos críticos lo interpretaron como parte de un pacto en el cual, tres días antes, PPK había logrado evitar su destitución por parte del Congreso gracias a la abstención de un grupo de parlamentarios encabezados por Kenji Fujimori, el hijo del exmandatario.

Tres meses después del indulto, se dieron a conocer unos videos que ilustraban el presunto intento de adquirir esas abstenciones que, momentáneamente, protegieron a PPK de ser destituido.

Dos días después de salir de prisión, en un video filmado desde la cama de un hospital, Fujimori declaró: "Soy consciente de que parte de los resultados de mi gobierno fueron valorados positivamente. Sin embargo, también reconozco que decepcioné a otros ciudadanos. A ellos les ofrezco mis más sinceras disculpas".

El 4 de enero de 2018, Fujimori salió del hospital y se mudó a su vivienda en La Molina, un barrio de alto nivel socioeconómico en Lima.

Sin embargo, en octubre de ese mismo año, el Tribunal Supremo de Perú revocó el indulto otorgado al exmandatario y dispuso su regreso a la cárcel.

La decisión de la Corte afirmó que los crímenes por los cuales fue condenado "[…] son considerados crímenes de lesa humanidad de acuerdo con el Derecho Penal Internacional". Esta clasificación implica que no se pueden otorgar amnistías o indultos. Además, se señaló que las acciones para evitar la destitución de PPK "tenían como finalidad obtener un indulto por motivos humanitarios para el condenado Alberto Fujimori", entre otras justificaciones.

Por último, en enero de 2019, el exmandatario regresó a prisión para continuar cumpliendo su sentencia. También le quedaban procesos legales por resolver.

A comienzos de 2018, mientras se beneficiaba de su liberación, se inició un nuevo proceso judicial en su contra, así como contra otras personas, por los presuntos homicidios de seis agricultores que fueron arrestados por el grupo Colina en 1992, en el caso conocido como "Pativilca".

Asimismo, en marzo de 2021, tras casi dos décadas de indagaciones, la Fiscalía peruana llevó ante el Poder Judicial una denuncia penal contra Fujimori, tres de sus exministros y varios otros individuos, por la presunta esterilización forzada de más de 1,300 mujeres indígenas.

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Cientos de mujeres peruanas han informado que fueron sometidas a esterilizaciones forzadas o bajo engaños y amenazas en la década de 1990, en el marco de un programa gubernamental de planificación familiar destinado a luchar contra la pobreza durante la administración de Fujimori.

Según datos proporcionados por el Ministerio de Salud de Perú, entre 1996 y 2001 se esterilizaron a más de 270.000 mujeres y 22.000 hombres, en su mayoría pertenecientes a comunidades indígenas quechuas y a familias de escasos recursos económicos.

El gobierno de Perú indicó que las intervenciones quirúrgicas se llevaron a cabo con la aprobación de los pacientes.

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A pesar de estar encarcelado, Fujimori continuó siendo un tema de controversia.

El elevado gasto de su encarcelamiento en el penal Barbadillo, ubicado en Ate, donde era el único prisionero, provocó constantes críticas de quienes creían que disfrutaba de un trato privilegiado. Ante esto, el gobierno de Pedro Castillo propuso la posibilidad de moverlo a una prisión ordinaria.

Por otro lado, su familia y sus seguidores siempre fueron contrarios a esa decisión y pidieron su liberación por razones de salud.

Finalmente, el Tribunal Constitucional del Perú decidió el 5 de diciembre de 2023 que el indulto concedido por Kuczynski era legítimo y ordenó la liberación de Fujimori.

La decisión generó un intenso debate ya que desestimó los dictámenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, Fujimori dejó la prisión y volvió a su hogar.

Unos meses más tarde, en julio de 2024, su hija, Keiko, reveló que Fujimori tenía la intención de postularse nuevamente a la presidencia de Perú. El mismo Fujimori comunicó en una carta al diario El Comercio su anhelo de "retomar la labor en beneficio de todos los peruanos".

El fallecimiento le ha obstaculizado alcanzar ese objetivo.

Fujimori, admirado por algunos y rechazado por otros, dejó un legado que genera tanto dudas como defensas. Hasta sus últimos días, logró conservar un grupo de seguidores del fujimorismo, un movimiento liderado por sus hijos Keiko y Kenji.

Ambos han ocupado cargos como congresistas, y Keiko ha intentado acceder a la presidencia en tres ocasiones, aunque sin lograrlo. Sus fracasos se interpretan como resultado del "antifujimorismo", una de las corrientes políticas más relevantes del país, que aglutina el rechazo hacia el legado del exmandatario y la trayectoria de su hija.

El fallecimiento de Alberto no detendrá la influencia del apellido Fujimori en la política peruana.

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