Box en Netflix: Katie Taylor y Amanda Serrano vuelven a hacer historia
Katie Taylor Y Amanda Serrano, Otra Vez En El Ring
Las intensas rivalidades son fundamentales en el boxeo. Sin embargo, Taylor y Serrano, que se enfrentarán por el título de campeona este viernes en Netflix, lo abordan de una manera diferente.
Remy Tumin reportó el primer enfrentamiento entre Amanda Serrano y Katie Taylor que tuvo lugar en el Madison Square Garden en 2022.
15 de noviembre de 2024.
Cuando Katie Taylor venció a Amanda Serrano en el Madison Square Garden hace dos años, en lo que se proclamó como el combate más importante de la historia del boxeo femenino, las demandas de una revancha comenzaron antes de que el sudor y la sangre tuvieran la oportunidad de secarse.
Se había creado una nueva competencia. Tanto los seguidores como los especialistas anhelaban más acción. Sin embargo, las provocaciones que suelen caracterizar al boxeo brillaron por su ausencia en gran medida.
Esto ocurrió en abril de 2022. La noche del viernes, Taylor y Serrano tendrán finalmente su revancha en un escenario mucho más amplio, Netflix, y con nombres aún más destacados: Mike Tyson y Jake Paul.
No obstante, las expresiones provocativas han sido limitadas, al menos en lo que se refiere a Taylor y Serrano.
“Sin duda, esto es un tema de negocios, tengo un profundo respeto por todas mis competidoras”, declaró Serrano, de 36 años, en una reciente entrevista. “Valoro a cualquier mujer que se dedique a este deporte, que entre al ring y aguante golpes en la cara. Este deporte implica un gran esfuerzo”.
“Nos tenemos un gran respeto entre nosotros”, comentó Taylor, de 38 años, “ya que soy consciente del coraje que se necesita para subir al ring”.
Las intensas rivalidades son fundamentales en el mundo del boxeo. El desprecio recíproco crea una narrativa en torno a los combates que los organizadores y los medios de comunicación nutren y promueven.
Sin embargo, Taylor y Serrano, que luchan por el campeonato de peso superligero, no son boxeadoras comunes.
Ambas evitan los focos de atención, a pesar de haber sido arrastradas por la intensa campaña publicitaria que rodea la pelea entre Tyson y Paul. Se comenta que Taylor y Serrano podrían recibir una remuneración de siete cifras, lo que las convertiría en protagonistas de la pelea de boxeo femenino mejor pagada de la historia, solo superada por su enfrentamiento en 2022 en el Madison Square Garden, que se vendió completamente. En esa ocasión, Taylor se llevó la victoria por decisión dividida y cada una obtuvo alrededor de un millón de dólares. (Los promotores no quisieron hacer comentarios sobre el premio de su revancha).
En vez de montar un espectáculo circense, Taylor y Serrano confían en la excelencia de sus capacidades para captar la atención hacia su disciplina deportiva, además del respaldo económico de Most Valuable Promotions, la compañía de Paul, que está a cargo de la organización del enfrentamiento en el AT&T Stadium de Arlington, Texas, hogar de los Dallas Cowboys.
En diversos aspectos, Taylor y Serrano dan validez al evento principal. Son consideradas dos de las mejores boxeadoras del mundo en la categoría libra por libra, y disputarán su combate justo antes de que Paul, una destacada figura infantil que ha evolucionado en una influyente personalidad de las redes sociales, se enfrente a Tyson, un antiguo campeón mundial indiscutible de 58 años.
Taylor, procedente de Irlanda, llega al evento como la campeona indiscutible en la categoría de peso superligero, ostentando un récord de 23 victorias y 1 derrota. Por su parte, Serrano, que se crió en Puerto Rico y Brooklyn, aparece en el cuadrilátero con un historial de 47 triunfos, 2 derrotas y 1 empate, así como 31 nocauts.
"Taylor y Serrano representan una contienda significativa, aunque no son el enfrentamiento estelar", comentó Malissa Smith, autora de The Promise of Women’s Boxing. Al recordar su primer combate, Smith indicó que "se promocionó como el mejor enfrentamiento, no como una rivalidad problemática".
Serrano, al igual que muchas féminas en el mundo del boxeo, comenzó recibiendo salarios modestos de tres y cuatro dígitos. En su juventud, Taylor se hizo pasar por un chico para poder participar en competiciones de boxeo amateur, ya que las mujeres no podían competir.
Jaime Schultz, docente de kinesiología en Penn State, señaló que desde los años 2010, las deportistas han adoptado dos conceptos que parecen opuestos: por un lado, que son competidoras intensas en sus respectivas disciplinas y, al mismo tiempo, se comprometen a fomentar el deporte femenino en su conjunto.
"En el deporte femenino existe una especie de espíritu de camaradería: si vamos a progresar, estamos unidas en esto, independientemente de que nos llevemos bien o mal", comentó Schultz.
Sin embargo, el concepto de una intensa rivalidad deportiva entre mujeres desafía estereotipos sexistas profundamente arraigados, afirmó Anne Tjonndal, docente de Sociología del deporte en la Universidad Nord de Noruega y ex campeona de boxeo en la categoría de peso ligero.
“Desde luego se les permite rivalizar y competir, pero se espera que lo hagan con mayor cordialidad”, afirmó Tjonndal, quien además señaló que las mujeres “reciben una mayor cantidad de críticas negativas”.
"Continúa sin resultar muy atractivo para las boxeadoras asumir este tipo de rol", comentó.
Por otro lado, Tjonndal sostuvo que sería conveniente replantear el tema de la competencia en el deporte femenino: “¿No es positivo que existan boxeadoras profesionales que generen ingresos y capten la atención sin recurrir a este tipo de historias infantiles?”, expresó.
Sin embargo, para las boxeadoras, en ocasiones no hay alternativas. Cultivar una rivalidad es parte del oficio de Claressa Shields, de 29 años, quien ha logrado dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos y ha conseguido numerosos títulos, incluyendo el de la categoría de peso pesado.
“Debo promover las luchas y llenar las butacas, además de asegurarme de que sean realmente emocionantes”, comentó. “Sin embargo, lo más importante es que sea divertido”.
Al momento de anunciar un combate, comentó: "A nadie le interesa presenciar una pelea en la que dos mujeres se estén abrazando y besando durante una conferencia de prensa".
En lugar de eso, comentó: "Son dos chicas que realmente no se llevan bien, que se desafían mutuamente y que provienen de dos extremos del planeta. A la gente le fascina descubrir que hay un trasfondo. Esto siempre intensifica el conflicto".
Laila Ali, de 46 años y descendiente del legendario Muhammad Ali, adoptó una estrategia parecida durante su tiempo como boxeadora. Ella comentó que la rivalidad es algo inherente, especialmente cuando se trata del legado familiar. Una de sus principales oponentes fue Jacqui Frazier, hija del excampeón de los pesos pesados Joe Frazier, quien es conocido por su histórica competencia con el icónico Ali.
"Es lo que convierte al deporte en algo entretenido, es lo que nos impulsa como seres humanos", comentó Ali, y agregó que nunca tuvo una actitud amistosa con sus rivales, incluyendo a Jacqui Frazier. "Eso no va conmigo. No seré tu amiga porque estoy intentando derrotarte."
Según Ali, la competencia en el boxeo femenino está más relacionada con la disponibilidad de recursos que con las presiones sociales. Cuanto más se invierta en el boxeo femenino, se generarán más rivalidades, afirmó.
"Eso es lo que verdaderamente genera la competencia", comentó. "Cuando hay dos individuos que se perciben como iguales, cada uno con un estilo diferente, y ofrecen un espectáculo impresionante que deja a todos con la sensación de que ambos han triunfado y desean volver a presenciarlo, eso es lo que eleva las rivalidades a su máximo nivel".
Remy Tumin es periodista del Times y se encarga de cubrir noticias de última hora, así como otros temas de interés. Para saber más sobre Remy Tumin.