Las memorias de Angela Merkel: del día que Putin la aterrorizó con su perro a su relación con Trump

3 hora atrás
Angela Merkel

El encuentro entre Angela Merkel, Vladimir Putin y su mascota.

La ex canciller alemana Angela Merkel relata en sus memorias un momento en el que, durante un encuentro, el presidente ruso Vladimir Putin liberó a su perro, a pesar de ser consciente de que ella tenía miedo de esos animales. “Demostró al público, en otro nivel, cómo quería enviar mensajes”, afirma en su texto.

“Desde la primera ocasión en que lo conocí como canciller, en enero de 2006, supe que tenía temor a los perros, ya que a principios de 1995, en la región de Uckermark, uno lo mordió”, revela Merkel en su autobiografía “Libertad”, que se publicará el próximo martes y de la cual el diario La Repubblica difundió algunos fragmentos este sábado.

La exministra de Relaciones Exteriores indicó que sus representantes diplomáticos habían comunicado al equipo del presidente ruso su preferencia por no contar con perros durante las reuniones entre ambos.

“En 2006, en Moscú, atendió nuestra solicitud, aunque no pudo resistirse a un pequeño juego: en efecto, me trajo un obsequio particular, un enorme peluche en forma de perro, y al entregármelo me aseguró que ese no mordía”, recordó la ex presidenta.

No obstante, las circunstancias se transformaron un año después, en 2007, cuando Merkel tuvo la oportunidad de conocer personalmente al labrador del presidente ruso, Koni, durante una reunión en su casa en Sochi.

"Cuando Putin y yo posábamos para los fotógrafos sentados en los sillones antes de la reunión, intenté desentenderme del animal que se movía a mi alrededor. La expresión en el rostro de Putin me dejaba claro (al menos a mí) que le resultaba entretenida la situación", confiesa.

Merkel afirma que esa acción era un intento del presidente ruso de "enviar mensajes" al mundo: "Putin demostró al público, a un nivel diferente, cómo planeaba comunicar sus intenciones, incluso utilizando a su labrador negro, Koni, que a menudo lo acompañaba cuando recibía a visitantes extranjeros", sostiene.

“¿Solo quería observar la reacción de alguien en dificultades? ¿Acaso era una muestra de control? Yo simplemente me dije a mí misma que debía mantenerme serena, enfocarme en los reporteros, todo pasará. Al finalizar la reunión, no mencioné el asunto con Putin y, como es habitual en mí, seguí la máxima de la aristocracia británica: ‘Nunca dar explicaciones, nunca quejarse’”, relata la política en sus memorias.

La política, quien fue canciller de Alemania de 2005 a 2021 y una figura clave en la política europea durante ese tiempo, revela que el mandatario ruso le insinuó en 2006, hace casi veinte años, sus deseos de mantenerse en el poder de forma indefinida.

Recuerda específicamente un instante que vivió junto a Putin en un automóvil rumbo a un aeropuerto en Siberia en abril de 2006, después de un foro empresarial, cuando este le comentó que la Constitución rusa permitía la reelección después de dos períodos si el candidato "se tomaba un descanso".

El mensaje que capté de las breves declaraciones de Putin aquel día primaveral en Siberia, mientras nos dirigíamos hacia un aeropuerto, no dejaba lugar a dudas: "Recuerda que yo seguiré en la escena, a pesar de que el próximo año, tras completar dos mandatos, cederé el puesto a un sucesor, tal como establece la Constitución. Regresaré, será solo un interludio", interpretó Merkel de su conversación con el presidente ruso (en 2008, su mano derecha, Dmitri Medvédev, asumiría el cargo hasta 2012, cuando Putin retornó al poder).

De igual manera, la alemana recuerda que Putin solía ver la disolución de la Unión Soviética como "la más grande tragedia geopolítica del siglo XX" y que en aquel entonces ya expresaba su descontento por los sistemas de defensa de Estados Unidos en Polonia y la República Checa.

Merkel manifestó su "tristeza" por el retorno de Donald Trump al poder y recordó que cada encuentro con él se convirtió en "una lucha: tú o yo". En una entrevista con el semanal alemán Der Spiegel, publicada este viernes, Merkel señaló que Trump "representa un reto para el mundo, sobre todo para el multilateralismo".

"Lo que nos aguarda a continuación no será sencillo", comentó, pues "este presidente está a cargo de la economía más robusta del planeta", que tiene al dólar como su moneda principal.

Merkel, quien estuvo al frente de Alemania durante 16 años hasta finales de 2021, colaboró con cuatro presidentes de Estados Unidos, incluyendo a Trump en su primer mandato. Este período lo calificó como el más conflictivo en las relaciones entre ambas naciones durante su gestión.

La ex canciller recordó en la entrevista un momento específico que tuvo lugar en marzo de 2017, durante su primer encuentro con Trump en la Casa Blanca. En una imagen que circuló ampliamente, los fotógrafos solicitaban insistentemente un apretón de manos, y Merkel se atrevió a preguntarle a Trump de manera sutil: "¿Le gustaría estrecharme la mano?". El entonces presidente electo de Estados Unidos, con las manos entrelazadas, se quedó mirando al frente sin darle una respuesta.

“Traté de incentivarlo a que estrechara la mano para los fotógrafos, ya que creí que, de forma constructiva, tal vez no se había dado cuenta de que deseaban capturar esa imagen”, comentó Merkel. “Sin embargo, su rechazo fue, sin duda, algo deliberado”.

A pesar de que en otras ocasiones durante la visita ambos se dieron la mano, Merkel subrayó que esos gestos reflejaban la naturaleza de su relación.

Al ser preguntada sobre cómo debería interactuar un canciller alemán con Trump, Merkel mencionó que el ex presidente tiene una gran curiosidad y tiende a buscar información específica, “pero únicamente para aprovecharla a su favor, hallando argumentos que lo empoderen a él y debiliten a los demás”.

"La cantidad de personas presentes en el salón afecta su motivación para triunfar", comentó. "No se puede dialogar con él. Cada encuentro se convierte en una lucha: eres tú o soy yo".

Las memorias también explican cómo la necesidad de enfrentarse a líderes con puntos de vista totalmente contrarios llevó a Merkel a buscar consejos poco habituales. Durante una visita al Vaticano en 2017, se reunió con el papa Francisco para preguntar cómo manejar diferencias esenciales con personalidades influyentes, sin revelar identidades concretas. Según lo que escribió en ‘Freiheit’, el pontífice le sugirió que buscara un balance entre la adaptabilidad y la determinación: “Ceder, ceder, ceder, pero con la precaución de no quebrarse”.

(Con datos de AP/EFE)

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