Crítica de discos de Marcelo Contreras: Billie Eilish cumple con su presente, Incubus y Keane brillan en su pasado
Últimamente, llama la atención la respuesta de los expertos en música, que suelen ser hombres mayores, ante los nuevos lanzamientos de las estrellas femeninas. En el caso de Taylor Swift, la emoción inicial de los críticos superó incluso a la de sus fans. Parece que se retrasa el análisis honesto en un intento de evitar críticas negativas.
El más reciente álbum de Billie Eilish ha sido aclamado como su mejor trabajo hasta ahora, pero en realidad la cantante ya ha mostrado sus habilidades antes. El disco fue producido, como siempre, por su hermano Finneas, y se mueve en terrenos electrónicos minimalistas, a menudo oscuros y con un aire sensual. A través de letras ingeniosas, Eilish comparte su visión intensa del amor y reflexiona sobre temas recurrentes como la imagen corporal. Hit me hard and soft destaca por su estilo original y su estética única, pero también puede generar cierta inquietud porque todas las canciones parecen tener un patrón similar: la voz susurrante sobre un ambiente tranquilo.
Existen algunas variaciones en el álbum, tales como la ruptura power ballad de "The Greatest", el synth pop de "Birds of a feather", y el soul de "L'amour de ma vie", que culmina de manera forzada en una torsión bailable. Es interesante como siempre, pero no tan impresionante como lo han elogiado.
En 2001, Mike Einziger, el guitarrista de Incubus, tachó al mundo del rap-metal de patéticamente ridículo en una entrevista con la revista Spin. En aquel entonces, su cuarto álbum, "Morning View", fue un gran éxito en un género que se desvanecía rápidamente debido a la presencia de bandas como Limp Bizkit y otros imitadores.
Sin lugar a dudas, en una clasificación apresurada se puede afirmar que formaban parte del mismo grupo musical. Sin embargo, también se podía apreciar que contaban con antecedentes de mayor flexibilidad musical, especialmente por parte del cantante Brandon Boyd, quien era propenso a interpretar melodías más que a hacer gruñidos. Además, las letras sugerentes que entonaba eran mucho más sofisticadas que las típicas expresiones de la frustración adolescente.
El álbum Morning View confirmó que Incubus tenía habilidades sobresalientes en cuanto a versatilidad, lo que le valió ser etiquetado como soft rock. La banda ha decidido regrabar ese álbum, siguiendo fielmente las líneas originales. Las canciones ganan en amplitud y refinamiento, y las interpretaciones son más maduras. El sonido se distingue de la versión original porque es menos agresivo, y en su lugar, la banda opta por un enfoque sólido y directo en el que todos los instrumentos se sitúan al mismo nivel. Este nuevo enfoque se percibe en canciones como Circles y Have You Ever. Aunque no suena tan apremiante como el original, se siente como una obra firme y actualizada.
Hace dos décadas, Keane se hizo presente con Hopes and fears, un debut que se tornó uno de los más triunfantes en la historia del pop británico. Esto ocurrió en un momento en que las bandas experimentaban con ensambles reducidos a un par de instrumentos, lo que se manifiesta en The White Stripes, The Black Keys y Yeah yeah yeahs. Producido por Tim Rice-Oxley en el piano y sintetizadores acolchados, Richard Hughes en la batería y la voz angelical de Tom Chaplin, Keane generó un álbum perdurable en el tiempo, con éxitos inolvidables como Everybody’s changing, Somewhere only we know y This is the last time.
Las suaves y tristes melodías vocales junto con el sonido cristalino del teclado mantienen su brillo intemporal, demostrando que el soft rock sigue siendo una categoría sólida, aunque quizás no muy nombrada. Este lanzamiento conmemorativo cuenta con un segundo disco que incluye rarezas y canciones que siguen la misma línea del álbum original, que aunque puede resultar un poco plano, no deja de ser una delicia auditiva. El tercer disco contiene maquetas de las principales canciones, así como otras adiciones como She has no time y Sunshine. Estas maquetas nos permiten apreciar cómo una canción se va desarrollando y evolucionando, desde su esqueleto inicial hasta convertirse en una producción de estudio completa y llena de vida.
