Vinicius no es Mandela, pero...
Desde Valencia se sigue defendiendo que lo sucedido el año pasado con Vinicius Jr. en Mestalla no tiene nada que ver con el racismo. Pero en realidad, hay que admitir que un gran número de aficionados del Valencia que hacen el gesto del mono o insultan a un rival por su color de piel, es un acto de racismo indudable. Aunque es cierto que no se puede juzgar a toda una afición por culpa de unos pocos, lo importante es ponerse de acuerdo en cuántos de estos actos son considerados aún "unos pocos" y cuántos son suficientes para considerarlo un problema serio.
Es fundamental recordar nuestro origen para examinar lo que sucedió el fin de semana. Por un lado, tenemos a una afición, casi una comunidad, ofendida por las acusaciones. También por considerar que hay un elemento "falso" o "fabricado" en torno a toda la controversia. Además, se sienten directamente agredidos por un jugador que carece de buen comportamiento en el campo, algo que no tiene nada que ver con su identidad como hombre negro, pero sirve como incentivo para insultos y comentarios racistas de todo tipo. Es importante reconocer que estos comportamientos se repitieron durante el partido del sábado, en mayor o menor grado, independientemente de cuántos de ellos ocurrieran o cuán graves parecieran.
Durante este tiempo hemos sido testigos de varios incidentes, como el altercado entre una madre y otra mujer que filmaba al hijo de la primera mientras lo llamaba "mono" a Vinicius Jr. Hablaremos más tarde de cómo el fútbol puede desenmascarar a padres y madres incapacitados para educar a niños. También pudimos ver la burla generalizada por parte de un aficionado disfrazado de plátano. Afortunadamente, no lo arrojaron al campo cuando el delantero del Real Madrid pasó por su lado, aunque seguro que algunos lo pensaron. No importa que Vinicius Jr. se enfrente a la grada con frecuencia o que levante el puño en un gesto cinematográfico, pensado para adornar un futuro documental sobre su lucha. A pesar de que para algunos esto sea importante, en realidad no lo es. Tampoco es culpa de Vinicius Jr. que Peter Federico recibiera cientos de miles de mensajes con tintes racistas en sus redes sociales a menos que alguien crea que la culpa del racismo siempre recae en la persona negra. Esto ya sea la persona directamente insultada o aquellos asociados a ellos.
El inicio de cualquier discusión es problemático cuando no se condena la recurrente ofensa que Vinicius Jr. recibe en diferentes campos de España, no solo en Mestalla. Esto se debe a que algunos piensan que el brasileño no es Martin Luther King, ni siquiera Tommy Smith o John Carlos. A pesar de esto, nada cambiaría si lo fuera, ya que los racistas siempre se sentirán legitimados para actuar de esta manera sin importar las consideraciones éticas, morales y la historia. La credibilidad de los acosadores es cuestionable, ya que piden a la víctima que responda de una manera ejemplar: que no tome días de descanso, que dedique su vida entera a la lucha y que no denuncie el racismo que él mismo sufre mientras no denuncia el que afecta a los demás. A pesar de que Vinicius Jr. no será nunca como Mandela, esto no importa: un racista seguirá siendo racista.
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