Día Internacional de la Paz: Mientras haya hambre, no tendremos paz
"La paz y la seguridad alimentaria están intrínsecamente relacionadas. Es un hecho que donde hay desnutrición, surgen conflictos; y donde hay conflictos, es casi inevitable que también haya desnutrición", afirma María Gallar Sanchez, responsable de comunicación del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en América Latina y el Caribe. Con motivo del Día Internacional de la Paz, tuvimos la oportunidad de dialogar con ella para entender mejor cómo el PMA contribuye a la resolución y mitigación de conflictos mediante su labor. Esta agencia de la ONU, que combate el hambre en todo el mundo, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2020.
PMA fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su labor en la lucha contra el hambre, su aportación para mejorar la paz en regiones afectadas por conflictos y su papel como impulsor de iniciativas para evitar que el hambre sea utilizado como un arma en la guerra.
En los últimos cuatro años, el panorama internacional ha experimentado importantes crisis. A nivel mundial, la pandemia de COVID-19 ha causado un impacto destructivo en los medios de vida de las personas. El cambio climático nos impone la necesidad de integrar las políticas y consideraciones ambientales en el centro de todas nuestras acciones. Además, el surgimiento de nuevos conflictos en diversas regiones del mundo, como las guerras en Ucrania, Sudán y el conflicto en Gaza, del cual estamos a punto de conmemorar un año, también ha contribuido a esta situación.
Ante los retos que enfrenta el mundo en la actualidad, los recursos destinados al PMA son claramente insuficientes. En 2023, el PMA proporcionó ayuda alimentaria a 152 millones de personas, de las cuales la mitad se encontraba en regiones impactadas por conflictos. Para el año 2024, requerimos 20 mil millones de dólares para atender a toda la población que sufre de hambre, pero hasta ahora solo hemos logrado reunir 7 mil millones.
Hay una conexión inquebrantable entre la paz y la seguridad alimentaria. Es evidente que en situaciones de hambruna, surgen conflictos; y en contextos de conflicto, es muy probable que se presente el hambre. Es importante mencionar que la Resolución 2417 (2018) del Consejo de Seguridad reconoce esta relación entre el hambre y la confrontación, reafirma la prohibición de utilizar el hambre como un instrumento bélico y establece que el mundo no podrá erradicar el hambre a menos que se logre la paz.
El PMA considera la Resolución como un recurso fundamental para la prevención, y celebra la evidente intención de promover medidas que eviten que las personas se vean cada vez más sumidas en la inanición.
La paz no se limita únicamente a la falta de conflictos. Vivir en armonía implica aceptar las diversidades y poseer la habilidad de escuchar, reconocer, respetar y valorar a los demás, así como coexistir de manera tranquila y en unidad.
El objetivo del PMA y la comunidad debe ser fomentar la construcción de la paz. El PMA opera en áreas muy aisladas para asistir a comunidades que enfrentan inseguridad alimentaria. Nuestras acciones en estas regiones, junto a estas poblaciones, se centran en promover el empoderamiento económico, reforzar la relación entre los ciudadanos y el estado, y recuperar la estabilidad y el sentido de normalidad, al tiempo que atendemos las necesidades alimentarias urgentes de quienes se encuentran en situaciones de emergencia.
Porque destaca la fuerza de la solidaridad global en la creación de un mundo en paz y sostenible. Nos brindan la ocasión de concienciar a la sociedad sobre cuestiones como los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la salud. A la vez, buscan atraer la atención de los medios de comunicación y las autoridades para visibilizar problemas pendientes que requieren la implementación de acciones políticas específicas.
Días conmemorativos de la ONU
