De Elsa Aguirre a Irma Dorantes: Las últimas divas del cine de oro mexicano que siguen vivas tras la muerte de Silvia Pinal
Son las últimas estrellas del cine de oro mexicano que aún están con vida. (INAH)
Este jueves 27 de noviembre de 2024, el cine mexicano se despide de una de sus personalidades más icónicas: Silvia Pinal. La actrice, que falleció a los 93 años en un hospital de la Ciudad de México a causa de problemas de salud, es vista por muchos como la última gran diva de la época dorada del cine mexicano. Su fallecimiento invita a una reflexión sobre la historia cultural del país, poniendo fin a una etapa que dejó huella en el cine tanto nacional como internacional.
Silvia Pinal sobresalió no solo por su habilidad como actriz, sino también por su talento para adaptarse a diferentes áreas, incluyendo el teatro, la televisión y la política. Su reconocimiento a nivel internacional se logró gracias al director Luis Buñuel, quien la dirigió en las memorables películas: Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965). Estas obras no solo afianzaron su trayectoria profesional, sino que también elevaron el cine mexicano a un nuevo nivel de reconocimiento en todo el mundo.
Con más de 80 filmes, 42 obras dramáticas y 33 producciones para televisión, Pinal dejó un legado artístico incomparable. No obstante, su existencia estuvo marcada por tragedias personales, incluyendo el fallecimiento de su hija Viridiana a los 19 años y la pérdida de una nieta con el mismo nombre en un trágico accidente. Su carrera continuó hasta sus últimos años, convirtiéndose en un ícono de entrega y pasión por el arte.
La ausencia de Silvia Pinal ha llevado a muchos a pensar en las pocas personalidades que aún están con nosotros y que fueron parte del cine de oro mexicano. Si bien su legado es indiscutible, hay otros nombres que también son evocados como emblemáticos de este período extraordinario.
Ana Luisa Peluffo, quien nació el 9 de octubre de 1929, cuenta actualmente con 94 años y es una de las destacadas personalidades que aportaron a la riqueza cultural del cine de oro en México.
Su trayectoria profesional, la cual inició en la década de 1950, se destacó por su audacia al aceptar roles que cuestionaban las convenciones conservadoras de su tiempo, lo que la convirtió en una precursora del cambio cultural en el cine nacional. Su primera aparición en la pantalla se produjo en Tarzán y las sirenas (1948) en un papel de extra, pero pronto logró el protagonismo debido a su carisma y habilidades como actriz.
Entre sus producciones más notables se encuentra "La fuerza del deseo" (1955), donde realizó uno de los primeros desnudos artísticos en el cine mexicano, un evento que se convirtió en un referente en la historia del cine nacional. Este papel reafirmó su reputación como una actriz valiente y dedicada a la evolución de las narrativas en el séptimo arte. Más tarde, destacó en géneros como el drama, el terror y las aventuras, siendo "El vampiro" (1957) uno de sus trabajos más memorables para los aficionados al cine clásico.
Durante su trayectoria, Peluffo actuó en más de 200 filmes, lo que la establece como una de las actrices más productivas del cine en México. Su habilidad para dar vida a personajes intricados y su tenacidad la han consolidado como un ícono en el ámbito artístico de la industria cinematográfica.
Elsa Aguirre, quien nació el 25 de septiembre de 1930, tiene en la actualidad 94 años y es una de las intérpretes más representativas del cine de la época dorada mexicana. Su trayectoria comenzó en 1946, cuando, siendo aún una adolescente, fue descubierta junto a su hermana Alma Rosa Aguirre. Desde ese momento, Elsa brilló por su elegancia, belleza y su talento actoral, lo que la convirtió en una de las personalidades más queridas y admiradas de su tiempo. Su presencia en la gran pantalla aportó un aire de sofisticación y glamour que dejó huella en varias generaciones.
Aguirre es reconocida por sus papeles en films como Cuento de Navidad (1959), una versión que se transformó en un referente de la época festiva, y Lo que importa es vivir (1987), que le valió premios internacionales debido a su actuación excepcional. Asimismo, su talento para interpretar personajes con una profunda carga emocional la estableció como una artista versátil, capaz de brillar tanto en dramas como en comedias románticas.
Durante su trayectoria, Elsa también exploró el mundo de la música y se consolidó como un símbolo de elegancia, influyendo en las modas de su época. A sus 94 años, continúa siendo una persona venerada y apreciada, recordada no solo por su habilidad artística, sino también por la tranquilidad y el estilo con los que ha afrontado los desafíos de su vida tanto personal como profesional.
Irma Dorantes, quien vino al mundo el 21 de diciembre de 1934, cuenta en la actualidad con 89 años y es una de las intérpretes más queridas que surgieron del cine clásico mexicano. Su entrada en la industria ocurrió en la década de 1950, donde se hizo notar por su frescura, autenticidad y una calidez que enamoró a la audiencia. A pesar de que su vínculo con el icónico Pedro Infante a menudo ha opacado sus logros, Dorantes logró forjar una carrera sólida y singular, destacándose tanto en la actuación como en la música.
Entre sus filmes más emblemáticos se encuentran Pepe El Toro (1953) y Los gavilanes (1956), en los cuales evidenció su habilidad para interpretar personajes llenos de humanidad y carisma. Estas obras, junto con otras en las que colaboró con importantes figuras del momento, afianzaron su posición como una figura esencial del cine mexicano. Además de su carrera cinematográfica, Dorantes exploró el ámbito musical, grabando temas populares que pusieron de manifiesto su talento polifacético.
Luz María Aguilar, quien vino al mundo el 26 de marzo de 1935, cuenta en la actualidad con 89 años y es una de las intérpretes que ha dejado una huella perdurable en el cine dorado de México. Su primera aparición ocurrió en la década de 1950, momento en el que comenzó a brillar gracias a su belleza clásica y su imponente presencia en el escenario, lo cual la distinguía en cada uno de sus proyectos. Su destreza le permitió forjar una trayectoria que abarcó el cine, el teatro y la televisión, lo que la consolidó como una artista versátil y polifacética.
En el ámbito cinematográfico, Aguilar formó parte de obras como El caso de una adolescente (1958) y Los jóvenes (1961), filmes que evidenciaron su talento para asumir roles con una significativa carga emocional. Su gracia innata y su habilidad para encajar en diversos géneros, abarcando desde el drama hasta la comedia, la establecieron como una de las personalidades más apreciadas en el mundo del espectáculo. Más adelante, se destacó en la televisión, donde se convirtió en una figura habitual en exitosas telenovelas.
Aunque personalidades como Ana Luisa Peluffo, Elsa Aguirre, Irma Dorantes y Luz María Aguilar continúan con vida, la muerte de Silvia Pinal ha provocado un acalorado debate entre los seguidores en las redes sociales.
Muchas personas opinan que su fallecimiento marca el auténtico cierre del cine de oro mexicano, sosteniendo que Pinal fue la única personalidad que logró una notable proyección internacional y que dejó un legado artístico sin igual.
Desde este punto de vista, las otras actrices, a pesar de ser talentosas y sobresalientes, no lograron el mismo grado de impacto en la cultura, lo que señalaría el fin definitivo de esta significativa era del cine.
A pesar de que la muerte de Silvia Pinal marca el cierre de un capítulo, las actrices que aún están con nosotros sirven como un vínculo tangible con el esplendor del cine mexicano de antaño. Su labor y su impacto son un reflejo de la abundancia creativa de un periodo único que dejó huella en varias generaciones.
El cine de oro mexicano permanece presente en la memoria colectiva gracias a estas personalidades, cuyo legado sigue motivando tanto al público como a las nuevas generaciones de cineastas y actores.