Fall Out Boy en el Palacio de los Deportes: El concierto perfecto para un regreso esperado
Todo Lo Que Debes Saber
Después de una larga espera de diez años, Fall Out Boy volvió a México y compensó el tiempo perdido con un concierto espectacular en el Palacio de los Deportes.
La primera ocasión en la que tuve la oportunidad de ver a Fall Out Boy en concierto fue en 2009, cuando una emisora de radio los trajo a presentarse en la Plaza de Toros México. En aquel momento, eran una de las agrupaciones más populares, impulsados por la gran visibilidad que les proporcionó MTV (canal a través del cual los descubrí) y porque representaban el estilo emo/pop punk, que estaba en auge durante la primera década de los 2000.
En ese periodo en que tuve la oportunidad de verlos –gracias a que un compañero de la secundaria me obsequió los boletos porque no disfrutaba de su música–, Patrick Stump, Pete Wentz, Joe Trohman y Andrew Hurley ya habían lanzado álbumes impresionantes como Take This to Your Grave, From Under the Cork Tree, Infinity on High y Folie à Deux. Además, ya se habían convertido en auténticas estrellas del rock y figuras destacadas de la cultura pop de los años dos mil.
No obstante, tras el estreno de Save Rock and Roll en 2013, y siendo sincero, perdí el interés por Fall Out Boy. Como cualquier aficionado a la música que desea estar al tanto de las novedades, era consciente de que seguían lanzando discos, pero la verdad es que no lograba conectar con la transformación de su estilo ni con sus trabajos posteriores. Por esa razón, decidí desconectarme por completo de su trayectoria.
Sin embargo, ya sea en el iPod o en las plataformas de música en streaming, siempre he tenido algunas de mis canciones preferidas de la banda, las cuales solía poner para evocar con nostalgia y cariño aquellos tiempos de adolescencia. Al igual que Green Day, My Chemical Romance y otras, Patrick Stump y su grupo son parte de la banda sonora de esa etapa particular de mi vida. Recuerden, cuando éramos felices y realmente no nos dábamos cuenta.
Fall Out Boy Vuelve A México Y Hace Vibrar El Palacio
Aunque ya no soy tan fanático como lo era en la secundaria, no puedo negar que cuando se dio a conocer que Fall Out Boy volvería a México junto a Jimmy Eat World (como le sucedió a la mayoría), me emocioné bastante. En especial porque tras una década sin presentarse en este lado de la frontera, significaba la oportunidad de volver a verlos en mi país casi 15 años después de aquella vez en la Plaza de Toros y reconectar con esa parte de mí que disfrutaba de la música melancólica, aunque no era emo.
Luego de una década y algunas semanas de expectación tras esta noticia, la banda originaria de Chicago volvió a México con gran entusiasmo, y definitivamente, cada segundo de espera resultó totalmente justificado. Sin exagerar, ofrecieron uno de los conciertos más memorables de 2024 en nuestro país... así como lo están leyendo, no es un chiste. Pero analicemos todo en detalle.
Como es bien sabido, la Ciudad de México suele ser un desorden, y esto se confirmó en la fecha del concierto de Fall Out Boy. La llegada al lugar fue un poco complicada y, para añadir a la situación, Tláloc decidió hacer de las suyas. Finalmente, logramos llegar "a tiempo", pero al acercarnos a la entrada noté algo peculiar en esta área: prácticamente no había vendedores de camisetas ni de mercancía pirata, lo que no presagiaba nada bueno para el espectáculo...
Después del concierto de Jimmy Eat World, que realmente elevó el ánimo de todos, se podía percibir una atmósfera nostálgica en el Palacio de los Deportes (que, por cierto, no estuvo a su máxima capacidad, ya que se podían notar algunas secciones de gradas desocupadas), ya que sonaron grandes éxitos de Avril Lavigne e incluso de Alanis Morissette. Todo indicaba que sería una velada repleta de recuerdos y de melancolía del pasado.
Con una impresionante presentación que realmente fue un derroche de recursos y un recorrido por toda su discografía, Fall Out Boy nos transportó a nuestros años de juventud en un concierto que convirtió el Palacio de los Deportes en una verdadera máquina del tiempo. Sin duda, nos hicieron vivir un The Eras Tour para aquellos que sostenemos que ser emo no es solo una fase, jiar jiar jiar.
"Buenas noches, Ciudad de México. Agradecemos que nos acompañen esta noche", expresó Pete Wentz, quien posteriormente admitió que no sabía el motivo de su larga ausencia, pero que estaban muy contentos de reencontrarse con sus seguidores mexicanos. Eso fue evidente a lo largo de toda su actuación en el escenario.
Patrick Stump tampoco se quedó atrás, ya que en cada ocasión que se presentó, manifestaba su sorpresa por la cálida acogida de los chilangos después de tanto tiempo sin presentarse en esta parte del mundo. Incluso se animó a intentar hablar un poco de español (aunque se disculpó con el público porque no domina el idioma por completo) y nos ofreció momentos muy especiales tocando “What a Catch, Donnie” y “Golden” solo al piano.
Y hablando del repertorio, ¿cómo estuvo? Pues realmente fue espectacular. Desde el inicio con “Grand Theft Autumn/Where Is Your Boy”, “Sugar We’re Going Down”, “Dance, Dance”, “Thnks fr th Mmrs” y “This Ain’t a Scene, It’s an Arms Race”, continuando con “I Don’t Care”, “The Phoenix”, “Uma Thurman”, “Centuries” y “Saturdays”, e incluso las nuevas canciones sonaron increíbles. Tal vez nos habría gustado escuchar algunos temas más antiguos, pero eso ya sería pedir demasiado.
El espectáculo estuvo lleno de fuegos artificiales, asombrosos efectos visuales, bailarinas y, además, la escenografía variaba según el álbum que estaban interpretando en ese instante. Todos estos componentes lo convirtieron en una experiencia surrealista, un show de una hora y 40 minutos que realmente homenajeó la vasta trayectoria de esta increíble banda.
En resumen, el espectáculo de Fall Out Boy en el Palacio de los Deportes sobrepasó nuestras expectativas y nos hizo olvidar por completo esa larga ausencia en México. Fue un concierto memorable que, sin duda, será difícil de igualar para todos los nostálgicos que tuvimos la fortuna de disfrutar de esta experiencia en vivo y en su máxima expresión.
