Fall Out Boy salda su deuda con los fans en México tras una década de ausencia con un espectacular concierto

2 día atrás
Fall Out Boy

Patrick Stump. | Imagen: Pablo Deyta (Gentileza de OCESA)

El Palacio de los Deportes en la Ciudad de México fue el lugar donde Fall Out Boy volvió a encontrarse con sus seguidores mexicanos, en un ambiente lleno de emoción, pero también con algo de inquietud por haber estado ausentes tanto tiempo. Este concierto enfrentó varios meses de esfuerzo para alcanzar las ventas deseadas, lo que llevó a muchos a suponer que los mexicanos podrían haber olvidado a su banda favorita de la adolescencia en favor de nuevas propuestas musicales que han emergido a lo largo de los años.

En las horas antes del concierto, incluso los asientos superiores del Palacio lucían desocupados. Sin embargo, con el paso del tiempo, incluso minutos antes de que la banda comenzara su presentación, los asientos se llenaron con personas entusiasmadas. Esto indicaba que los asistentes habían tenido que esforzarse para dejar el trabajo y lidiar con la lluvia, todo para poder disfrutar de un concierto que se había programado entre semana.

Lo mencionado hace sentido. La mayoría de quienes asistieron al concierto de Fall Out Boy eran adultos de más de treinta años. Diversas obligaciones, trabajos e incluso el cansancio representaron desafíos, pero todos ellos fueron superados por el deseo de revivir la época de la primera década de este siglo, cuando la cultura emo y la música estaban fuertemente entrelazadas.

Era innegable que se respiraba un ambiente nostálgico en todo el interior del Palacio de los Deportes, y también en el exterior, donde buena parte de los aficionados se aparecieron con prendas oscuras y camisetas que no se adquirieron ni hoy, ni en este año, ni siquiera en esta última década.

Así que cuando Patrick Stump hizo su aparición en las pantallas del concierto, reclinado en una camilla y vistiendo una bata de hospital, con su pelo largo y desordenado, una gorra usada sobre la cabeza y una enfermera atractiva a su lado, casi 19 mil personas se sintieron transportadas al pasado.

Fall Out Boy hizo su aparición en el escenario rodeado de un despliegue de fuegos artificiales vibrantes y sonoros, que estallaban en los momentos más emocionantes de sus cautivadoras canciones de rock, grunge y alternativo. Estas melodías marcaron el estilo de baile, la moda y la fiesta de toda una generación que ahora se encuentra inmersa en la vida laboral.

Casi como si estuvieran protestando contra la vida adulta, con los puños alzados hacia el cielo y las gafas medio colocadas, los seguidores de la banda corearon con pasión todas las canciones del repertorio. Fall Out Boy organizó su presentación como un recorrido a través de su trayectoria, comenzando su enérgico concierto con un breve fragmento de “Disloyal Order”, antes de lanzarse de lleno a “Chicago Is So Two Years Ago”, de su memorable álbum de debut.

“¡Vaya, Ciudad de México, ya han pasado 10 años!”, exclamó Stump, asombrado y sin aliento, aunque en ese momento no parecía tener muchas ganas de conversar, a pesar de que sí quería cantar. Su actuación continuó con más de sus canciones emblemáticas, recorriendo casi en secuencia todos sus álbumes a lo largo del show.

En cada segmento, un corto video en la pantalla exhibía imágenes de archivo relacionadas con cada periodo, mientras que el escenario se adaptaba, en la medida de lo posible, a las carátulas de sus álbumes o a la iconografía de sus videos más representativos.

En medio de tanto espectáculo pirotécnico y un despliegue de luces, así como una conexión palpable entre el público y sus ídolos, finalmente llegó el instante en que la banda se apoderó del micrófono para comunicarse con sus seguidores y abordar una prolongada ausencia que se extendió por diez años.

“Me resulta increíble y absurdo que no hayamos estado aquí en diez años. Así que lo vamos a remediar. ¡Vamos a ello!”, exclamó Pete Wentz, subido en uno de los altavoces del escenario, mientras lucía su largo y brillante cabello, que ha transformado por completo su emblemático estilo emo que todos recordamos de los años dos mil.

Su recompensa fue justa. Disfrutaron de poco más de 100 minutos de música en vivo, donde sonaron con gran fuerza éxitos como “Thriller”, “Thnks fr the mmrs”, “The Phoenix”, “This Ain’t a Scene It’s An Outrage”, “Uma Thurman”, “The Kind Aren’t Alright”, “Love From the Other Side”, “Centuries” y “Saturday”, que, como era de esperar, fue la canción que puso fin a su presentación.

Fall Out Boy aseguró que, al finalizar su gira, planeaban volver a México, expresando que echaban de menos la pasión y la energía que los mexicanos brindan en sus presentaciones. El regreso se llevó a cabo con gran éxito, y tanto los artistas como los seguidores estuvieron a la altura de las expectativas.

Al final, quedó claro que Fall Out Boy y todo el movimiento que lo rodea, es decir, esa era emo que marcó a toda una generación, no fue simplemente una tendencia, sino un modo de vivir. Algo que muchos llevan en el corazón, escondido debajo de una camiseta negra con diseño, que a su vez se oculta bajo una camisa de rayas de estilo más formal.

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