La condena a Genaro García Luna ‘alcanza’ a Felipe Calderón y su estrategia de seguridad
Dos años tras abandonar el cargo, en su primer libro como expresidente, Felipe Calderón expresó su gratitud y reconocimiento hacia su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, así como a todo su equipo de seguridad, por los enormes sacrificios y riesgos personales que asumieron durante su administración.
“Deseo destacar el gran patriotismo, la fidelidad y el coraje de aquellos que estuvieron al mando de las instituciones relacionadas con el Estado de Derecho, la Seguridad Pública y la Administración de Justicia”, escribió Felipe Calderón en su obra Los retos que enfrentamos (DEBATE, 2014), y posteriormente enumeró a 13 funcionarios.
El titular de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván; el líder de la Marina, almirante Francisco Saynez; el secretario de Seguridad Pública, ingeniero Genaro García Luna; los tres responsables de la Procuraduría General de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, Arturo Chávez y Marisela Morales; los cinco secretarios de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, Fernando Gómez Mont, Alejandro Poiré, junto con los difuntos Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake; y los dos encargados del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), Guillermo Valdés y Domingo López Buitrón.
De los 13 funcionarios, únicamente los tres primeros estuvieron con Calderón a lo largo de todo su mandato, y de esos, el único que era civil fue Genaro García Luna.
Más Que Solo Un Gran Policía
En su primer libro tras dejar la presidencia, Felipe Calderón presenta una defensa detallada de su estrategia, resaltando el rol crucial de Genaro García Luna. A Calderón le atribuye varios “logros”, como la implementación de Plataforma México, un avanzado sistema integral de información sobre crimen, la instauración de un nuevo modelo policial que incluyó la depuración y fortalecimiento de la Policía Federal Preventiva, así como la planificación y ejecución de los operativos conjuntos que comenzaron en Michoacán en diciembre de 2006 y que se replicaron a lo largo del país. También menciona la colaboración y co-responsabilidad entre distintos niveles de gobierno mediante la firma y realización del “Acuerdo Nacional por la Seguridad” en 2008, la creación de 38 centros estatales para la evaluación y el control de confianza, la formación de unidades especializadas en la lucha contra el secuestro, y la promoción de diversas reformas legales y nuevos marcos normativos.
La considerable influencia de García Luna a lo largo del mandato de Felipe Calderón se evidencia con algunos datos:
"Una Grave Violación De La Confianza"
Seis años más tarde, durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador, el ex presidente Felipe Calderón lanzó un segundo libro llamado Decisiones difíciles (DEBATE 2020), en el cual volvió a sostener su postura sobre la estrategia de seguridad que implementó.
En el texto, reitera los puntos centrales de lo que, según él, no debe denominarse una "guerra contra el narcotráfico". Además, menciona de manera directa la captura de García Luna, de la cual se enteró después de haber enviado el libro a la editorial.
"Confío en que, al igual que sucede con cualquier individuo, se lleve a cabo un juicio justo y conforme a la ley, en el que se mantenga la presunción de inocencia del acusado. Si se llegara a comprobar su culpabilidad y se validaran las acusaciones en su contra, sería una seria traición a la confianza que la sociedad, particularmente sus colegas de la Secretaría de Seguridad Pública y otras dependencias, han depositado en él, quienes arriesgaron e incluso perdieron la vida en la lucha por la seguridad de los mexicanos", manifestó el expresidente.
Desde ese momento, Calderón presentó argumentos que ayer volvió a compartir en su cuenta de X, al conocer la condena a su principal aliado en temas de seguridad.
De acuerdo con el exmandatario, el asunto de García Luna evidencia que uno de los mayores retos que enfrenta el país es evitar que la influencia corrupta del crimen organizado se apodere del Estado.
"La estrategia de seguridad de mi gestión no fue, ni de cerca, resultado de las decisiones de un único individuo. En su elaboración participaron numerosos servidores públicos, tanto civiles como militares, y, por supuesto, existió una colaboración estrecha con el gobierno de Estados Unidos y sus agencias de seguridad y justicia. La información que respaldaba la estrategia de seguridad se obtenía de diversas fuentes", señala Calderón.
No obstante, en otras menciones de este segundo libro, Calderón se refiere a García Luna como una figura esencial en la creación y puesta en práctica de la Estrategia Nacional de Seguridad, así como en la realización de operaciones sensibles de su gobierno, como la del 16 de marzo de 2008, cuando ordenó la intervención inmediata de las instalaciones y recursos de la Compañía de Luz y Fuerza por parte de la Policía Federal Preventiva.
En esta situación, García Luna no solo se ocupó de coordinar con el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez-Mont, la ocupación de las oficinas de Luz y Fuerza y la protección de instalaciones clave, sino también de prever posibles conflictos debido a la reacción de los empleados.
“El ex presidente menciona que Genaro García Luna, quien ocupó el cargo de secretario de Seguridad Pública y cuenta con trayectoria en el Cisen, sería responsable de manejar la multitud.”
Calderón también detalla las razones por las que decidió nombrar a García Luna como su secretario de Seguridad, cuando en 2006, durante la transición, contaba con otras alternativas, como la del ex priista Miguel Ángel Yunes, quien ya desempeñaba un cargo en el área de seguridad en la administración de Vicente Fox.
Al narrar su encuentro y reclutamiento de García Luna, el exmandatario revela de nuevo cómo el antiguo director de la Agencia Federal de Investigación de la PGR se convirtió en la figura esencial del asunto más relevante de su administración.
En lo que respecta a la seguridad pública, tenía la certeza de que Genaro García Luna poseía un amplio conocimiento en ese campo. Además, valoré su extensa capacitación durante muchos años en el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), que es la entidad más rigurosa en cuanto al control de confianza del personal que trabaja allí. Consideré que su formación en ingeniería industrial podría ser valiosa para el diseño, implementación y supervisión de procesos, algo que era esencial para la creación de una nueva institución, como lo fue la Policía Federal. Este cuerpo policial representa uno de los legados institucionales más significativos que surgieron durante mi administración, aunque lamentablemente fue desmantelado en el siguiente sexenio y actualmente se encuentra en un estado crítico, al igual que el sistema único de información criminal”, detalla Calderón.
Un Hombre En Quien Confiar
Hoy, Calderón expresa su asombro al afirmar que nunca tuvo acceso a pruebas concretas que relacionaran a García Luna con actividades ilegales, ni a información de agencias tanto nacionales como internacionales que sugirieran sus vínculos con organizaciones criminales.
Sin embargo, a lo largo de su mandato, fue un individuo en quien depositó toda su confianza, uno de los pocos que lo acompañó durante todo ese periodo.
Ni siquiera los miembros del PAN que ayudaron al expresidente a formar lo que se conoce como "calderonismo", que fue clave para que obtenía la candidatura presidencial del partido en 2005, estuvieron tan próximos a él a lo largo de esos seis años.
Juan Camilo Mouriño perdió la vida en un accidente aéreo en noviembre de 2008. Germán Martínez dimitió de la presidencia nacional del PAN tras la derrota electoral de 2009. En 2010, Maximiliano Cortázar dejó su puesto en la Coordinación de Comunicación Social de Los Pinos. César Nava se retiró del grupo en 2011, cuando se vio envuelto en una serie de controversias durante su cargo como líder interino de Acción Nacional. Patricia Flores Elizondo se desligó de la Oficina de la Presidencia antes de finalizar el sexenio, mientras que Roberto Gil dejó Los Pinos para unirse a la campaña de Josefina Vázquez Mota, tras perder la elección por la presidencia nacional del PAN en 2011. Estos son algunos ejemplos documentados en el libro "Crónica de un sexenio fallido: la tragedia del calderonismo" (Grijalbo, 2012).
En un gabinete que experimentó 24 modificaciones y donde solo cuatro secretarías -de las civiles- conservaron a su titular durante todo el sexenio, García Luna fue uno de los pocos que se mantuvo al mando de la Secretaría de Seguridad Pública, junto con las de Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y Reforma Agraria.
A diferencia de lo que sucedió con otros de sus compañeros de trabajo, Calderón respaldó a García Luna en todas sus controversias.
Cuando se reveló el caso de Florence Cassez, y se dio a conocer que García Luna, en su papel de director de la AFI, había organizado en 2005 la representación de la captura de una supuesta banda de secuestradores, Felipe Calderón optó por afrontar una crisis diplomática con el gobierno de Nicolás Sarkozy en Francia, en lugar de asumir la responsabilidad del secretario de Seguridad.
Cuando García Luna optó por ceder a Televisa las instalaciones de Plataforma México para filmar la serie "El Equipo", producida por Pedro Torres, utilizando recursos humanos, equipos y las instalaciones de la PFP, la Presidencia de la República no solo no se opuso, sino que además invirtió 118 millones de pesos para su financiamiento. Esto se debió a que formaba parte de una campaña de comunicación diseñada en Los Pinos por Alejandra Sota, una de las colaboradoras más cercanas a Calderón.
No se impuso ninguna sanción ni se asumió responsabilidad alguna cuando alguien en la SSP optó por filtrar imágenes del operativo de captura y muerte del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, que tuvo lugar en Cuernavaca en 2009. En dichas fotos se mostraba el cadáver desnudado, decorado con billetes sujetos con alfileres en su pecho.
Tampoco en el momento en que García Luna organizó una operación para capturar a Josmar Flores, un pastor boliviano que supuestamente había secuestrado una aeronave utilizando dos latas de jugo, y que fue exhibido ante la prensa como un temible terrorista.
Y aún menos cuando la precandidata presidencial Josefina Vázquez Mota y otros miembros del PAN, como Roberto Gil y Germán Martínez, fueron expuestos en conversaciones telefónicas que alguien grabó de manera ilegal y luego difundió en sitios de internet.
Residencia En EE. UU. Y Riqueza Desconocida
La decisión emitida en contra de García Luna, junto con las declaraciones del juez Brian Cogan, quien lo censuró por llevar una existencia paralela y lo comparó con El Chapo Guzmán, contrasta con la forma en que Estados Unidos trató al excolaborador de Felipe Calderón durante su mandato y en los años siguientes.
García Luna fue galardonado por la DEA, la Interpol y las administraciones de España y Colombia, en reconocimiento a su apoyo en la batalla contra el tráfico de drogas.
Tras el año 2012, durante la administración de Enrique Peña Nieto, García Luna se trasladó a residir en Estados Unidos. A pesar de que ya existían acusaciones en su contra, compró varias propiedades en ese país, especialmente en Florida.
En 2019, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda publicó una lista de 19 inmuebles comprados por García Luna y personas vinculadas a él, cuyo valor supera los 18 millones de dólares.
Después de su arresto en diciembre de 2019, el gobierno de México emprendió acciones legales para recuperar hasta 600 millones de dólares en bienes derivados de supuestos actos de corrupción de García Luna durante los diez años en los que ocupó el cargo de director de la AFI bajo Vicente Fox y de secretario de Seguridad durante el mandato de Calderón. Hasta ahora, solo se ha reportado la recuperación de 2.5 millones de dólares.
