Santi Giménez comanda un vendaval llamado Feyenoord

12 días atrás
Feyenoord

La noche fría y húmeda de Róterdam recibió este miércoles a 45.000 aficionados para presenciar un encuentro entre dos equipos que necesitaban urgentemente puntos para mantener sus esperanzas en este nuevo formato de la Champions League, en lo que fue el último grupo de partidos de la sexta jornada. De manera inesperada, el encuentro empezó dominado por el Sparta de Praga, que generó dos oportunidades en los primeros 3 minutos. Primero, Solbakken y luego Birmancevic pusieron a prueba la concentración del portero Wellenreuther.

El asedio del equipo checo no iba a ser prolongado. El giro en el partido llegó con un tiro libre. En el minuto 8, Trauner logró anotar de cabeza, totalmente solo, tras un desvío en el primer palo que desorganizó las marcas y le permitió al defensor rematar casi sin levantarse del suelo. Ni el defensor Vitik ni el portero Vindahl pudieron detener el cabezazo picado que inauguró el marcador.

Pocos instantes después de iniciar el juego, Milambo recuperó el balón para el Feyenoord, encontrando a un Sparta de Praga en malos términos. Santi Giménez, con gran visión de juego, envió un pase rápido a Igor Paixao, quien, después de una breve carrera por el centro, se colocó con precisión para golpear con el interior de su pierna derecha, logrando un hermoso efecto que desató la eufórica celebración en De Kuip con el segundo gol en menos de un minuto. En el minuto 18, Vitahl impidió que el Feyenoord anotara su tercer gol con una espectacular parada. El portero desvió con su pierna derecha un remate de un Milambo que estuvo siempre presente, quien disparó de cerca aunque algo centrado.

Tras transcurrir más de treinta minutos de juego, Hadj Moussa marcó uno de los goles de la jornada, completando un inicio de partido soñado para los locales. El argelino, completamente desviado hacia el extremo derecho, se acomodó para usar su pierna izquierda y, con un disparo curvas que parecía desafiar las leyes de la gravedad, anotó de manera ajustada ante la mirada atónita de gran parte del equipo del Sparta de Praga, que se veía completamente superado a muchos minutos aún del descanso. El capitán intentó insuflar ánimo a sus compañeros con una charla improvisada, buscando fuerzas en su debilidad.

Un Rayo De Esperanza

Justo antes del descanso, se produjo la primera celebración para los visitantes en medio de tantas desventajas. Tras un lanzamiento de banda que fue directo al área, Sorensen desvió el balón hacia el primer palo, y Hwang, al intentar despejar, lo tocó aún más para que Rrahmani pudiera marcar desde el suelo, abriendo así la posibilidad de una remontada. El árbitro alemán Stieler se tomó unos cinco minutos adicionales, lo que permitió que se generaran algunas oportunidades tímidas para ambos equipos antes de señalar el final de la primera mitad.

El gol del equipo visitante en un momento decisivo modificó el desarrollo del partido, lo que llevó a ambos equipos a elevar su intensidad. Este aumento en el ritmo se reflejó en la rápida exhibición de dos tarjetas, una para cada equipo (Vitik y Giménez), además de una parada crucial de Wellenreuther ante un tiro de Sadilek que buscaba el ángulo del poste izquierdo.

Los Errores Tienen Sus Consecuencias

Las ironías de la vida hicieron que Sadilek se convirtiera en el verdugo de su propio equipo justo después de estar a punto de empatar el partido. El centrocampista checo falló al despejar un centro defectuoso y generó una jugada desafortunada que dejó a sus compañeros desprotegidos ante un Santi Giménez más ágil y astuto, quien con un sutil toque logró ampliar nuevamente la ventaja del Feyenoord, haciendo que la palabra 'milagro' se quedara corta para los visitantes.

Después del cuarto y definitivo gol de Giménez, ambos entrenadores optaron por hacer varios cambios para rotar a sus jugadores, teniendo en cuenta el intenso calendario que enfrentan los equipos europeos antes de que termine el año. Se realizaron ocho sustituciones que alteraron casi la mitad de los jugadores que estaban en el campo. A diez minutos del final y con un ambiente distinto, Thomas Beelen cumplió con el gesto previo de Sadilek, desvíando un centro bajo hacia su propia meta y estableciendo un marcador de 4-2 que parecía más decoroso.

Los últimos minutos transcurrieron con tranquilidad. La ventaja obtenida en ese primer impulso fue suficiente para que el Feyenoord pudiera terminar el partido sin sorpresas, permitiéndoles disfrutar de la obtención de 3 puntos cruciales que sitúan al equipo neerlandés en una buena posición para acceder a los dieciseisavos de final y continuar alimentando su sueño.

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Thomas Beelen (58', Gijs Smal), Qazim Laçi (67', Markus Solbakken), Filip Panák (67', Elias Cobbaut), Ibrahim Osman (68', Santiago Giménez), Ramiz Zerrouki (74', Hwang In-Beom), Hugo Bueno (74', Bart Nieuwkoop), Calvin Stengs (74', Anis Hadj Moussa), Victor Olatunji (76', Albion Rrahmani), Ermal Krasniqi (76', Veljko Birmancevic), Jaroslav Zeleny (82', Matej Rynes)

1-0, 7': Gernot Trauner; 2-0, 9': Igor Paixão; 3-0, 29': Anis Hadj Moussa; 3-1, 41': Albion Rrahmani; 4-1, 62': Santiago Giménez; 4-2, 78': Thomas Beelen.

Árbitro: Tobias Stieler Árbitro VAR: Bastian Dankert, Sören Storks Peter Vindahl (9', Tarjeta amarilla), Sorensen (36', Tarjeta amarilla), Santiago Giménez (50', Tarjeta amarilla), Martin Vitík (52', Tarjeta amarilla), Jaroslav Zeleny (89', Tarjeta amarilla)

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