Quién es Jill Stein, la candidata ecologista que podría quitarle votos tanto a Kamala Harris como a Donald Trump
Hoy, Estados Unidos elige entre Donald Trump y Kamala Harris. No obstante, hay otros cinco postulantes a la presidencia del país. Entre ellos resalta Jill Stein, la candidata del Partido Verde, quien es activista y ex médico. Su participación podría afectar negativamente tanto a los demócratas como a los republicanos en sus esfuerzos por alcanzar la Casa Blanca.
Stein carece de posibilidades de obtener la victoria, pero tiene la capacidad de influir en los resultados de las elecciones presidenciales más competitivas en muchos años. La política ambiental se presenta como una opción frente a un sistema bipartidista que describe como "fallido" y promueve una "agenda a favor de los trabajadores, contra la guerra y en respuesta a la crisis climática". Su propuesta electoral se alinea más con los progresistas, aunque también ha captado la atención de votantes desilusionados tanto con los demócratas como con los republicanos.
Aborto, Migración Y Situación En Gaza
Graduada de Harvard, Stein dedicó 25 años de su vida a la medicina, tiempo en el cual afirma haber tomado conciencia sobre cómo el clima impacta la salud humana. Su oposición a la poderosa industria carbonífera se tradujo en un activismo apasionado que la llevó a unirse a las filas de un partido ecologista. Sin embargo, más allá de los temas ambientales, esta agrupación se aparta de los acuerdos entre demócratas y republicanos en el controvertido asunto de la guerra en Gaza: condenó de manera contundente la ofensiva militar de Israel tras el ataque de Hamás en octubre de 2023 y ha criticado al presidente Joe Biden por no poner fin al "genocidio" en la franja.
Stein defiende la necesidad de asegurar el derecho al trabajo, la salud, la vivienda y la educación. Respecto al derecho al aborto, un asunto que ha generado mucha división en esta elección tras su revocación a nivel federal en 2022, se opone a la prohibición que los republicanos intentan establecer a nivel nacional. Aunque no ha aclarado en qué momento del embarazo establecería un límite sobre la interrupción del mismo, sí ha promovido la ampliación del acceso a servicios de planificación familiar y anticoncepción, y ha descrito el acceso a un aborto seguro como un "derecho humano innegociable".
Respecto a la inmigración, un asunto favorito de Trump, Stein se muestra contraria a las deportaciones masivas que el republicano ha prometido, justificándolas en nombre de la seguridad nacional. En lugar de eso, aboga por ofrecer a los individuos indocumentados una oportunidad para obtener la ciudadanía, aunque no ha detallado sus planteamientos sobre políticas de refugio y asilo.
A pesar de todo, el Partido Verde continúa siendo una fuerza muy pequeña en Estados Unidos. En 2012, Jill Stein se postuló por primera vez a la presidencia, logrando apenas 469.627 votos, lo que representa un 0,4% del total. Su influencia, que era secundaria, cobró mucha más relevancia en las disputadas elecciones de 2016, donde se enfrentaron Trump y Hillary Clinton. En esa ocasión, obtuvo cerca de 1,4 millones de votos, muchos de ellos en estados clave como Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, que finalmente Trump ganó por un estrecho margen. Esto llevó a muchos demócratas a señalarla como responsable de la victoria de Trump. Nuevamente, en este ciclo electoral, los verdes parecen estar atrayendo el descontento de votantes árabes, musulmanes y, en general, de los más progresistas del Partido Demócrata en relación con la guerra en Gaza.
Teniendo esto en cuenta, tanto los demócratas como los partidos verdes europeos le han solicitado que retire su candidatura, aunque sin éxito. El equipo de Harris ha interpretado el rechazo de Stein como una amenaza, por lo que han centrado parte de sus esfuerzos de campaña en difundir anuncios que desacrediten al Partido Verde y adviertan a la ciudadanía que votar por los ecologistas "en realidad es un voto a favor de Trump".
Por su lado, Trump ha mencionado en sus discursos que le agrada Jill Stein y que es una de sus "figuras políticas favoritas", creyendo que representa un desafío para Harris, pero no para él. Grupos conservadores han destinado más de 300.000 dólares para impulsar la campaña verde en Wisconsin, un estado que podría ser determinante. No obstante, ciertas encuestas recientes sugieren que, a diferencia de lo sucedido en 2016, Stein podría quitar más votos a Trump que a Harris.
Sin embargo, no es la primera vez que un aspirante ecologista desvía a los partidos principales de la presidencia. En el año 2000, el entonces candidato verde Ralph Nader logró casi tres millones de votos a nivel nacional. Este significativo respaldo perjudicó seriamente las posibilidades del demócrata Al Gore en los estados de New Hampshire y Florida, que finalmente fueron ganados por George W. Bush. La historia podría repetirse una vez más.