Se cumplen 53 años de la muerte de Jim Morrison: así intentó sobrevivir The Doors tras su fallecimiento

3 día atrás
Jim Morrison

La pérdida del líder de una banda es un momento crucial y difícil para los demás integrantes. La voz principal de un grupo es única e insustituible, por lo que, al fallecer los vocalistas, se pierde una parte esencial de la personalidad que define a cada banda.

Ray Manzarek, Robby Krieger y John Densmore, los integrantes de The Doors que sobrevivieron a la muerte de Jim Morrison, se encontraron con este dilema. La pérdida del líder ocurrió durante una pausa que la banda se había tomado después de una serie de eventos desafortunados.

El grupo decidió suspender sus actuaciones en vivo por un tiempo. Se acusaba a Morrison de indecencia pública, por supuestamente haber mostrado sus genitales en el escenario frente a 12,000 espectadores. Ante estas acusaciones y sin una buena relación con sus compañeros, Jim se marchó a París con su novia en marzo de 1971.

El resto de integrantes siguió adelante con el proyecto de la banda, esforzándose al máximo a pesar de la ausencia de su cantante. Lamentablemente, Jim Morrison nunca regresó de Francia. El 3 de julio de 1971 falleció a causa de un paro cardíaco en la bañera de su residencia en París, en un evento rodeado de misterio y que hasta hoy sigue generando interrogantes.

El artista musical y escritor se volvió un ícono importante en el ámbito del rock. Su carácter distintivo y desafiante lo catapultaron como una estrella en su era, y con el tiempo se convirtió en un ídolo eterno. Por eso, la pérdida de Morrison pesaba de manera insuperable sobre los miembros de The Doors. Ningún otro músico podría llenar el vacío que dejó.

El trío optó por seguir adelante sin un cantante. Utilizaron grabaciones anteriores de Jim y comenzaron a cantar ellos mismos. Ya habían reemplazado anteriormente a su vocalista en ocasiones anteriores, incluso el tecladista Ray Manzarek había tomado el micrófono en ocasiones en vivo cuando Morrison no podía cantar debido a enfermedad o embriaguez. A pesar de esto, Ray nunca había sido el líder vocal de un proyecto, solo había tenido un papel secundario en la discografía del grupo.

En medio de estas circunstancias desafiantes, nace 'Other Voices', el primer álbum de The Doors sin la presencia de Jim Morrison. La banda decidió embarcarse en un proyecto con un estilo más relajado, con influencias de jazz-rock. A pesar de que las letras estaban bien escritas, se notaba la ausencia del componente poético que Morrison solía aportar, lo cual le daba a las canciones un aura mística que ahora carecían. El resultado fue un disco que seguía la línea de 'La Woman', pero que carecía del carisma de este último. La crítica elogió la valentía del grupo por intentar seguir adelante y experimentar con nuevos sonidos, aunque las opiniones fueron divididas.

El talento de los demás miembros de la banda era excepcional. Ray Manzarek se destacaba con sus brillantes solos de piano que complementaban a la perfección la voz de Morrison, aportando un toque psicodélico a las canciones. A pesar de la contribución de todos al éxito de The Doors, la pérdida de su líder fue insuperable. En una entrevista tardía, Ray Manzarek compartió detalles sobre la creación de "Riders On The Storm", una de las canciones más emblemáticas del grupo, resaltando la importancia de cada miembro en la creación de la música.

The Doors siguieron activos durante dos años más antes de separarse en 1973. Durante ese tiempo, lanzaron también otro álbum llamado 'Full Circle', el cual fue recibido de manera similar a 'Other Voices'. En 1978 regresaron brevemente con 'An American Prayer', un proyecto en el que utilizaron grabaciones antiguas de Jim Morrison recitando poemas a los que les añadieron música posteriormente. Este álbum tuvo una gran aceptación por parte del público.

De esta forma, una de las bandas más importantes del siglo XX llegaba a su fin. The Doors dejó de crear nueva música y solo se publicaron álbumes en directo que fueron recuperados con el tiempo, ya que el grupo había alcanzado un estatus de culto en la cultura popular. La música de Morrison y sus compañeros se utilizó en diversas obras de culto, como por ejemplo en Apocalypse Now (1979), una película premiada de Francis Ford Coppola que comenzaba con la canción "The End" del grupo en una de las escenas más icónicas de la historia del cine.

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