Kamala Harris, el contagioso poder de la esperanza
En Europa solemos ver las convenciones de los partidos estadounidenses como un espectáculo parecido a una película de Hollywood trasladado a la política. Sin embargo, hay que reconocer que en esta ocasión han tenido un éxito rotundo. En tan solo cuatro días lograron cambiar por completo la situación, que parecía ser un fracaso si Joe Biden se presentaba. Además, lograron transmitir mensajes de manera excepcional. Personalmente, creo que en la política europea podríamos aprender mucho de todo este evento. Se presentaron diversas ideas y enfoques sobre cómo comunicar la política en la actualidad. Creo que es un aspecto del que podríamos tomar nota en Europa. Perdón por la simplificación, pero es un tema interesante a tener en cuenta.
Fue un claro ejemplo de unidad dentro del partido, sin suprimir la diversidad de opiniones, cada una asociada a personas con diferentes enfoques políticos. Los discursos de Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez convivieron con los de ex presidentes, religiosos y veteranos militares, reflejando la diversidad de la sociedad. No hubo señales de la típica previsibilidad y uniformidad en los discursos de los partidos políticos a los que estamos habituados.
Fue homenajeada como líder, eso es lo que significaba la convención. Sin embargo, fue reconocida como representante de un proyecto, sin la adulación común hacia el líder, como suele ocurrir en Europa o en el Partido Republicano con Donald Trump.
Lo destacado de todo, la idea principal es que ¡aún hay motivos para tener esperanza! Fue la frase que una excelente Michelle Obama pronunció ante un público emocionado y entregado, y que da título a este artículo. "La esperanza ha regresado", y con ella regresa también el futuro, podemos seguir avanzando. No es necesario mirar hacia atrás, como Trump, sino hacia adelante. La mejor forma de protegernos en un futuro incierto es no permitir que nos paralice o nos divida. Debemos superar los miedos, las divisiones y el odio. Mientras estos sigan presentes, las expectativas se desvanecerán.
Se mencionó constantemente la importancia de valores como la tolerancia y el respeto en la democracia, especialmente hacia aquellos que tienen ideas diferentes a las nuestras. También se recordó a quienes lucharon por un mundo mejor, destacando la importancia de las generaciones anteriores en el camino hacia la igualdad. La posibilidad de que una mujer de color llegue a la Casa Blanca es fruto del sacrificio de muchas mujeres valientes, y ahora es nuestro turno de seguir luchando. La mayoría de los discursos, incluyendo el de la candidata, se centraron en sus propias experiencias de vida, demostrando que la persona y su historia son inseparables. Esta tendencia a personalizar la política es otra característica destacada del evento.
Ser ciudadano implica más que simplemente ejercer nuestro derecho al voto, también implica movilizarse para involucrar a otros en un proyecto colectivo común. Es un llamado a asumir la responsabilidad cívica. ¿Estás dispuesto a defender tus derechos?
Conclusión provisional: Hemos presenciado una reedición del idealismo inicial de Obama, con toda su carga de optimismo y positividad emocional. Sin embargo, esta vez ha resurgido a pesar de las sombrías distorsiones, la oscuridad y la polarización que Trump introdujo en la política estadounidense. Aunque Harris y otros destacaron la amenaza del adversario, no cayeron exclusivamente en el discurso del mal menor que suelen emplear los partidos europeos: "Vote por mí porque si no, viene la ultraderecha". En este caso fue diferente: vote por mí porque somos mejores, porque debemos derribar las barreras que nos separan. Como dijo Kamala: "Quiero ser la presidenta de todos los estadounidenses"; "seré una presidenta que nos una en torno a nuestras aspiraciones más elevadas". Entre ellas, garantizar "el derecho de todos a la seguridad, la dignidad y la justicia". Una presidenta "que es realista, práctica y tiene sentido común, y siempre lucha por el pueblo estadounidense".
Como se puede observar, se ha combinado el pragmatismo con el patriotismo cívico y un cierto sentido de utopía, además de la advertencia ante posibles amenazas, como el "amigo de los tiranos". El enfoque se centra en Trump, a quien se describe como "poco serio" pero con una amenaza real, más que en los republicanos en general. Harris elogió a Biden de manera emocional, dejando claro su alineación con los demócratas en política internacional y su apoyo a la OTAN, Ucrania y un rápido acuerdo para resolver conflictos en Oriente Próximo. También abordó temas sensibles como la seguridad en la frontera sur, inmigración, vivienda y derechos reproductivos, aunque fue escueta en lo relacionado con la economía, lo que probablemente desencadenará críticas. La convención no tuvo como objetivo detallar un programa concreto, sino inspirar moral y movilizar a sus seguidores. A pesar del impulso generado por la convención, la contienda política aún tiene un largo camino por recorrer, pero sin duda ha comenzado de forma intensa.