Kamala Harris, la candidata que nunca fue delfín de Biden
John Adams, el segundo presidente de Estados Unidos, dijo que la vicepresidencia era el trabajo menos importante, y los republicanos opinan que el tiempo de Kamala Harris en ese cargo ha sido poco relevante. Sin embargo, desde Adams, la posición ha evolucionado hacia un rol de poder y Harris (nacida en Oakland, California, con 59 años) ha establecido incluso algunos récords: ha participado en el mayor número de desempates en una legislatura, 32 hasta diciembre pasado. La Constitución de EE UU otorga al vicepresidente dos funciones principales: suceder al presidente en caso de fallecimiento, renuncia o destitución, y presidir el Senado para resolver empates en las votaciones. Harris, la primera mujer, afroamericana y sudasiática en ocupar el cargo en 2021, no sabía en ese momento cuán fielmente cumpliría esas responsabilidades.
Antes de convertirse en presidente, Adams ocupó el cargo de vicepresidente bajo George Washington, por lo que tenía experiencia en el tema. Estableció el precedente de la transición de un cargo a otro y desde finales del siglo XVIII, tres vicepresidentes en funciones han llegado a ser elegidos como mandatarios, incluyendo a Joe Biden. Es como resolver un complejo rompecabezas de ambiciones y desafíos, tal como los que llevaron a su superior a la Casa Blanca en 2020 y, este domingo, lo alejan definitivamente de ella.
Desde los primeros años de Adams y los fundadores de la nación, el cargo de vicepresidente ha adquirido importancia. Harris, una exitosa abogada de California, reconocida por su ideología liberal, ha asumido responsabilidades en materia de política migratoria en la Administración de Biden desde 2021. Incluso ha sido objeto de burlas por parte de la oposición, que la llaman "zarina de la inmigración". Tras la revocación en junio de 2022 de la doctrina Roe vs Wade, que amparaba el derecho al aborto, Harris se ha convertido en defensora de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, un enfoque político que ayudó a los demócratas a mantenerse en la contienda durante las elecciones de medio término en noviembre de ese año. Reconocida como feminista, su elección de vestir de blanco en la celebración de la victoria demócrata en Wilmington (Delaware) evocó a las sufragistas.
Kamala Harris, destacada figura del Partido Demócrata, ascendió a la vicepresidencia de los Estados Unidos junto a Biden luego de desafiarlo en las primarias. Contaba con una carrera legislativa en la Cámara de Representantes (2017-2021) y, anteriormente, con seis años de experiencia como fiscal general de California (2011-2017). Primero como fiscal y luego como senadora: el camino trazado hacia el poder en Estados Unidos; el resultado de años de práctica, primero como asistente del fiscal de distrito (1990-98) en Oakland, donde ganó fama en casos de violencia de bandas, tráfico de drogas y abusos sexuales, y después como fiscal de distrito (2004), el paso previo a convertirse en fiscal general del estado.
En la era del presidente demócrata Barack Obama y los efectos de la crisis de 2008 aún presentes, Kamala Harris destacó por su independencia política. Rechazó las presiones del Gobierno para llegar a un acuerdo en una demanda nacional contra prestamistas hipotecarios por prácticas deshonestas, mientras que el problema de las hipotecas basura seguía sin resolverse. Demostrando su persistencia, en 2012 logró una sentencia cinco veces mayor que la sugerida por Washington. Uno de sus logros más destacados fue la anulación en 2013 de la proposición 8, que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo en California. Su libro "Smart on Crime", publicado en 2009, fue reconocido como un modelo para abordar la reincidencia delictiva.
Estar al tanto de lo que sucede afuera ayuda a comprender lo que ocurrirá en tu interior, es importante no perderte de nada.
Además de ser la elección más natural y automática, sin desencadenar una situación complicada en una convención demócrata urgente a cuatro meses de las elecciones, algo que la progresista Alexandria Ocasio-Cortez había advertido, Biden parece estar devolviendo el favor a Harris. En 2020, Harris parecía ser una firme candidata a la nominación demócrata, en unas primarias muy concurridas, pero abandonó en diciembre de 2019 al no lograr destacar. Tres meses después, al comienzo de la pandemia, dio su apoyo a Biden, siendo la sexta de todos los candidatos. La competencia demócrata se redujo entonces a un enfrentamiento entre Biden y el izquierdista Bernie Sanders, pero el respaldo de Harris al actual presidente fue crucial para llevarlo a la Casa Blanca.
En un vídeo compartido en Twitter, la senadora anunció su entusiasmo por apoyar a Joe Biden para la presidencia de Estados Unidos. Ella afirmó creer realmente en él y haberlo conocido durante mucho tiempo. Desde el debate del 27 de junio que mostró la decadencia de Biden, su nombre ha estado sonando como candidata a la presidencia. Los republicanos, que bromeaban sobre el debate entre los candidatos a la vicepresidencia al desconocer la identidad del vicepresidente que Kamala Harris podría elegir, posiblemente acertaron en sus predicciones.
La posible candidata demócrata a la presidencia de EE UU tiene sus raíces en Jamaica y la India. Su padre, profesor en la Universidad de Stanford, era de Jamaica, mientras que su madre, investigadora del cáncer, era hija de un diplomático indio. Está muy unida a su hermana Maya, quien es experta en políticas públicas. La candidata se graduó en Políticas y Economía en 1986 de la Universidad Howard y tres años después obtuvo su título en Derecho en Hasting College. Proviene de una familia acomodada, con una formación intelectual que contrasta con los estándares del nuevo populismo republicano.
Su trayectoria profesional la llevó a la cima, al igual que su matrimonio tardío a punto de cumplir los 50 años con el abogado Douglas Emhoff, a quien conoció en una cita a ciegas y que en 2021 se convirtió en el primer segundo caballero de Estados Unidos. Emhoff, que es judío, ha dejado casi por completo su carrera para dedicarse a tiempo completo a esta función oficial, que implica representación pública y participación en eventos frecuentes (como debates y actos contra el antisemitismo, un tema en aumento debido a la guerra de Gaza). Al casarse hace diez años, Emhoff rompió una copa de cristal con su pie derecho, siguiendo la tradición judía, mientras que Harris le puso una guirnalda de flores al estilo indio.
Kamala Harris no ha sido una seguidora leal de Biden, ni siquiera una subalterna. Su carisma ha sido ridiculizado por Trump, quien la apodó como Laffin’ Kamala (Kamala la risueña) por su risa genuina y su espontaneidad, convirtiéndola en objeto de memes. Sus apariciones en TikTok, bailando improvisadamente con su equipo, han sido utilizadas por la oposición para burlarse de ella. Sin embargo, Kamala Harris tiene más experiencia política que Donald Trump. Mucho antes de que el magnate incursionara en la política, la actual vicepresidenta pronunciaba un discurso memorable en la Convención Nacional Demócrata de 2012, lo que la catapultó a un perfil nacional. Considerada una estrella en ascenso en el partido, fue reclutada para competir por el escaño del Senado dejado por Barbara Boxer. En 2015, antes de que el republicano se postulara a la presidencia, Harris presentó un programa enfocado en reformas migratorias y penales, aumentos del salario mínimo y protección de los derechos reproductivos de las mujeres. Ganó el escaño de manera contundente.
Los republicanos la consideran como la mejor opción para la Casa Blanca, convencidos de que Trump la derrotará fácilmente. Sin embargo, la tenacidad y la decisión de la vicepresidenta y posible candidata a convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos después del fracaso de Hillary Clinton en 2016, podrían traer algunas sorpresas y agitar la campaña más tumultuosa de los últimos años.
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