Lamine Yamal dejó un mensaje en el Bernabéu

12 días atrás
Lamine Yamal

Lamine Yamal experimentó el encuentro por el que todos los jugadores de cantera anhelan competir en el Estadio Santiago Bernabéu. Puso todo de sí e incluso más allá para ganar la lealtad del público y salir victorioso, pero en ocasiones los logros deportivos son irrelevante frente a la intención de humillar al contrincante mediante decisiones ajenas al fútbol, tal y como ocurrió con el Real Madrid y Soto Grado.

Lamine Yamal - Figure 1
Foto Sport

El tiempo hará que el partido que sólo un chico de dieciséis años disputó y cautivó a la afición blanca parezca deslucido, desvanecido y confuso. Sin embargo, no sería justo. Lo que Lamine Yamal logró fue una obra maestra reservada para unos pocos futbolistas en todo el mundo. Podría decirse que hizo todo lo posible para obtener la victoria, pero es imposible ganar cuando tienes que competir contra un equipo de once jugadores.

Si el fútbol se jugara siempre de esta manera, los reportajes expresarían que el jugador de Mataró, que presume del dorsal #304, volvió loco a Camavinga y precipitó que le sacaran una tarjeta amarilla. Él fue substituido para evitar que fuera expulsado. El jugador francés quedó como un obstáculo que trataba de detenerlo de manera insuficiente, pero gracias a Ancelotti, no recibió una segunda tarjeta amarilla. Fran García lo hizo un poco mejor, pero ya era demasiado tarde porque el árbitro ya había decidido lo que posteriormente ocurrió.

Continuos Escándalos Sin Fin Ni Vergüenza

En todo momento, las decisiones respecto a jugadas dudosas o no, siempre favorecieron al Real Madrid. En particular, Camavinga cometió una falta dentro del área sobre un jugador de la cantera. Sin embargo, a diferencia de lo sucedido en una jugada similar en el área del Barça, donde el árbitro Soto Grado no dudó en señalar penalti por un simulacro de Vázquez, en este caso decidió ignorar la infracción. Es lamentable que resulte tan fácil burlarse de un joven de dieciséis años.

Sin embargo, no fue el único momento polémico en el que Lamine Yamal intervino y, de nuevo, no tuvo suerte. Hubo un intento de remate incómodo pero acertado que obligó a Lunin a sacar el balón desde su propia portería. No hay imágenes que confirmen al cien por cien que fue gol, pero es difícil no pensar que lo fue. La repetición es que el número 36 volvió a tener mala suerte.

La confrontación entre Lamine Yamal y Toni Kroos del Real Madrid y FC Barcelona, respectivamente, fue presenciada por Valentí Enrich.

La primera vez que Lamine Yamal pisó el estadio Santiago Bernabéu, aprendió algo que Pep Guardiola ya había dejado claro: el FC Barcelona no puede conformarse con ser mejor que su rival para ganar, debe ser ampliamente superior, completamente superior, si quiere acercarse a la experiencia de competir contra un equipo cuyo destino parece estar de su lado, como fue el caso en este juego, donde el árbitro Soto Grado volvió a ser un factor en contra del Barça.

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