Electrizante ritual acústico de Lenny Kravitz

Lenny Kravitz

Somos esencia, somos cariño. Tienen un gran significado para mí. Los aprecio..., expresó Lenny Kravitz en español anoche en el Palacio de los Deportes durante un emocionante ritual acústico.

Lenny Kravitz - Figure 1
Foto La Jornada

Continuó en nuestro idioma: iniciemos esta celebración y, de inmediato, comenzó a sonar "I Belong To You", una hermosa melodía de tono sensual. Esto se conectó después de que resonaran los primeros acordes de "Are You Gonna Go My Way", uno de sus grandes éxitos y una poderosa manifestación de rock puro que abrió la ceremonia, consolidando su vínculo con México, especialmente al hablar en español en el recinto de cobre, donde el artista se transformó en un nigromante, cuyas conjuros de rock clásico cautivaron al público.

El reciente hechicero, acompañado por una potente agrupación, ofreció una variedad de fórmulas y elixires sonoros plasmados en sus composiciones, que durante 35 años han encantado de manera intencional a tal vez dos generaciones. La calidad no tiene fecha de vencimiento, y el señor de las botas puntiagudas se ha transformado en un clásico eterno. Es un mágico ilusionista del rock con una esencia inigualable.

La reciente excusa del músico, compositor, productor, actor y empresario para reunirse con los mexicanos no ha sido probar que es un artista accesible que puede pasear por las bulliciosas calles de la Ciudad de México y fotografiarse en cualquier tipo de tiendita. Tampoco se trata de que venga a promocionar su propia marca de sotol, ese destilado de agave, ni de alardear de tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

No, el neoyorquino ha llegado para nutrir su esencia con el cariño de sus fieles, impactados por un rock auténtico, transparente, directo y lleno de fuerza. Esto se intensifica aún más cuando se trata de un artista que establece una conexión, que se comunica con su audiencia y, como anoche, se baja del escenario para experimentar su cercanía, mostrando así esa actitud rockera de la vieja escuela que lo ha consolidado desde los años 90 como una figura siempre relevante, con canciones atemporales que siguen sonando.

El paseador de la capital utilizó como excusa la presentación de su reciente atracción: el álbum Blue Electric Light.

Parece ser que así es, tras la recepción entusiasta del público que lo reconoce como un verdadero artista. Un creador cuya naturalidad lo lleva a comunicarse en español, generando así un vínculo aún más fuerte con sus seguidores.

Durante las pausas, Kravitz miraba a su audiencia, les expresaba su cariño y se hincaba. Se movía en silencio y ellos, al unísono, vociferaban a gran volumen.

El neoyorquino dio a conocer su reciente álbum titulado ‘Blue Electric Light’. Imagen proporcionada por Ocesa.

Anoche, el músico de 60 años, el galán de muchas, dejó a todos cautivados con un encanto que perduró, creado a partir de acordes, riffs, potentes golpes y el constante pulso de un bajo, combinado con su distintiva voz que irradia atractivo y que hizo suspirar a más de una.

El artista estadounidense y sus colaboradores (quienes recibieron numerosos aplausos al ser presentados) comenzaron con intensos riffs de guitarra y potentes impactos en la batería. Era evidente que Jas Kayser tenía la intención de destrozar los timbales y platillos de su instrumento. Lo hizo durante todo el show. Mientras tanto, el guitarrista Craig Ross rasgaba su guitarra con una actitud desafiante.

Kravitz impregnó su estilo psicodélico con "Minister of Rock’n Roll", sin olvidar el funk juguetón de "TK421". Esta última canción tiene una curiosa historia, ya que aparece en las películas "Boogie Nights" como un término que se refiere a una mejora del sistema de sonido, y en "Star Wars" como el nombre de un soldado imperial.

En su viaje a través de la música religiosa, exploró el pop elegante y sofisticado de "I’m a Believer", una canción que parece haber sido creada en el piano diáfano que el artista posee en su apartamento de Nueva York.

Se deshizo de las trenzas con "I Belong to You", una fresca atracción de sus interiores. Pero también ofreció la hermosa "It Ain’t Over Til It’s Over".

No se olvidó de sus grandes éxitos como Again, Fly Away, ni de la interpretación de American Woman y la icónica Let Love Rule para culminar su presentación en la ciudad.

No hay de otra, los habitantes de la Ciudad de México continuarán padeciendo la gentrificación provocada por un amante de la cultura mexicana, con figuras como el atractivo señor de cabello largo, quien, como comentaron algunos en el concierto, sí lo consideramos parte de lo mexicano.

En un concierto casi personal, el icónico artista sienta un precedente para nuevos seguidores de su fe, como el pequeño Daniel, quien a su corta edad hizo todo lo posible para que su padre, que también es hijo de otro músico de rock, lo llevara al concierto que jamás olvidaré, compartió el joven fan.

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