El Mundial de Clubes, todo un mes en Disneylandia, la tierra prometida

Desde una perspectiva argentina, Botafogo, que se consagra como el sexto campeón brasileño consecutivo, refuerza la supremacía de sus equipos en la Copa Libertadores. Sin embargo, a pocas horas del sorteo del Mundial de Clubes de la FIFA, Botafogo, bajo la propiedad del empresario estadounidense John Textor, representa algo más que un título: es la evidencia del nuevo gran dominio de Estados Unidos en la industria del fútbol. No solo por ser el país anfitrión (Copa América 2024, Mundial de Clubes 2025 y Mundial de selecciones 2026), sino también porque, además de haber conquistado su primera Copa Libertadores, Estados Unidos se está afianzando en Europa, controlando más de la mitad de los clubes de la Premier League, la liga más importante del fútbol mundial.

Es un fenómeno paradójico y el Liverpool, considerado el mejor equipo en la actualidad, contribuye a su comprensión. Luego de la terrible administración de George Gillett Jr. (padre del inversor que asumirá el control de Estudiantes de La Plata), el grupo Fenway (FSG) transformó al Liverpool en una exitosa máquina de negocios y victorias, bajo el liderazgo carismático del entrenador alemán Jürgen Klopp.

En 2010, el club tenía un valor de 300 millones de libras (380 millones de dólares). En la actualidad, su valor se ha incrementado diez veces, alcanzando los 4000 millones de libras. Klopp dejó el equipo, pero bajo la dirección del entrenador neerlandés Arne Slot, continúan cosechando éxitos y el domingo pasado derrotaron de manera contundente a un Manchester City que atraviesa un mal momento. ¿Por qué esta paradoja? Porque el Liverpool no logró obtener una plaza entre los treinta y dos equipos que participarán en el Mundial, cuyo sorteo se llevará a cabo mañana en Miami.

Aunque parezca contradictorio, la meritocracia en el fútbol entra en conflicto con el modelo deportivo de Estados Unidos. Sus ligas más importantes, como la NFL de fútbol americano, la MLB de béisbol, la NHL de hockey sobre hielo y la NBA, no cuentan con descensos. Esto se debe a que "desincentivan" la inversión (en nuestro fútbol también se evitan, ya que desalientan la acumulación de poder). Por lo tanto, Liverpool no competirá en el Mundial, ya que los dos lugares para Inglaterra fueron ocupados por el Manchester City y el Chelsea.

El fútbol, a pesar de todo, continúa siendo un ambiente relativamente democrático e inclusivo en la actualidad. La clasificación para el Mundial se basa en el rendimiento y la distribución geográfica. La única excepción fue el Inter Miami, que fue seleccionado por Gianni Infantino, presidente de la FIFA, debido a que allí juega Lionel Messi.

A pesar de las caídas, inversores de Estados Unidos están añadiendo la adquisición de un undécimo club de la Premier League. El Everton será parte del Grupo Friedkin, que ya es dueño de la Roma (en la Serie A, también Inter y Milan están bajo control de capitales estadounidenses). El Manchester United fue el primero en la Premier en ser adquirido; la familia Glazer lo compró en 2005 por 790 millones de libras. Aunque generó una gran deuda para el club y no logró llevarlo a la cima de la Premier, en 2023 vendió el 27,7 por ciento de sus acciones por 1300 millones de libras. Actualmente, el valor total del club asciende a 6000 millones. Un negocio espectacular. Después le siguieron Arsenal, Aston Villa, Liverpool, Chelsea, Fulham, Bournemouth, West Ham, Crystal Palace (propiedad de Textor, el mismo que controla Botafogo) y el ascendido Ipswich Town (que costó 30 millones de libras en 2021, en la Tercera división, y ahora está valorado en 250 millones).

En el ascenso del fútbol inglés se pueden encontrar inversionistas estadounidenses, tanto buenos como malos, en todas las categorías y en casi todas las regiones del país. Con China alejada y Rusia bajo sanciones, Estados Unidos se ha convertido en un destino clave para al menos cuatro clubes de la Premier que requieren más financiamiento. Esta atracción es recíproca, ya que casi diariamente se reciben ofertas en Londres, provenientes de fondos privados, inmobiliarios y de capital de riesgo. Recientemente, Richard Albert, representante británico en la feria Soccerex en Fort Lauderdale, indicó que incluso algunos fondos de pensiones públicos en Estados Unidos han mostrado interés en un club inglés. La Premier League atrae anualmente a 40 millones de televidentes en Estados Unidos, con NBC manteniendo los derechos por 450 millones de dólares. A nivel global, la audiencia del fútbol inglés asciende a 1870 millones de personas en 189 países, y los ingresos de la Premier han crecido un impresionante 2850 por ciento desde su creación en 1992.

Es la liga más seguida en el ámbito deportivo a nivel global, superando a cualquier otra liga de Estados Unidos, a pesar de que los derechos de televisión y los equipos en este país son considerablemente más costosos. La NFL genera más de 10 mil millones de dólares anualmente solo por derechos televisivos, mientras que la Premier League recauda 4.200 millones. Además, 29 equipos de la NFL lideran la lista de Forbes con las cincuenta franquicias más valiosas del mundo. No hay equipos de fútbol en el top diez (el Real Madrid ocupa el undécimo lugar, valorado en 6 mil millones, frente a los 9 mil millones de los Dallas Cowboys de la NFL). El equipo inglés mejor clasificado es el Manchester United (13°), seguido por el Liverpool (20°) y el Manchester City (23°). Esto implica que los clubes de fútbol son relativamente "asequibles" para esos grandes capitales. El valor promedio de una franquicia de la NFL es de 5.100 millones de dólares, mientras que Friedkin pagará 400 millones por el Everton.

De acuerdo con la BBC, los equipos de la Premier League enfrentaron pérdidas de mil millones de libras durante la temporada 2022-23. Sin embargo, el negocio continúa en movimiento. Imagínate trasladar partidos icónicos a otras ciudades, con cámaras instaladas en los vestuarios. Ya se han presentado iniciativas (hasta ahora sin éxito) para eliminar los descensos y también para crear una Superliga cerrada. La FIFA desea mantener el control sobre el fútbol del futuro. Por esta razón, Infantino ignora las quejas de los jugadores que no tienen vacaciones y las preocupaciones de las ligas nacionales afectadas por sus calendarios, y se dirige hacia un Mundial de Clubes que pagará sumas millonarias para llevarse durante un mes a equipos como el Real Madrid, el Manchester City, el Bayern Múnich, el PSG y el Inter. A esta caravana se suman Boca y River, ambos encantados con la idea. Será un mes de puro disfrute, como en Disneylandia, en la tierra prometida.

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