Las mejores parejas de la historia de la NBA
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La relación más ambigua, ambivalente, tumultuosa y analíticamente apasionante de la historia. Phil Jackson escribió un día en su diario que “Shaq necesita y Kobe desea”. La mejor definición para dos hombres que tuvieron muchísimos problemas entre ellos, pero una conexión en pista que iba más allá de su relación fuera de ella. 8 temporadas para 3 anillos (el último three peat de la historia), cuatro Finales, una separación trágica y una reconciliación, ya con ambos en diferentes equipos, eternamente postergada pero muy acorde a la emoción que la NBA saca de estos casos. Dos amigos, enemigos y hermanos. Una pareja histórica.
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Si bien contaron con Horace Grant de invitado de lujo en el primero three peat (con la Doberman Defense como santo y seña) y con Dennis Rodman en el segundo, Jordan y Pippen fueron los únicos jugadores que estuvieron en los seis anillos de los Bulls, siempre bien acompañados de Phil Jackson y Tex Winter, asistente e ideólogo del triángulo ofensivo. Dos jugadores históricos, dos de los mejores defensores de todos los tiempos y His Airness encumbrado por mucha gente como el mejor de la historia, con una carrera meteórica que, sin embargo, no se puede entender sin Pippen. Y otra relación que con el tiempo se deterioró y que copa ahora portadas con el alero hablando (muy) mal del escolta. Cosas que pasan.
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Otra de las parejas por excelencia y otros dos jugadores que, por separado, son auténticas leyendas del deporte. Kareem ganó en los Bucks y viajó a los Lakers, pero años infructuosos en playoffs le alejaron del anillo hasta la llegada de Magic. El Showtime le dio menos balones en el poste y más protagonismo al base, pero surtió de balones a un pívot cada vez más mayor, pero increíblemente efectivo y que, con 38 años, en 1985, fue MVP de las Finales. El center se retiró en 1989 y Magic no volvió a ganar. Pero en su legado quedan 5 anillos, 7 Finales, cuatro temporadas consecutivas por encima de las 60 victorias y una dinastía histórica que contó con grandes jugadores detrás: una leyenda como James Worthy a la cabeza, Byronn Scott, Kurt Rambis, AC Green, Bob McAdoo…
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Siempre que alguien piensa en una pareja como tal, se piensa en Stockton y Malone. Con una asociación casi eterna en los Jazz, ambos fueron los que más y mejor desafiaron a Michael Jordan y sus Bulls, pero nunca ganaron el anillo, la única mancha en un currículum casi impoluto. Malone es el segundo máximo anotador de la historia (con LeBron James acechando) y Stockton, el máximo asistente. Toda una década, siendo aspirantes con Jerry Sloan en el banquillo y el acérrimo y ruidoso público de Salt Lake Ciry aplaudiendo una interpretación genial del contraataque y el pick and roll de sus dos estrellas. “La medalla del amor, Romeo y Julieta, hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana”, como decía Andrés Montes. Era, desde luego, la mejor definición para ellos.
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Wade, igual que Bosh o Ray Allen, aseguraron a LeBron que querían jugar con él, pero no en Akron, como si la maldición de una estrella todavía sin anillo fuera inherente al lugar en el que se encontraba. LeBron viajó pues a Florida con la polémica The Decision mediante y formó el primer súperequipo creado exclusivamente por jugadores. Y LeBron y Wade eran, por nivel, superiores a un Bosh que conformaba lo que muchos consideraron (y fue) un big three también. Un dúo espectacular que pisó las Finales cuatro años consecutivos y sumó dos anillos. La icónica foto de Wade poniendo el balón arriba y su mirada a la cámara mientras LeBron, por detrás, machacaba, es ya parte de la historia de la NBA.
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De obligatorio inclusión en la lista, más que por el tiempo que pasaron juntos (de 2014 a 2017), por la tremenda exhibición que ambos hicieron en las Finales de 2016. La de la remontada de los Cavs (del 1-3 al 4-3), los 41 puntos de ambos en el quinto partido, los dos encuentros consecutivos de 41 tantos de LeBron, el triple-doble del Rey en el último cuarto y, claro, el triple de Kyrie para la historia. El base promedió 27,1 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias en dicha serie. LeBron, MVP, se fue a 29,7+11,8+8,9, además de estar por encima de los 2 robos y 2 tapones. Tremendo.
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A pesar de que junto con Klay Thompson Curry ha formado los Splash Brothers, nunca juntó tanto talento con alguien a su lado como con Durant. El alero llegó a la franquicia en 2017 y, en el quinteto más extraordinario de la historia (Curry-Klay-Durant-Iguodala-Draymond) y una plantilla de ensueño entrenada por Steve Kerr, los Warriors llegaron al 16-1 en playoffs con el que algunos consideran el mejor equipo de siempre. Al año siguiente repitieron anillo con Durant de nuevo como MVP de las Finales, y la estrella puso rumbo a Brooklyn tras la derrota en 2019 ante los Raptors, rotura del tendón de Aquiles incluida. Una asociación breve y un hombre que estuvo de paso por los Warriors, pero que hizo historia con campeonatos y una cantidad de talento insólitamente ingente.
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Ganaron juntos el anillo en 1971, cuando Jabbar todavía se llamaba Lew Alcindor y no se había convertido al Islam. Fue el único título de los Bucks hasta que, 50 años después, lo conquistó Giannis Antetokounmpo. Estuvieron como pareja de 1970 a 1974, cuando el genial base, único en promediar un triple-doble en una temporada hasta la llegada de Russell Westbrook, pero ya en decadencia esos últimos años. Jabbar resistió un año más en un mercado pequeño antes de solicitar el traspaso a uno más grande, en el que se acabaría encontrando con otro gran base, Magic Johnson.
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Una pareja maldita y a otro nivel que Stockton y Malone. Baylor disputó 8 Finales y las perdió las 8. 7 de ellas fueron con West, su inseparable compañero. Ambos, en la 1961-62, llegaron a promediar más de 30 puntos por partido por separado, algo que alucinaría a Kobe Bryant mucho tiempo después. El anillo le llegó a West en 1972, tras desarrollar una fobia al color verde de los Celtics de Bill Russell, verdugos de los Lakers en múltiples ocasiones. Ese año, Baylor se lesionó y se quedó sin título, y la NBA no le reconoce como campeón a pesar de que los angelinos le entregaron el anillo. West todavía disputó unas Finales más (con derrota ante los Knicks) y estuvo 40 años ligado a los Lakers. Ahora, lleva más de dos décadas lejos de la franquicia de su vida. Desmanes de la NBA.
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Es cierto que Bill Russell, el señor de los anillos (hasta 11 en sus vitrinas) fue un pívot dominante por sí mismo, el segundo de la NBA tras George Mikan pero con una incidencia hoy neta y completamente superior; pero también es cierto que Bob Cousy (apodado como The Cooz o Houdini of the Hardwood), fue su complemento perfecto. Esta pareja hizo posible que los Celtics lograsen hasta 6 títulos de la NBA, siendo los dos pilares principales de una dinastía que dominó el baloncesto a comienzos de la segunda mitad del siglo XX. Analizar logros de épocas tan antiguas de las que tan pocas imágenes es complicado, pero lo que pone en los libros de historia es eso, historia.
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Con Robert Parish, fue otro trío que también se puede analizar como dúo. De hecho, el que más victorias sumó hasta que Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili se unieron para hacer historia. Bird y McHale son de esas parejas contradictorias que tuvieron sus problemas y una relación de amor-odio constante. Pero que conquistaron tres anillos, fueron la mayor oposición a los Lakers del Showtime y, junto con ellos, permitieron a la NBA volver a presumir del juego más cautivador del planeta.
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Las Torres Gemelas 2.0. Las primeras, de Hakeem Plajuwon y Ralph Sampson fueron en los 80, pero el relevo interior, esta vez con un ala-pívot y un pívot (los de los Rockets eran dos pívots) fue histórico a final del siglo XX y a inicios del siglo XXI. Robinson, espectacular de 1991 a 1995 (Máximo Anotador, MVP de la temporada y Mejor Defensor en esos años) no pudo conquistar el anillo. Su lesión en la 1995-96 y el descenso a los banquillos de Gregg Popovich, que cambió despachos por pie de pista con tanking incluido, permitió que Tim Duncan llegara a la NBA. Los dos anillos en medio de una gran rivalidad contra los Lakers salvaron la carrera de Robinson, que vio recompensada su espera gracias a la llegada del hijo pródigo. En 1999 y 2003 los Spurs triunfaron antes de hacerlo, ya con Robinson retirado, tres veces más durante el siglo XXI (2005, 2007 y 2014). Espectacular.
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El Doctor J fue el precursor de un tipo de alero físico y atlético que luego se instaló en la NBA y que hoy tiene, por similitud física, a LeBron James como gran referencia. Sin embargo, no pudo conseguir el anillo en la NBA que sí conquistó en la ABA (1974 y 1976) hasta 1983. Moses Malone y su fo, fo, fo (four, four, four, por los partidos que iba a necesitar en cada ronda para ganar el anillo) impulsaron la leyenda de Julius, que también ganó en la mejor Liga del mundo con el pívot como compañero, referencia y MVP de las Finales.
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Los Bad Boys de Detroit fueron un conjunto que también contó con John Salley, Dennis Rodman, Mark Aguirre y compañía. Pero sus dos referentes siempre fueron el base y escolta, una pareja atípica por cercanía en la posición pero que acabó con el dominio de Lakers y Celtics en los 80, además de retrasar el de los Bulls, que emergieron poco después. Los anillos de 1989 y 1990, unidos al juego sucio y las polémicas decisiones (más personales que deportivas) de Thomas, impulsaron la leyenda de un equipo icónico y muy recordado para el aficionado de la NBA.
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Alejados, quizá, de las grandes parejas ya mencionadas, tienen cabida en una lista de ilustres y, a diferencia de muchos de sus integrantes, cuentan con el premio del campeonato. En este caso sumaron dos juntos (2009 y 2010) en tres Finales (también llegaron a la de 2008) y fueron la asociación perfecta. Pau llegó en un momento en el que quería ganar partidos de playoffs y acercarse al anillo, pero estaba dispuesto a ser ese segundo jugador. Kobe, que necesitaba una estrella, quería alguien que no cuestionara su liderato como en su día lo hizo Shaq. Ese hombre era Pau, que llegó y cuadró de forma ideal. Los resultados hablan por sí solos. Y la relación entre ambos, durante y posteriormente a lo ocurrido, también.