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A pocos días de cumplirse dos años en el cargo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, logró una de sus victorias más importantes desde que asumió la presidencia en agosto de 2022.
La propuesta de reforma de las pensiones, parte importante de su amplio plan de gobierno, recibió luz verde del Congreso de Colombia el 14 de junio.
"Para Colombia, esta es la victoria social más importante en mucho tiempo, lograda por la gente trabajadora. Es un hito histórico en el gobierno de la transformación", expresó Petro en la plataforma digital X.
La aprobación del plan es un alivio para el presidente de Colombia, ya que se acerca a la mitad de su mandato con incertidumbres sobre su capacidad para liderar. Ha anunciado que hará cambios en su gabinete por tercera vez desde que asumió el cargo, y ha sufrido importantes derrotas legislativas, como el rechazo de su reforma de salud en el Senado. Además, se enfrenta al desafío de lograr la "paz total" que ha prometido para Colombia, aunque todavía está lejos de hacerse realidad.
En términos generales, la reforma de pensiones busca extender la protección social y modificar la asignación de fondos al trasladar una parte significativa a un sistema público, reduciendo la importancia de los fondos privados.
"Se necesitaba modificar el actual sistema. Era retrogrado y desigual", expresa Sergio Urzúa, docente de economía en la Universidad de Maryland en Estados Unidos, durante una entrevista con BBC Mundo.
El sistema recién implementado se basará en cuatro pilares de aportación y, además, brindará protección a los ancianos en situación de pobreza. Se estima que aproximadamente 2,6 millones de personas de la tercera edad en Colombia se verán favorecidas con la renta solidaria.
Aunque muchos consideran que el proyecto es una mejora del sistema actual, expertos consultados por BBC Mundo cuestionan su viabilidad financiera a largo plazo y solicitan otros cambios estructurales necesarios.
Entonces, ¿cuál es la naturaleza de la reforma y de qué manera se compara con la de otros países de la región?
Progreso Para Los Más Necesitados
Vamos a explorar una región campestre de Colombia.
Supongamos que nos topamos con un campesino. Este hombre está a punto de cumplir 62 años, la edad de retiro de los hombres en Colombia, pero no recibirá pensión ya que nunca hizo aportes.
Comenzó a trabajar a los 18 años, sin embargo, al igual que muchos trabajadores agrícolas, la falta de formalidad, la inestabilidad en sus ingresos y otros factores le impidieron guardar dinero para su vejez.
Se encuentra en una posición delicada. Su estado de salud presenta complicaciones y es poco probable que pueda mantenerse en su empleo por mucho tiempo. Existe una alta probabilidad de que caiga en la extrema pobreza.
Afortunadamente, esta situación pronto va a cambiar. Cuando llegue a los 65 años, recibirá un pago mensual de 232.000 pesos (equivalente a US$57).
Numerosos campesinos están dentro de la población en edad avanzada en situación de riesgo que se verán favorecidos por la reforma de pensiones que está impulsando el gobierno de Petro.
Específicamente, estas personas se verán favorecidas por la parte solidaria de la reforma que, junto con otra parte llamada semicontributiva, tiene como objetivo aumentar la cantidad de personas que pueden acceder a jubilaciones y proteger a aquellos que nunca contribuyeron o no cumplen con los requisitos para recibir una pensión.
Según especialistas, esto representa un progreso y una mejora en las condiciones de vida de las personas más desfavorecidas en la nación.
Cuatro Pilares Para Un Sistema
El sistema renovado, que entraría en vigor a partir del 1 de julio de 2025, se fundamenta en cuatro bases: el de aportaciones, el parcialmente aportativo, el de ahorro discrecional y el de apoyo mutuo.
Estos se ajustarían de acuerdo al estatus socioeconómico personal.
El objetivo es potenciar la función de Colpensiones como administradora pública, disminuir los apoyos a las pensiones más elevadas y extender la protección del sistema actual.
En este momento coexisten un sistema de seguridad social público y uno privado que compiten entre ellos, según explicó Mauricio Olivera, vicerrector de la Universidad de los Andes, en una entrevista con BBC Mundo.
Este tipo de régimen es conocido como esquema paralelo y ha estado en vigor en Colombia desde 1993. En este sistema, los individuos pueden optar por participar en el régimen de reparto público o en el de aporte individual gestionado por fondos privados.
El dilema radica en que en nuestro sistema de distribución, los ahorros no son suficientes para cubrir las pensiones y se recurre a un subsidio, el cual es mayor cuanto mayor haya sido la contribución. En otras palabras, cuanto más trabajo tenga la persona", señala Olivera, quien anteriormente se desempeñó como presidente de Colpensiones y viceministro de empleo y pensiones en el gobierno de Colombia.
Olivera, al igual que muchos expertos, están de acuerdo en que este sistema "es injusto" y necesita una reforma.
"Olivera destaca la importancia de que una política pública se enfoque en los sectores más desprotegidos en lugar de en los menos desprotegidos. De esta forma, al optar por un enfoque basado en pilares, se lograría disminuir la regresividad en el sistema".
El reciente plan requiere que todos los ciudadanos colombianos que reciben un salario mensual de hasta 2,3 veces el salario mínimo, alrededor de 2,9 millones de pesos (US$743), contribuyan a su pensión en la entidad estatal Colpensiones.
Aquellos que ganen por encima de ese monto tienen la opción de elegir un fondo privado para guardar el dinero adicional de manera individual.
El Banco Central de la República se encargará de la gestión de los fondos.
La modificación de la ley estableció que los hombres podrán jubilarse a los 62 años si tienen 1.300 semanas de cotizaciones, mientras que las mujeres podrán hacerlo a los 57 años con un mínimo de 1.000 semanas de aportes.
Además, las mujeres pueden disminuir de manera progresiva en 50 semanas el tiempo necesario para jubilarse por cada hijo, con un límite de tres hijos, lo que significa que el requisito se reduciría a 850 semanas.
Según la modificación, los hombres que hayan cotizado 900 semanas y las mujeres que hayan cotizado 750 semanas seguirán bajo la normativa actual. Esto significa que no tendrán la obligación de contribuir con parte de sus ingresos al fondo estatal si están afiliados a un fondo privado.
¿Nuevo Sistema Es Sostenible?
Especialistas y analistas han expresado preocupaciones acerca de la viabilidad a largo plazo del recién implementado sistema, así como los posibles impactos negativos que podría tener en el mercado financiero y las cuentas públicas.
Según Urzúa, economista de la Universidad de Maryland, cree que este sistema será reconfortante al principio, pero requerirá ajustes constantes para mejorar.
En Colombia, al igual que en numerosos países a nivel mundial, se está enfrentando a una disminución en la tasa de natalidad y un incremento en la proporción de personas mayores en la población, lo cual genera preocupación.
Esto significa que en el tema de las pensiones, habrá menos personas trabajando y contribuyendo a las jubilaciones de una población envejecida que continúa aumentando, según Urzúa.
"En algún momento los números no serán suficientes si no se realizan modificaciones. Las matemáticas no engañan y será necesario encontrar nuevas estrategias para financiar la solidaridad", comenta.
Según Olivera, el Ministerio de Hacienda estima que Colombia dispone de aproximadamente 40 años para considerar otras modificaciones complementarias, como una reforma laboral adecuada.
Olivera analiza que en esta reforma no se abordarán ciertos aspectos fundamentales. Algunos de ellos son muy complejos desde el punto de vista político, pero eventualmente será necesario abordarlos.
Cotizamos aproximadamente el 16%, siendo una tasa más baja que la mayoría de los países donde se cotiza por encima del 25%. Las mujeres se jubilan a los 57 años y los hombres a los 62, lo cual constituye una de las edades de jubilación más tempranas de la región", agrega.
Según Urzúa, hay aspectos fundamentales que, desde su punto de vista, no se han debatido adecuadamente en relación con la reforma de Petro y que podrían destacar las carencias del sistema a largo plazo.
Situación En Latinoamérica ¿Qué Ocurre?
Generalmente, en la zona existen dos principales sistemas: uno financiado por el estado, conocido como público, y otro financiado de forma individual, conocido como privado.
Cada vez es más común encontrar sistemas de pensiones que combinan fondos estatales y aportes individuales, basados en una estructura mixta que incluye elementos contributivos y solidarios.
Además, hay sistemas alternativos donde las personas se retiran con ayudas estatales o con fondos privados, y sistemas combinados que incluyen pensiones mínimas junto con el ahorro individual.
A partir de los años 80, varios países de América Latina introdujeron medidas de "privatización" en sus sistemas de jubilación.
En los años recientes, se ha observado un cambio en la situación. Así como sucedió en Colombia, se han discutido y implementado medidas solidarias para brindar apoyo a los adultos mayores de 65 años y a otros grupos vulnerables. Esto ha ocurrido incluso en naciones que cuentan con sistemas de salud privados o mixtos.
En Colombia, en esta situación, se cambiaría de un sistema paralelo, como el que también existe en Perú, a uno combinado.
Según la Cepal, en América Latina y el Caribe es cada vez más común la transición hacia un sistema de pensiones mixto, destacando el aumento del rol del Estado en las reformas o rediseños de los fondos de jubilación.
Uruguay, Costa Rica y México son ejemplos de países que tienen sistemas híbridos, cada uno con sus propias características distintivas.
Según Urzúa, incluso en Chile, un país donde existía un sistema de salud privado predominante, se estableció un componente solidario que ha ido aumentando con el paso de los años.
Argentina destaca como el país con un sistema de reparto público único y República Dominicana se destaca como el único país de la región con un modelo puro sustitutivo, según la Cepal.
En términos de retos, Colombia se enfrenta a los mismos desafíos que el resto de América Latina y el mundo entero: garantizar la viabilidad del sistema en un contexto marcado por una baja tasa de natalidad y un rápido proceso de envejecimiento.
Según Olivera, el sistema de pensiones en muchos países de América Latina es muy ineficiente, independientemente del modelo utilizado.
Según el especialista, la reforma actual no aborda el problema de que Colombia destina una cantidad mínima de recursos a las pensiones, representando solo un 4,5% del Producto Interno Bruto. En comparación, en Uruguay, un país considerado como un ejemplo por su baja desigualdad, se invierte aproximadamente el 9%.
La sociedad en Colombia enfrentará discusiones complicadas acerca de cómo incrementar el gasto sin comprometer su viabilidad a futuro.
Un desafío importante en un mundo donde el aumento de la deuda y la desigualdad, junto con otros problemas, amenazan a los sistemas de bienestar.
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