¿Cómo se diferencian los Guzmán Salazar de los Guzmán López? Así son las personalidades de Los Chapitos

8 horas atrás
Ovidio Guzmán López

Los Chapitos: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar; Joaquín y Ovidio Guzmán López. (Anayeli Tapia/Infobae)

Ovidio y Joaquín Guzmán López, dos de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, están en conversaciones con la fiscalía de Estados Unidos para llegar a un acuerdo que les permita declararse culpables y así evitar un juicio, según informó su abogado Jeffrey Litchman este lunes. Esta situación se enmarca en el contexto de la reciente captura de Ismael "El Mayo" Zambada, que tuvo lugar el 25 de julio.

Ovidio Guzmán, apodado "El Ratón", fue extraditado en septiembre de 2023 y se presentó ante el Tribunal del Distrito Norte de Illinois. Su defensa anunció que están intentando alcanzar un acuerdo antes del juicio, programado para el 7 de enero de 2024, día en el que también estará presente su hermano Joaquín.

Los dos hermanos, Ovidio y Joaquín, se han declarado inocentes ante la justicia de Estados Unidos.

Ovidio había sido capturado previamente en 2019 durante una operación que provocó una feroz respuesta del Cártel de Sinaloa en Culiacán, incidente que terminó con su liberación por instrucciones del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. La aprehensión de Joaquín Guzmán López y su deslealtad hacia la familia Zambada ha desencadenado un conflicto entre Los Chapitos y La Mayiza.

Por otro lado, sus medio hermanos, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, siguen en libertad y están a la cabeza de la facción de Los Chapitos dentro del Cártel de Sinaloa.

Aunque están implicados en los mismos delitos de narcotráfico, blanqueo de capitales y uso de armas de fuego, hasta ahora han conseguido evitar el contacto con las autoridades estadounidenses.

Mientras Ovidio y Joaquín intentan llegar a un acuerdo sobre su futuro en prisión, Iván y Alfredo continúan la batalla en el exterior. A pesar de que parece haber una separación en el destino de estos cuatro hermanos, cada uno con personalidades y actitudes bastante diferentes, han logrado complementarse en su enfoque para preservar el imperio delictivo que heredaron de su padre.

Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar son descendientes de Joaquín “El Chapo” Guzmán y su primera esposa, Alejandrina Salazar Hernández.

Según datos revelados por la periodista Anabel Hernández en obras como “La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa” y su podcast Narcosistema, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, conocido como “El Chapito”, se presenta como el líder más prominente y temido de Los Chapitos.

Iván, quien nació en 1983, ha sido caracterizado como el hermano más determinado y agresivo, ejerciendo un dominio casi total sobre las actividades del Cártel de Sinaloa desde la detención de su padre.

Su estrategia en el liderazgo del cártel ha sido clara: recurrir a la violencia como método fundamental para mantener el control y aumentar las actividades, sobre todo en el tráfico de fentanilo, que se considera una de las áreas más rentables del cártel.

En la obra "La Historia Secreta", Dámaso López Serrano, conocido como el Mini Lic, retrata a Iván como el miembro más despiadado de Los Chapitos. Afirma que "es el más temido de todos los hermanos. Su esencia es malvada; al conocerlo a fondo, te das cuenta de que no le importa nada ni nadie, siempre y cuando él esté en un buen lugar".

Iván ha cultivado una imagen de ser implacable, tanto en el ámbito criminal como en su vida personal. Su recorrido está marcado por numerosos actos de violencia, y se le considera una persona con una actitud fría y meticulosa, lo que lo ha establecido como uno de los jefes más poderosos y temidos en el negocio del narcotráfico.

Su liderazgo se ha reafirmado debido a su habilidad para manejar operaciones complicadas mientras preserva el dominio sobre su área mediante el temor y la violencia.

Esta naturaleza agresiva y dominante no solo se manifiesta en sus elecciones dentro del cártel, sino también en su vida privada, donde ha enfrentado acusaciones de actos de violencia, especialmente contra mujeres.

Su ferocidad lo ha establecido como el líder indiscutible de Los Chapitos, lo que lo convierte en un blanco fundamental para las autoridades. Sin embargo, hasta ahora ha conseguido eludir a la justicia. En Estados Unidos, se ofrecen hasta 10 millones de dólares por información que conduzca a su arresto.

En otro ámbito se encuentra Jesús Alfredo Guzmán Salazar, conocido como "Alfredillo", quien nació en 1986. A pesar de ser menos conocido que su hermano Iván, ha tenido un papel fundamental en la consolidación y expansión del imperio delictivo de Los Chapitos.

De acuerdo con la reportera, Alfredo Guzmán se ha destacado por su fidelidad inquebrantable hacia Iván, acatando sus decisiones y respaldándolo en las actividades del cártel. Aunque su presencia es menos prominente, Alfredo es un elemento fundamental, responsable de la logística y las finanzas de la organización.

De acuerdo con el relato del Mini Lic, él siempre honró la autoridad de su hermano en su rol de líder, afirmando que “Alfredo decía: ‘Lo que mi hermano diga’, lo que muestra su lealtad incondicional hacia él en las decisiones importantes del cártel”.

A diferencia de Iván, su carácter es más equilibrado, aunque en ciertas circunstancias, sobre todo cuando bebe, puede volverse increíblemente agresivo, lo que hace que su conducta sea errática y arriesgada, según Anabel Hernández. No obstante, en su rutina cotidiana, se le percibe como un planificador competente, gestionando las actividades del narcotráfico de forma sigilosa pero efectiva.

De manera interesante, este hijo de El Chapo muestra un lado más reservado que contrasta con la violencia de su entorno: se le ha observado paseando a su perro Pomerania, Blue, incluso en encuentros con otros narcotraficantes, lo que evidencia una dualidad en su personalidad.

Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López son los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Griselda López Pérez, la segunda esposa del famoso narcotraficante. A diferencia de sus hermanastros, Iván y Alfredo, quienes son descendientes de Alejandrina Salazar, los Guzmán López han optado por llevar una vida más discreta en el seno del Cártel de Sinaloa.

Joaquín Guzmán López, conocido como “El Moreno”, “El Güero” o “El Güero Moreno”, nació en 1987 y es el más enigmático de todos Los Chapitos. A diferencia de sus hermanos, buscó alejarse del narcotráfico durante la mayor parte de su existencia, eligiendo llevar una vida más oculta y lejos de las actividades delictivas.

Se formó en la universidad con el objetivo de alejarse del legado de su padre, pero al final, las presiones familiares lo llevaron de nuevo al cártel, según la escritora de "Los señores del narco".

A diferencia de sus hermanos mayores, Joaquín ha manifestado una personalidad más reservada, eligiendo mantenerse al margen en lugar de involucrarse activamente en las decisiones del cártel.

En "La Historia Secreta" se indica que "El Moreno" se distanció de los entornos del narcotráfico, optando por socializar con individuos ajenos a ese ámbito.

De acuerdo con el Mini Lic, Joaquín asistía a las celebraciones acompañado de su esposa, quien provenía de un contexto social distinto. “A Joaquín no le agradaba relacionarse ni conversar con narcotraficantes... esas son las interacciones de Joaquín, junto a los amigos de su esposa, que eran de otro círculo”.

Mientras tanto, Ovidio Guzmán López, conocido como "El Ratón", ha ganado más notoriedad en los últimos años, aunque también ha evidenciado ser el más susceptible entre sus hermanos.

Nacido en 1990, Ovidio ha sido caracterizado como una persona introvertida y discreta, con un carácter menos dominante que el de Iván o Alfredo. Aunque ha tenido una participación significativa en el tráfico de fentanilo, Ovidio no ha demostrado la misma tendencia hacia un liderazgo autoritario.

En 2019, su arresto durante el conocido “Culiacanazo” y su posterior liberación por instrucciones del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pusieron de manifiesto su relevancia dentro del cártel, pero también expusieron su debilidad emocional.

En la primera audiencia de Ovidio Guzmán López después de su arresto en 2023, se dio a conocer que padece de ansiedad y depresión, motivo por el cual su defensa pidió que se le proporcionaran medicamentos. Por esta razón, algunas personas lo consideran el más “vulnerable” de Los Chapitos.

En el mencionado libro de la periodista Anabel Hernández, la autora señala que, en un principio, los hermanos Guzmán Salazar y Guzmán López no mantenían una relación favorable.

Iván Archivaldo Guzmán muestra desdén hacia sus medios hermanos, Ovidio y Joaquín Guzmán López, llegando al punto de afirmar: "Esos idiotas no importan".

De acuerdo con lo que explica la comunicadora, los hermanos Guzmán Salazar experimentaban al principio un profundo resentimiento hacia los Guzmán López. Esto se debía a que, tras la escape de su padre en 2001, Joaquín "El Chapo" Guzmán pasó más tiempo con Griselda López, la madre de Ovidio y Joaquín. Este favoritismo provocó fricciones entre los hermanos, en especial entre Iván Archivaldo y los hijos de Griselda, quienes se sentían menospreciados por la cercanía que “El Chapo” sostenía con ellos.

No obstante, con el paso del tiempo, estas discrepancias se fueron resolviendo. De acuerdo con Dámaso López Serrano, los hermanos lograron unir sus esfuerzos debido a su interés compartido por preservar el dominio del Cártel de Sinaloa. La tensión generada por conflictos externos y la urgencia de proteger su posición frente a otros grupos delictivos llevó a los Guzmán López y los Guzmán Salazar a colaborar, dejando atrás las disputas familiares para asegurar la continuidad y el control de la organización.

A pesar de las discrepancias y tensiones previas, los cuatro hermanos han conseguido organizarse para conservar el dominio de su grupo, a pesar de estar distanciados.

Mientras Ovidio y Joaquín Guzmán López afrontan su situación judicial en Estados Unidos y buscan pactos con la fiscalía, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar continúan al frente en el campo, dirigiendo la lucha en Culiacán contra el grupo de La Mayiza. A pesar de que sus funciones son diferentes—unos negociando desde la cárcel y los otros liderando el enfrentamiento en Sinaloa—, parece que comparten un objetivo común: preservar el legado de su padre.

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