¿Dónde está Ovidio Guzmán? El escándalo de El Mayo arrastra a los hijos de El Chapo

16 días atrás
Ovidio Guzmán López

Un hecho registrado en el sistema penitenciario de Estados Unidos (BOP) desató la incertidumbre. Ovidio Guzmán López, identificado como presidiario número 72884-748, figura como "liberado" desde el 23 de julio pasado. La polémica surgió dos días después. De manera sorpresiva, Ismael "El Mayo" Zambada, jefe narcotraficante del Cartel de Sinaloa, y Joaquín Guzmán López, hermano de Ovidio e hijo de "El Chapo", descendieron de una avioneta Beechcraft 200 y fueron arrestados en el aeropuerto rural de Santa Teresa, un pueblo de 6.000 habitantes en Nuevo México. En medio de la confusión y versiones contradictorias sobre la detención, la noticia de la supuesta liberación de "El Ratón", como se le conoce al líder de 34 años, incrementó las sospechas. Las autoridades mexicanas y estadounidenses desmintieron el rumor al día siguiente y confirmaron que Ovidio Guzmán seguía detenido y bajo la custodia de Washington. Un mes más tarde, la Fiscalía General de la República (FGR), que ha iniciado una investigación para esclarecer lo ocurrido en suelo mexicano, cuestionó la versión oficial de sus contrapartes. En un comunicado, la institución señaló que verificó su liberación, pero admitió que desconoce su paradero y situación legal al otro lado de la frontera.

La Fiscalía General de la República dio un paso más allá al anunciar el pasado jueves que estaba investigando si la supuesta liberación de El Ratón estaba relacionada con la captura de El Mayo en Estados Unidos. Después de la detención de Zambada, se discutieron al menos tres teorías para explicar cómo fue que uno de los criminales más buscados logró viajar al país más poderoso del mundo sin ser detectado y ser arrestado sin incidentes. Se mencionó la posibilidad de que el capo de 76 años se entregara debido a su avanzada edad y mala salud. También se planteó la idea de que su ahijado, Joaquín Guzmán López, lo engañara para abordar el avión bajo falsas pretensiones, como un viaje de negocios. Otra teoría sugirió que El Mayo fue traicionado por sus antiguos socios y llevado por la fuerza para ser arrestado. El 11 de agosto, Zambada publicó una carta detallando cómo fue atado y sometido por Los Chapitos, la facción liderada por los hijos de El Chapo, el día de su captura. La Embajada de Estados Unidos en México también confirmó que “la evidencia disponible indica que El Mayo fue llevado en contra de su voluntad”.

La Fiscalía General de la República sorprendió al tomar la teoría de la traición como la principal línea de investigación en el caso, acusando la semana pasada a Joaquín Guzmán López del secuestro de El Mayo. A finales de julio, el abogado de la familia Guzmán en Estados Unidos, Jeffrey Lichtman, negó que sus clientes tuvieran un acuerdo de colaboración con las autoridades y también desestimó la versión del secuestro de Zambada, calificándola como una estrategia planeada por su equipo legal. A pesar de la postura de Lichtman, cuando surgió la acusación de la Fiscalía mexicana, tanto los Gobiernos de Estados Unidos como de México prácticamente daban por hecho que Joaquín, alias El Güero, había mantenido comunicación secreta con varias agencias estadounidenses y considerado la posibilidad de entregarse durante años.

Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, señala que se tiene conocimiento de que Ovidio Guzmán estaba en contacto con Joaquín Guzmán López. Según Vigil, Joaquín confiaba en su hermano para entregarse. El reciente comunicado de la Fiscalía General de la República sobre las incógnitas en torno a Ovidio Guzmán ha hecho que una nueva teoría gane fuerza: la posibilidad de una negociación entre Los Chapitos y Estados Unidos para derrocar a El Mayo a cambio de protección judicial y beneficios para El Ratón. Esta teoría se basa en la liberación supuestamente concertada de Ovidio dos días antes de la captura de Zambada. Sin embargo, esta teoría entra en conflicto con la versión oficial de Washington sobre la detención, ya que se aseguró que no tenían confirmación de la presencia de El Mayo en el avión hasta que este aterrizó. Vigil comenta que este tipo de intercambios no son comunes en las agencias de seguridad estadounidenses y describe la operación como muy complicada, incluso para alguien como Joaquín Guzmán López.

El viernes se filtró a los medios que Ovidio Guzmán estaba bajo el programa de testigos protegidos de la DEA, pero resultó ser una información falsa. Resultaba increíble que la agencia antinarcóticos revelara el acuerdo en este momento. El hijo de El Chapo fue arrestado en Culiacán, territorio del Cartel de Sinaloa, en enero de 2023 y llevado a Estados Unidos en septiembre pasado. Tiene programada una audiencia judicial para finales de septiembre en Chicago, donde enfrenta cargos por tráfico de fentanilo, crimen organizado, lavado de dinero y posesión de armas de fuego, al igual que su hermano El Güero. Su expediente judicial no ha sido actualizado desde junio, sin embargo, no hay constancia de que se haya discutido ningún acuerdo de culpabilidad formalmente.

Además, los informantes y testigos protegidos no son liberados antes de dar información sobre sus antiguos socios. Esto no fue así en el caso de Vicente Zambada Niebla, conocido como Vicentillo, el hijo de El Mayo, cuya cooperación fue clave para la captura de El Chapo en el famoso juicio. Tampoco ocurrió con Jesús El Rey Zambada, hermano del narcotraficante, quien también testificó contra Guzmán y Genaro García Luna, un funcionario mexicano acusado de narcotráfico en Nueva York el año pasado. El Rey sigue cumpliendo su condena mientras que Vicentillo fue liberado en 2021, nueve años después de declararse culpable y dos años después de la sentencia de El Chapo.

Vigil explica que por lo general se traslada a los colaboradores a otros lugares, donde se les mantiene bajo vigilancia y se les somete a extensos interrogatorios, lejos de las miradas que podrían estar presentes en un centro de detención ordinario para proteger la seguridad del testigo. La ubicación del testigo y los acuerdos con las autoridades suelen mantenerse en secreto, especialmente cuando un caso está activo. Aunque no se puede descartar que los hermanos Guzmán López decidan cooperar con la justicia estadounidense en el futuro o que ya estén negociando al respecto, es poco probable que se haga un anuncio público al respecto. La figura del testigo protegido tiene como objetivo garantizar la seguridad de quien decida testificar y permitir que las partes interesadas en ese testimonio puedan presentarlo en un juicio.

Ovidio Guzmán no es el primer líder del crimen organizado en México que llama la atención de los medios al ser visto o desaparecer en el sistema penitenciario. El viernes pasado, Osiel Cárdenas Guillén, un destacado líder del Cartel del Golfo y de Los Zetas, fue liberado después de cumplir una condena de 21 años, pero en los registros del BOP aparecía como "desconocido". El Departamento de Justicia de Estados Unidos aclaró que había salido de prisión, pero aún no se había determinado si se quedaría en ese país o sería deportado a México. En noviembre de 2022, Édgar Valdez Villarreal, conocido como La Barbie, también desapareció del sistema carcelario. "Es extraño que se informe que ya no está en los registros de prisioneros, queremos saber dónde se encuentra, se ha consultado pero no hay información precisa al respecto, pero seguiremos exigiendo que nos informen", declaró en su momento el presidente Andrés Manuel López Obrador. La Barbie volvió al sistema penitenciario, al menos, desde febrero de 2023.

Un portavoz de la agencia penitenciaria de Estados Unidos explicó a EL PAÍS las posibles causas por las que un preso podría aparecer como "no bajo custodia de la Agencia de Prisiones". Por ejemplo, algunos reos que estaban bajo la custodia de la Agencia de Prisiones y que no han completado su condena pueden estar temporalmente fuera de custodia para asistir a audiencias judiciales, recibir tratamiento médico u otras razones. En la mayoría de los casos, la información sobre estos casos se considera confidencial.

La situación de Ovidio Guzmán llama la atención por la duda planteada sobre su situación legal por parte de la Fiscalía General de la República. Además, los cuestionamientos surgen en medio de la intrigante posibilidad de su participación en la captura de Zambada. En un comunicado, las autoridades mexicanas criticaron a Estados Unidos por no proporcionar información crucial para el caso, y las acusaciones han ido aumentando en intensidad a lo largo de las semanas.

La lucha mediática después de la captura de El Mayo ―con sus intrigas, contradicciones, versiones incompletas y declaraciones cruzadas― ha encontrado terreno fértil en las lagunas que las autoridades de México y Estados Unidos no han logrado o querido llenar, siguiendo el rumbo que el capo ha marcado con cada declaración. A pesar de cinco semanas de investigación, no se ha podido presentar una versión convincente y respaldada por pruebas sobre cómo fue detenido El Mayo junto con el hijo de su socio de largo tiempo. En el último giro del caso surge otra controversia: la Fiscalía mexicana desconoce el paradero de El Ratón y ninguna agencia de Estados Unidos ha justificado su ausencia en los registros carcelarios.

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