Estrenos online: crítica de «Rebel Ridge», de Jeremy Saulnier (Netflix)

10 días atrás
Rebel Ridge

La policía retiene el efectivo que trae consigo un hombre de raza afrodescendiente para saldar la fianza de un ser querido. Para poder recuperarlo, el individuo deberá hacer frente a fuerzas de gran poder. Protagonizada por Aaron Pierre y Don Johnson. Disponible en Netflix.

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Foto micropsiacine.com

Uno de los talentosos cineastas estadounidenses de los últimos tiempos es Jeremy Saulnier, quien se ha destacado por sus thrillers violentos, oscuros e intensos como BLUE RUIN (2013) o GREEN ROOM (2015). A pesar de que su thriller HOLD THE DARK (2018) fue algo decepcionante, siempre se espera con ansias sus nuevos trabajos dentro de este género, ya que sobresalen por encima de la mayoría de películas similares que se estrenan directamente en plataformas. Aunque REBEL RIDGE no alcanza el nivel de sus obras más conocidas (como su comedia de terror titulada MURDER PARTY, que no he visto), marca un retorno a su especialidad: los thrillers ambientados en pueblos pequeños con un aire de western moderno.

Durante más de dos horas, REBEL RIDGE recorre diferentes caminos y tonos, pero destaca principalmente por su conexión con películas de Howard Hawks y John Carpenter, como RIO BRAVO o ASALTO AL PRECINTO 13. Aunque no se centra exclusivamente en una comisaría o destacamento policial, este escenario es recurrente a lo largo de la trama y parece ejercer una fuerte influencia. Se trata de una comisaria en un pueblo pequeño llamado Shelby Springs, Louisiana, donde los eventos que ocurren allí cambiarán la vida del protagonista de un momento a otro.

Todo comienza con Terry Richmond (interpretado por Aaron Pierre, de LA RUTA SUBTERRÁNEA) montando en bicicleta por la carretera cuando es impactado por un coche de policía. ¿La razón? Según ellos, al llevar auriculares y escuchar música a todo volumen, no escuchó cuando le pidieron que se detuviera. Las excusas se suceden, las discusiones también, pero al final terminan confiscándole 36 mil dólares en efectivo que llevaba en su bolso. Terry explica que 10 mil son para sacar a su primo de la cárcel –donde se encuentra por posesión de marihuana– y el resto son sus ahorros para iniciar un negocio juntos. Los agentes, viendo la oportunidad de obtener dinero fácil, se quedan con el dinero como "evidencia" de actividad sospechosa y lo dejan en libertad.

Rebel Ridge - Figure 2
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Es evidente que Terry enfrentará dificultades para recuperar el dinero necesario con urgencia, ya que su primo está en peligro en una cárcel a la que será trasladado. Por esta razón, toma la valiente decisión de visitar la comisaría y tratar de negociar para recuperar al menos el dinero de la fianza, comprometiéndose a no reclamar el resto. En ese lugar se encuentra con el comisario Sandy Burnne (interpretado por Don Johnson), un hombre sin escrúpulos que inicialmente parece aceptar el trato pero después se echa para atrás y aumenta la apuesta. Sin embargo, Terry está preparado para este tipo de situaciones y, al darse cuenta de que la negociación no dará resultado, decide declararle una especie de guerra.

Esta será la premisa inicial en la que se basa Saulnier, pero que luego cambiará considerablemente en comparación con los modelos clásicos. En paralelo, una mujer llamada Summer (AnnaSophia Robb), que trabaja en el sistema judicial, intenta ayudarlo. Las circunstancias relacionadas con su primo encarcelado cambian y la trama da un giro inesperado que amplía el tema de la venganza personal a un posible caso grave de corrupción policial generalizada. Al observar las expresiones faciales y actitudes de Johnson y su equipo de oficiales, queda claro que están involucrados en asuntos mucho más grandes que simplemente quedarse con el dinero de alguien con quien se cruzan en la carretera.

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Foto micropsiacine.com

La paradoja de la película de Saulnier radica en que, conforme se adentra en los sistemas de corrupción y en las relaciones entre los personajes del pueblo, pierde algo de su ritmo y fuerza. A pesar de ser más inquietante en términos de narrativa y más profunda en su contenido, la energía directa y sencilla estilo Rambo con la que comienza se desvanece ligeramente. Para recuperarla, la película necesita un tiempo considerable para recomponerse, dando la sensación de que finaliza un primer episodio para dar paso al segundo.

Lo mismo sucede con los escenarios. Todo se va configurando en base a un único modelo de locación, lo que trae consigo tensión, toma de rehenes, violencia y traiciones, pero la película lo descarta antes de lo previsto, solo para volver allí mucho tiempo después. Esto no es necesariamente un problema - no hay suficientes personajes ricos y variados para mantener el interés durante casi dos horas en una comisaría - pero esta decisión sí provoca una serie de quiebres, de falta de continuidad aparente, en la estructura narrativa.

De todas formas, Saulnier demuestra tener el talento necesario para mantener la tensión en sus películas, que son siempre más sombrías que la media. Es capaz de revivir su propia película cuando parece que cae en un bache narrativo saturado de información detallada que en realidad no tiene mucha relevancia. Después de todo, los detalles específicos sobre las acciones del comisario y su equipo en ese pequeño pueblo no son tan importantes, son simplemente un recurso para avanzar la historia. Lo crucial, en última instancia, es lo mismo que en los buenos westerns desde los años 50 en adelante: si la civilización -o algo similar- podrá superar a la barbarie.

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