Así luce hoy la bodega secreta donde filmaron clandestinamente ‘Rojo Amanecer’, la película mexicana sobre la Masacre de Tlatelolco
Ciertas escenas de "Rojo Amanecer" se grabaron de manera secreta. Crédito: Cinematográfica Sol.
En este 2 de octubre, recordamos la trágica matanza de estudiantes en Tlatelolco, que tuvo lugar en 1968, un capítulo trágico en la historia de México que todavía genera profunda indignación. Más de dos décadas más tarde, el director Jorge Fons optó por plasmar estos hechos en su obra Rojo Amanecer, una película que es reconocida como un referente en la cinematografía mexicana.
La trama de la película se desarrolla principalmente en un apartamento del conjunto habitacional de Tlatelolco, donde una familia experimenta el angustiante y trágico desenlace de la represión del movimiento estudiantil a manos del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
La película se distingue por su perspectiva cercana y opresiva, mostrando de manera clara y emotiva cómo el conflicto político afecta a las personas. Cuenta con un reparto excepcional que incluye a Héctor Bonilla, María Rojo, Bruno Bichir y Demián Bichir, entre otros.
El rodaje de la película se llevó a cabo en una época en la que discutir abiertamente sobre la represión de 1968 estaba aún inmerso en un contexto de censura y limitaciones, lo que le confería un notable impacto cultural y social. De hecho, los que formaron parte del proyecto relatan que tuvieron que realizar la filmación con cautela, debido al temor a posibles represalias del gobierno de aquel tiempo.
Jorge Fons y los intérpretes grabaron las secuencias interiores del apartamento que se ve en el filme en un almacén oculto situado en la calle Adolfo López Mateos, bastante próximo al Estadio Azteca. Así se ve el lugar en la actualidad.
"Rojo amanecer" se considera una obra revolucionaria en el cine mexicano debido a su audacia al tratar temas delicados de la historia moderna de México y su representación veraz de un capítulo que todavía causa sufrimiento en muchas personas.
El 2 de octubre de 1968, la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México, fue el lugar donde ocurrió una brutal represión contra un movimiento estudiantil que anhelaba transformaciones sociales y políticas. Las protestas habían iniciado meses atrás, impulsadas por la insatisfacción con el autoritarismo del gobierno y la carencia de libertades democráticas en la nación.
En esa jornada, miles de estudiantes y ciudadanos se reunieron para llevar a cabo una manifestación pacífica. Sin embargo, el evento fue interrumpido por la actuación del ejército mexicano y las fuerzas de seguridad, que cercaron la plaza. Los militares comenzaron a disparar contra la multitud, lo que provocó numerosos muertos y heridos. A pesar de que el gobierno de aquel entonces intentó restar importancia a la cantidad de víctimas, investigaciones posteriores han indicado que el número de fallecidos fue considerablemente mayor al que se había reportado de manera oficial.
La masacre de Tlatelolco es recordada hoy en día como un emblema de la lucha por la justicia y la libertad en México. Las demandas de los estudiantes de 1968 aún reverberan en la sociedad mexicana, y cada año, el 2 de octubre se recuerda con manifestaciones y ceremonias en honor a las víctimas. Este acontecimiento dejó una profunda impresión en la memoria colectiva del país y significó un punto de inflexión en la historia política de México.
El 2 de octubre de 2024 se llevó a cabo la primera conferencia matutina de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en la que se trataron diversos asuntos, incluyendo la conmemoración de la masacre y la represión del movimiento estudiantil de 1968.
“El Gobierno de México presenta una profunda disculpa pública a todas las personas que perdieron a un ser querido o que fueron víctimas de los crímenes de lesa humanidad ocurridos la noche del 2 de octubre de 1968. Sucesos como este no deben repetirse”, afirmó la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.
