Putin aprueba cambios en la doctrina nuclear de Rusia
La disposición firmada por el mandatario ruso se emitió unos días después de que el presidente Joe Biden diera luz verde para que Ucrania utilizara misiles proporcionados por Estados Unidos en ofensivas dentro del territorio ruso.
19 de noviembre de 2024.
El martes, el presidente Vladimir Putin disminuyó el límite de Rusia para el uso de armas nucleares, una decisión que había sido planificada desde hace tiempo. El momento en que se aprobó parece haber sido elegido para demostrar que el Kremlin está preparado para responder de manera contundente a los ataques ucranianos en su territorio, particularmente con misiles estadounidenses.
El decreto firmado por Putin implementó una versión actualizada de la doctrina nuclear rusa, la cual fue expuesta en declaraciones televisadas en septiembre. No obstante, el momento de su firma envió un claro mensaje, ya que ocurrió apenas dos días después de que el presidente Biden diera luz verde a Ucrania para utilizar misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos con el fin de realizar ataques en territorio ruso.
Ante la interrogante sobre la posibilidad de que Rusia emplee armas nucleares en respuesta a ataques de este tipo, Dmitri S. Peskov, portavoz de Putin, reiteró la terminología de la reciente doctrina, que establece que Rusia "se reserva el derecho" de hacer uso de esas armas en contestación a un ataque convencional que considere una "amenaza crítica" para su "soberanía e integridad territorial".
El Ministerio de Defensa de Rusia informó más tarde que Kiev había empleado misiles balísticos clasificados como Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, o ATACMS, en un ataque llevado a cabo antes del amanecer contra un almacén de municiones en el suroeste de Rusia. Un alto funcionario estadounidense y otro ucraniano, que solicitaron no ser identificados para discutir las operaciones en curso, confirmaron que en los ataques se utilizaron los ATACMS, que cuentan con un alcance de 306 kilómetros, lo que los convierte en el armamento más distante que Occidente ha suministrado a Ucrania.
La Casa Blanca minimizó la reciente doctrina de Putin. En un comunicado del Consejo de Seguridad Nacional, se expresó que no se había detectado “ningún ajuste en la estrategia nuclear de Rusia”.
La reciente doctrina, que fue divulgada el martes en el portal del Kremlin, presenta diferencias significativas con respecto a la versión anterior en al menos dos aspectos relevantes. Estos cambios evidencian el intento de Putin de emplear la amenaza de su arsenal nuclear para persuadir a Estados Unidos de que cese su respaldo a Ucrania.
En primer lugar, sugiere la eventualidad de que las armas nucleares sean empleadas contra una nación que no realice un ataque directo a Rusia, pero que respalde a otra que sí está involucrada en un conflicto, aunque no cuente con armamento nuclear. Esto hace evidente alusión a Ucrania y a sus aliados, liderados por Estados Unidos, que le proporcionan armamento nuclear. La doctrina nuclear rusa anterior se enfocaba en la respuesta a ataques provenientes de naciones y alianzas que poseían armamento nuclear.
En segundo lugar, disminuye el nivel en el que Rusia podría contemplar el uso de armas nucleares como respuesta a un ataque con armamento convencional. La doctrina anterior, presentada en 2020, estipulaba que un ataque de esta índole debía poner en riesgo “la existencia misma del Estado”, mientras que la nueva establece este nivel en una “amenaza significativa” para la soberanía de Rusia.
La divulgación de la doctrina el martes pareció ser la más reciente indicación del Kremlin de que Rusia podría recurrir a armas nucleares en respuesta a los ataques de Ucrania respaldados por Estados Unidos, y que esta respuesta podría estar dirigida tanto a instalaciones estadounidenses como a Ucrania misma.
“El texto indica que un ataque por parte de cualquier país no nuclear contra la Federación Rusa y/o sus aliados, que cuente con la participación o respaldo de un país nuclear, es considerado como un ataque conjunto.”
Peskov, durante su conferencia telefónica diaria con los periodistas, destacó esta parte de la doctrina actualizada, afirmando: "este es igualmente un párrafo de gran relevancia".
"La disuasión nuclear busca asegurar que un posible enemigo reconozca la certeza de las respuestas en caso de ataque contra la Federación Rusa y/o sus aliados", afirmó Peskov.
En el anuncio del Consejo de Seguridad Nacional, la Casa Blanca indicó que “no le sorprendía” el nuevo decreto, ya que Putin había mencionado la modificación hace meses.
"Esto forma parte de la misma retórica irresponsable de Rusia que hemos observado en los últimos dos años", indicaba el comunicado. La Casa Blanca no vinculó el levantamiento de las restricciones a Ucrania con el anuncio realizado por Putin.
Funcionarios de países occidentales han comentado anteriormente que estarían más alarmados por un posible uso de armas nucleares por parte de Moscú si el ejército ruso se viera amenazado. Por el momento, la situación en la guerra de Ucrania parece favorecer a Putin en gran medida.
En el escenario bélico, las tropas rusas están progresando en el este de Ucrania, mientras que Kiev enfrenta dificultades tanto en el reclutamiento como en el ánimo de sus soldados. En el ámbito geopolítico, Putin ha logrado también ciertos avances: su conversación telefónica la semana pasada con el canciller alemán Olaf Scholz puso fin a un aislamiento diplomático de dos años por parte de los principales países occidentales. Además, la elección de Donald Trump como presidente entrante de Estados Unidos ha elevado las expectativas en Rusia sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania que se ajuste a las demandas del Kremlin.
Desde el inicio de su invasión a Ucrania en febrero de 2022, Putin ha intentado emplear la amenaza del vasto arsenal nuclear de Rusia para evitar que Occidente brinde apoyo militar a Ucrania. Sin embargo, su éxito ha sido bastante limitado, dado que Estados Unidos encabeza una coalición que ha proporcionado decenas de miles de millones de dólares en tanques de última generación, sistemas de artillería y misiles.
Sin embargo, Putin ha tratado de establecer una nueva línea de confrontación al permitir que Ucrania utilice misiles occidentales para llevar a cabo ataques en territorio ruso. Para descontento de los funcionarios ucranianos, el presidente Joe Biden había sido reacio durante mucho tiempo a autorizar el uso de esas armas de esa manera, debido al riesgo de una represalia violenta por parte de Putin y a la escasa influencia que el uso de dichos misiles podría tener en el escenario bélico.
Sin embargo, Biden alteró su enfoque recientemente después de la inesperada decisión de Rusia de integrar tropas norcoreanas en el conflicto, según informaron autoridades estadounidenses.
En septiembre, Putin alertó que si Estados Unidos y sus socios permitían a Ucrania lanzar misiles hacia el interior de Rusia, estarían colocando a su nación en una situación de "guerra" con la OTAN. Ucrania ha empleado armamento de producción nacional para realizar ataques a mayores distancias.
Antes de que Biden tomara su decisión, algunos funcionarios de Estados Unidos expresaron su preocupación de que el uso de misiles por parte de Ucrania cerca de la frontera pudiera provocar que Putin reaccionara con fuerza contra Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, otros funcionarios estadounidenses consideraron que esos temores eran desproporcionados.
En reacción a la reciente decisión de Biden, autoridades rusas han emitido algunas de sus advertencias más serias hasta ahora respecto al peligro de un conflicto nuclear. El martes, Andrei Kartapolov, líder del comité de defensa de la Duma Estatal de Rusia, comentó que Biden “sellará de manera abrupta el ataúd que él mismo ha preparado y llevará consigo a muchas, muchas más personas”.
La pregunta que surge ahora es si Putin percibe un beneficio estratégico en escalar su enfrentamiento con Estados Unidos, incluso mediante métodos no nucleares, ante la posibilidad del regreso de Trump a la Casa Blanca.
Tatiana Stanovaya, investigadora principal del Carnegie Russia Eurasia Center, calificó la situación en X como una “circunstancia sumamente riesgosa”, ya que Putin podría sentir la tentación de agravar el conflicto antes de que Trump asuma el cargo, con el objetivo de imponer un acuerdo de paz que favorezca sus propios intereses.
Sin embargo, ciertos analistas continuaban prediciendo que, considerando la intención manifestada por Trump de concluir la guerra de manera ágil, la estrategia más lógica para Putin sería abstenerse de realizar cualquier movimiento que pudiera agravar aún más su enfrentamiento con Estados Unidos.
Un analista radicado en Moscú, vinculado a una organización cercana al gobierno ruso, comentó que aunque es improbable que los ataques con misiles ATACMS de Ucrania alteren el rumbo del conflicto, una reacción contundente hacia Estados Unidos “generará dificultades para Trump”.
"Le resultará más complicado cambiar la situación si es eso lo que busca", comentó el analista, quien prefirió permanecer en el anonimato ya que no tenía permiso para hablar con los medios occidentales.
Oleg Matsnev y David E. Sanger trabajaron juntos en la elaboración del informe.