Daniela Castro confiesa por qué regresó a las telenovelas con TV Azteca
La última telenovela en la que participó Daniela Castro fue "Me declaro culpable" en 2018. Desde entonces, han pasado seis años y decidió hacer una pausa en los dramas de televisión porque no encontraba una historia que le interesara lo suficiente, según explicó.
"No había trabajado de verdad porque no había encontrado una historia que me inspirara, que me hiciera sentir que no era solo por cumplir", dijo en una entrevista con EL UNIVERSAL después de comenzar a rodar su nueva serie "Cautiva por amor".
Esta historia, en la que Luis Urquiza es el productor ejecutivo, marca no solo su regreso a las telenovelas, sino también su debut en una producción de Azteca.
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"Nací en Televisa y siempre ha sido mi hogar, pero mi reciente llegada a esta cadena ha sido extraordinaria. Ahora tenemos la flexibilidad de poder trabajar en diferentes empresas sin rencores", dijo.
En la serie "Cautiva por amor", Castro interpretará a una antagonista que se caracteriza por su obsesión por la imagen, siendo una persona versátil, muy egoísta y que pone a su familia en primer lugar, aunque en ocasiones los sacrifica en su afán por alcanzar sus metas.
Además, mencionó que también será un personaje antagónico que mostrará su lado más humano, lo que aportará equilibrio a la historia centrada en Litzy y Osvaldo de León. Esta trama abordará el delicado tema del tráfico de personas y la violencia contra las mujeres.
En nuestros días nos enfrentamos a un mensaje alarmante: la violencia, la explotación de personas, los conflictos familiares, la inseguridad. Considero que es un tema de suma relevancia, y confío en que esta novela logre sensibilizar a miles de mexicanos.
Me gustaría crear una organización de apoyo para mujeres que han sufrido maltrato, abuso sexual, trata de personas, o para aquellas madres que han perdido a sus hijos y no reciben ayuda de la policía ni de ninguna otra persona.
Daniela y su hija Danka serán coestrellas en la historia, donde también tendrán una relación familiar. A pesar de haber aprendido mucho de su joven hija de 21 años, Daniela prefiere respetar su espacio.
No pienso interferir en su campo laboral, si tengo una actuación sí, pero si no estoy en escena no me quedo atrás, así soy yo, cada persona tiene su propio estilo y talento, su manera de ser, ella es un gran personaje, las dos somos muy similares.
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Son adultas; la que no ha captado eso soy yo, siempre serán mis hijas, aunque no deseen un mentor, siempre lo tendrán, porque los sueltas hasta que se van, hasta que se casan, pero ni así, yo siempre tuve una familia muy cercana, mis padres estuvieron siempre a mi lado, son modelos a seguir que me agradan.
