Violeta Isfel rompió el silencio sobre la violencia intrafamiliar que vivió durante su infancia

Violeta Isfel, una de las figuras más anticipadas asistió al programa de Yordi Rosado en YouTube. En el transcurso de la conversación, la prometedora actriz compartió la experiencia que vivió como víctima de violencia doméstica a lo largo de numerosos años de su existencia.

La artista se interesó por la música y el espectáculo gracias al número de payasos organizado por sus progenitores, quienes se encargaban de entretener a los pequeños en eventos y domicilios particulares. Durante ese tiempo, disfrutó mucho aprendiendo de las actuaciones, aunque también experimentó momentos de tristeza.

Cuando Violeta compartió sus memorias de la infancia, se dio cuenta de la terrible situación que la acosaba cuando era niña. Después de cada evento, cuando sus padres llegaban a casa, se desataban peleas y discusiones a causa del alcoholismo de su padre. Era difícil para ella porque su papá dejaba de ser un payaso y se unía a los invitados, lo que solía resultar en una fiesta con excesos y descontrol. Violeta recordó que ella y sus hermanas eran parte de la fiesta, y a veces la situación podía salirse de las manos.

Igualmente, explicó que su padre solía actuar violentamente con ella y su madre. A causa de esto, después de acabar el programa de los payasitos, Isfel buscaba estar fuera de su hogar. Buscaba refugio en otros lugares, jugaba afuera o visitaba a su abuelo, quien la incentivó a seguir sus sueños como actriz y cantante.

"Mi abuelo me hacía escuchar a Rocío Dúrcal, enseñándome todo lo que sé sobre el cine de oro mexicano, y me hacía mirar películas de Cantinflas y Pedro Infante", expresó.

Después de eso, el padre se unió a Alcohólicos Anónimos para finalmente dejar su adicción. “La verdad es que el proceso de desintoxicación después de tantos años fue difícil. Cuando experimentamos su síndrome de abstinencia, creo que fue aún más difícil que cuando bebía y se volvía muy agresivo", admitió el informante.

La problemática de la violencia doméstica continuó por un largo tiempo en la vida de Violeta, quien en su momento enfermó y tuvo que abandonar sus estudios para dedicarse al cuidado y mantenimiento de su hogar. Fue objeto constante de abuso y humillación, obligada por su madre a tener la casa en orden y a cumplir con tareas excesivas, como limpiar el baño y mantener todo en perfecto estado. En consecuencia, Violeta se convirtió en una especie de sirvienta y la situación no era nada agradable para ella.

Cuando la artista alcanzó los 15 años, adoptó una decisión radical y abandonó su hogar para trasladarse con su novio de aquel entonces. Esta elección nunca fue respaldada por sus padres.