Wimbledon cambia su histórica regla de vestimenta: ¿cuál es su ...

3 Jul 2023

Incluso los no amantes del tenis sabrán que la escena de Wimbledon combina únicamente dos colores: el verde de la cancha y el blanco reluciente de la ropa. Así lo dictan las estrictas normas que, hasta ahora, nunca se habían sometido a modificaciones, aunque sí habían sido ampliamente cuestionadas. Sin embargo, este 2023 llega el tercer Grand Slam del año con un cambio de reglas en el histórico código de vestimenta: las tenistas podrán llevar calzas de color oscuro, siempre que no sean más largas que sus pantalones cortos o faldas.

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Foto National Geographic
El tenis, el deporte de moda en el Renacimiento

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"Los competidores deben estar vestidos con ropa de tenis adecuada que sea casi completamente blanca, y esto se aplica desde el punto en que el jugador ingresa al perímetro de la cancha", expone la primera de la larga lista de normas que condicionan el atuendo de los jugadores y jugadoras. 

wimbledon

Los campeonatos femeninos de Wimbledon se celebran desde 1884.

Cordon Press

Igual que sucede hoy en día, la ropa blanca es bien temida por aquellos que suelen ensuciarse con facilidad, y a priori no parece el tono ideal para alguien que va a practicar deporte intenso durante 90 minutos. No obstante, la elección del blanco frente al resto de colores mucho tiene que ver con el origen de Wimbledon.

En la década de 1870, el campeonato empezó a celebrarse en el All England Croquet and Lawn Tennis Club, en la ciudad homónima, en un contexto en el que el tenis era un deporte reservado a las clases altas. Por lo contrario, la clase trabajadora pasaba el día en el campo o en la fábrica, donde la vestimenta poco importaba, ya que en cualquier caso acabarían manchados de tierra, de grasa o de sudor. De este modo, el anhelo por marcar una diferencia entre la élite y el pueblo, entre lo "pulcro" y lo "sucio", se trasladó también a la cancha, y una forma de hacerlo fue a partir del uso de un color blanco delator. 

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Foto National Geographic
¿Por qué las tenistas podrán "romper" la tradición del blanco?

Las mujeres llevan 139 años participando en Wimbledon. En 1884 se realizó el primer campeonato femenino, en el que Lilian Watson salió ganadora al enfrentarse a su hermana, Maud. 

En la década de 1940, ocurrió un hecho que captó la atención de periodistas deportivos, espectadores y, sobre todo, del comité del All England Lawn Tennis and Croquet Club: la tenista Gussie Moran asistió a la fiesta previa, en el Hurlingham Club, con un vestido blanco que dejaba ver unas calzas de encaje y de color. Tal fue la atención que recibió, que el equipo de fotógrafos se colocó en zonas estratégicas de la cancha donde Moran estaba asignada para poder sacar imágenes intencionadamente enfocadas en su ropa interior. 

gussie moran

Dos años más tarde de la polémica, Gussie Moran volvió a usar los pantalones reglamentarios para Wimbledon.

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Este episodio fue controversial, pero no lo suficiente como para poner en entredicho las normas de vestimenta del campeonato. El blanco inmaculado seguía formando parte de los requisitos y esto suponía una gran presión, sobre todo, entre las mujeres tenistas. 

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Foto National Geographic

El miedo a manchar la indumentaria debido a la menstruación, que puede llegar antes o durante un partido, ha sido una causa de estrés y, en consecuencia, de peor rendimiento para las jugadoras. Es por ello que, durante años, algunas han reivindicado el derecho a poder utilizar ropa interior oscura para aliviar la ansiedad que genera tener la regla durante el campeonato. 

Ahora, en un mundo que ya casi ha eliminado el tabú de la regla, el comité ha decidido escuchar a las tenistas y añadir un matiz a la novena cláusula de su reglamento: "Cualquier ropa interior que sea o pueda ser visible durante el juego (incluso debido a la transpiración) también debe ser completamente blanca, excepto por un solo borde de color que no sea más ancho que un centímetro (10 mm), excepto las jugadoras, a las que se les permite usar ropa sólida, calzoncillos interiores de color medio/oscuro, siempre que no sean más largos que los pantalones cortos o la falda". 

Desde sus inicios, el torneo había revisado su código varias veces, aunque siempre para tornarlo más estricto frente a aquellos que ponían adornos coloridos a sus atuendos, como el caso de las zapatillas con suela naranja de Roger Federer en 2013. No obstante, este cambio es histórico porque se trata de la primera vez que el comité laxa sus normas de indumentaria con una pequeña modificación que favorece a la igualdad de rendimiento entre las tenistas mujeres. 

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