Lamine Yamal sigue en Rocafonda

15 días atrás
Lamine Yamal

Lamine Yamal, jugador del FC Barcelona y VALENTÍ ENRICH.

Desde hace un tiempo, Lamine Yamal visita la avenida del Perú en Rocafonda, barrio de Mataró, siempre que su agenda futbolística se lo permite. Acompañado en coche por su primo Moha, pasa la noche en la nueva casa de su abuela, la cual él le compró y que está cerca de su antigua residencia. Suele cubrirse con una capucha ya que, de repente, se ha convertido en un símbolo reconocido a nivel mundial. También ha comprado propiedades para su madre en el Maresme y para su padre en Barcelona.

El tío de Lamine, el padre de su primo Moha, ha decidido cerrar la panadería que administró durante muchos años frente al campo de fútbol del barrio, cerca del polideportivo donde solía jugar. Hace poco, Lamine pasó por allí para rememorar viejos tiempos. A pesar de haber firmado un contrato con Adidas por 32 millones de euros durante diez años, Lamine sigue siendo ese chico del barrio, orgulloso de sus orígenes y de reivindicarlos cada vez que marca un gol. El dinero es importante para él, no por el lujo, sino porque le permite ayudar a su familia, a quienes ama con todo su corazón. Ya han quedado atrás los días en los que su tío le daba unas monedas para poder coger el tren, acompañado de su padre o de su amigo Hamza, rumbo a Barcelona o cualquier otro lugar.

En ocasiones, cuentan, incluso se colaba. Algo que cualquier joven sin recursos en la región del Maresme ha hecho, donde saltar la valla es casi una necesidad para protestar por la falta de inversión en ‘Rodalies’. En su caso, era una urgencia. Cuando Lamine Yamal dibuja el 304 con sus manos, no lo hace por razones comerciales. El barrio no se puede comprar ni vender; el barrio es parte de ti y nunca te abandona. Yo, permítame tomar la libertad en este momento, crecí en la calle Madern i Clariana, en el Palau, vecino del barrio de Rocafonda, encima del bar Luna, donde “el Durán” y su familia establecieron el punto de encuentro informal de la UD Palau, el equipo del barrio, rival acérrimo del CF Rocafonda por motivos evidentes.

Cuando le preguntan a Lamine Yamal, un joven de dieciséis años que creció en un barrio como Rocafonda, y ahora es futbolista profesional jugando la Eurocopa con la selección española, sobre la presión de llevar esa camiseta y competir en el torneo continental, es posible intuir una sonrisa que revela algo así como un “¿en serio?”. La presión verdadera, aquella que paraliza, que te hace llorar al no poder darle comida a tus hijos, la que rompe familias y termina vidas, es la pobreza y la lucha por llegar a fin de mes. Lo que Lamine Yamal está experimentando hoy es un privilegio: tanto el que él recibe como el que nos ofrece.

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