Video: la terrible piña de Conor McGregor a la mascota de Miami Heat
10/06/2023 11:32hs. Actualizado al 10/06/2023 11:43hs.
Sin dudas, se le fue la mano. Y fuerte, porque la idea era que Conor McGregor, uno de los invitados de lujo al juego cuatro de la finales de la NBA entre Miami y Denver, interactuara un poco con la mascota del Heat. Sin embargo, el irlandés quiso demostrar toda su potencia y le metió tremenda trompada en la cara. Tanto fue así que le voló el sombrero y la dejó tirada tirada en el piso.
"Burnie", como se la conoce a la mascota, es la representación antropomórfica del logo de la bola de fuego del Heat. Le pusieron guantes de boxeo y un cinturón de campeón como para hacer que peleaba con Conor, pero el irlandés la reventó en segundo. No conforme con haberla mandado al suelo, le siguió pegando piñas en la cara cuando estaba tirada en el piso. Ahí, todos los fans de Miami que estaban en el estadio comenzaron a abuchear al ex rey de las categorías pluma y liviano de UFC.
Mirá la terrible piña que Conor McGregor le pegó a la mascota de Miami Heat
Connor McGregor - 10-6-2023
En primer plano, la terrible piña de Conor McGregor a la mascota de Miami HeatConnor McGregor - 10-6-2023
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Denver jugó un partido en el que demostró porqué fue el 1° de la Conferencia Oeste. En completa desventaja en un momento clave del encuentro, los Nuggets fueron un equipo; un grupo de jugadores con un objetivo -muy claro- en común. Resistieron y dominaron con una actitud admirable (característica más que ausente en Miami). Así ganaron el Juego 4, por 108-95, ante un Heat que desaprovechó su oportunidad.
Es que los Nuggets quedaron 3-1 en la serie. Están a un partido de ser campeones y, encima, el próximo juego será en Denver, donde, por ejemplo, miles de hinchas de los Nuggets asistieron el estadio para ver este Juego 4 a través de la pantalla gigante que está en el centro de la cancha. Contra todo eso tiene que pelear Miami, además de, claro, ganar tres partidos consecutivos para dar vuelta esta historia, como los Cleveland Cavaliers en 2016.
De momento, con este contexto, solo una épica podría salvar al Heat, porque Denver, con agresividad, con juego, con inteligencia, con piezas que se transforman cuando el equipo lo necesita y, sobre todo, con muchísima actitud, tiene todo para ser campeón.
Una primera mitad entre los Nuggets y el Heat que distó completamente de la segunda
El escenario de arranque volvió a repetirse, como fue en los tres juegos anteriores: paridad. Ambos equipos arrancaron fuertes, incluso con muchísima más agresividad y roce que en los partidos anteriores. Y Miami, sobre todo, con un ajuste que se notó y mucho en los primeros minutos: la defensa de Butler sobre Jamal Murray. El alero del Heat lo agarró de entrada al base de los Nuggets y lo anuló. Sin embargo, no continuó con ese emparejamiento después de los primeros pasajes y, claro, cuando fue Gabe Vincent el que agarró a Murray, el canadiense facturó: dos tiros y cinco puntos, así de fácil.
Los dos equipos, hay que destacar, jugaron ofensivas bien decididas en el primer cuarto, pero fue tanta la agresividad para defender de ambos, que el marcador se quedó corto. Fue un primer período excelente para ver, y que se cerró con un triplazo de Butler para que el Heat cierre arriba por 21-20.
Pero en el segundo cuarto, Denver dañó. Y prescindió, encima, de Nikola Jokic y Murray, y de sus combinaciones de pick and roll y mano en mano, siempre letales. El que tomó las riendas en los Nuggets fue Aaron Gordon, que jugó un partidazo, sacando chapa de su físico. Metió ¡15 puntos! en ese período, y de esos 15, ocho fueron abajo del aro. Jugó de espaldas, provocó desajustes defensivos en Miami y peleó con uñas y dientes en la zona, y así castigó. 55-51 cerraron los Nuggets la primera mitad, mientras que en el Heat, el que puso la cara fue Adebayo, con ocho unidades.
Y en el tercer período, ese dominio de Denver prevaleció. Movimientos permanentes de los hombres sin balón, mucho pase y una tremenda lectura de los espacios. Coordinación absoluta de los Nuggets y desconcentración total en el Heat, que salió dormido a jugar ese período. Al mismo tiempo, empezó a aparecer la combinación Murray-Jokic que tanto faltaba, y las individualidades de cada uno. Dolor de cabeza para Miami, que estaba desatento y apagado. 31-22 le ganaron los Nuggets ese cuarto a su rival, para poner el partido 86-73 a su favor.
El último cuarto, decisivo: la posibilidad de Miami para empatar la serie y la tremenda respuesta de los Nuggets para impedirlo
El inicio del último cuarto parecía auspiciar una pesadilla en los Nuggets: Jokic llegaba a su quinta falta y Michael Malone, obligado, lo sacaba de la cancha, con el marcador 96-86 a su favor y a falta de 9 minutos y medio para el cierre del partido. Era la oportunidad perfecta para que Miami iguale el marcador y la serie. Ya no iba a sufrir en defensa al Joker y, en ataque, Adebayo tenía la posibilidad de hacerse una fiesta con su físico y con penetraciones directas al aro para absorber la defensa rival y definir, o, sacar la bola afuera para sus tiradores.
Sin embargo, nada de eso hizo Miami. Cuando el Heat más necesitó que sus cinco jugadores en cancha jueguen al máximo, ataquen el aro y aumenten su agresividad, no encontró respuestas. Los Nuggets se plantaron en cancha con Bruce Brown, Murray, Kentavious Caldwell-Pope, Jeff Green y Gordon. Y con una actitud tremenda, frenaron todos los ataques de Miami, que hasta se mostró nervioso, casi como si hubiera sido tanta la presión de saber que tenía la posibilidad de dañar mucho más a su rival que terminó jugándole en contra.
Ni Butler logró ser el Butler que fue en todas las series anteriores, ni los tiros letales con parábola en la zona de Adebayo entraron. En el resto de los jugadores del Heat esa falta de actitud también se hizo presente. Y en los Nuggets, todo lo contrario. No haber tenido a Jokic en un momento tan trascendental del partido los llenó de motivación: los cinco que estaban en cancha defendieron con una fuerza y una agresividad impresionante. Especialmente KCP, que llegó a quedar emparejado con Adebayo y lo frenó, y hasta le quitó una pelota a Butler que derivó en un contraataque y dos puntos de los Nuggets.
Jokic regresó a la cancha cuando restaban cuatro minutos y cuando su equipo estaba arriba 96-87. Y los Nuggets terminaron de cocinar el partido ante un Miami desesperanzado y caído. La gran figura fue Gordon, con 27 puntos, 6 asistencias 7 rebotes; mientras que Jokic, Brown y Murray aportaron otras 23, 21 y 15 unidades respectivamente.
En Miami, Butler convirtió 25 puntos, con 7 asistencias y 7 rebotes, y Adebayo aportó 20 unidades y 11 rebotes. Todo puede definirse el próximo lunes, desde las 21:30, en Denver.