Evangelio del domingo 5 de mayo
Dios nos ha demostrado su amor y fidelidad. ¡Gloria a Él!
En Hechos de los Apóstoles, Pedro experimenta una liberación mental al entrar en la casa del oficial Cornelio. Él se da cuenta de que su creencia de que Dios solo otorga su Espíritu a los judíos es errónea y excluyente. Pedro acepta que Dios no hace distinción de personas y acepta a aquellos que temen a Dios y practican la justicia, independientemente de su origen nacional. Esta experiencia de liberación mental permite la conversión, lucidez y maduración en la comunidad cristiana primitiva. Los creyentes aprenden a dejar que Dios actúe como Dios sin prejuicios injustos.
En su punto más elevado, la Primera Carta de Juan declara que Dios es amor y que todos nosotros, quienes hemos sido creados a su imagen y semejanza, y nacidos de Él, compartimos ese amor divino y somos, por ende, amorosos en nuestra esencia. De este modo, nuestra vida debe estar orientada hacia el amor, pues viene de Dios y estamos llamados a vivir en él, siempre buscándolo. Además, a través de nuestro amor hacia los demás es que podemos conocer a Dios, y su Hijo nos revela este amor divino de manera extraordinaria, superando los limites de la muerte y del pecado mediante su victoria en la cruz.
El texto que se presenta esta semana sobre el Evangelio de Juan tiene continuidad desde el capítulo 15 que se presentó la semana anterior y que trata sobre "la vid verdadera". En este nuevo capítulo, se enfoca en el amor que Jesucristo brinda a sus seguidores, un amor similar al que el Padre le tiene a Él. Se trata de un amor de amigos íntimos.
La gran noticia es que podemos vivir sumergidos en ese amor, sin embargo, es importante estar constantemente alerta ante su llamado, su invitación y su llamado a mantenernos firmes en ese amor increíblemente extenso y desbordante. Como resultado de permanecer en este amor, experimentamos una alegría completa en el Señor Jesús. Mantenernos en el amor del Señor Jesús significa andar como peregrinos, siendo fieles al Evangelio, sus mandamientos y su forma de vida presentada en sus propios misterios pascuales.
Él es miembro de la Compañía de Jesús y ha obtenido títulos de licenciatura en Ciencias de la Comunicación de UNIVA, Maestría en Filosofía y Ciencias Sociales del ITESO y Teología de la Facultad Jesuita de Filosofía y Teología en Belo Horizonte, Brasil y la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, Italia. En la actualidad, está colaborando en la Parroquia San Ignacio de Loyola en la Diócesis del Valle de Chalco, en el Estado de México.
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