¿Cuántas pelotas se usan en un partido de béisbol de la MLB y cuánto cuestan?

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El 16 de agosto de 1920, en la quinta entrada del juego en Polo Grounds, Ray Chapman de los Cleveland Indians se preparaba para batear. Por su parte, los Yankees contaban con Carl Mays, recién obtenido de los Boston Red Sox junto a otro pitcher joven de renombre, Babe Ruth, quien estaba en la lomita. Mays era conocido por intimidar a los bateadores que se acercaban demasiado al home, y usaba una técnica de lanzamiento submarino. Desafortunadamente, Chapman no logró ver la pelota y recibió un golpe en la cabeza que le fracturó el cráneo. A pesar de ser llevado de inmediato al hospital, falleció doce horas después.

La partida de Raymond Johnson Chapman trajo consigo consecuencias importantes para el mundo del béisbol. Entre ellas, se incluyen la prohibición inmediata del uso de la técnica "spitball" y la posterior implementación de cascos para amortiguar el impacto de los lanzamientos y hacerlos más controlables, evitando así posibles daños vitales.

Una consecuencia directa fue un cambio que cambiaría para siempre la idea central del juego, separándolo de sus raíces en Inglaterra. Esto se debió a la implementación inmediata de una regla que exigía que el árbitro repusiera una pelota una vez que se ensuciaba. De repente, el béisbol dejó de ser un juego estratégico en el que se ganaban carreras contra lanzadores dominantes, para favorecer a los bateadores más fuertes. No es casualidad que en 1920, Ruth, el joven jugador, cambiara de lanzador a jardinero de forma permanente.

Antes de que Raymond Chapman de Cleveland Indians fuera golpeado por un lanzamiento en la sien por el lanzador de los Yankees Carl Mays el 17 de agosto de 1920, los béisboles se veían diferentes. Chapman murió 12 horas después del incidente ya que no pudo ver el béisbol manchado con jugo de tabaco. Los árbitros empezaron a usar béisboles blancos en los partidos. pic.twitter.com/GZSxTGuLMr

El surgimiento de Ruth como jugador de los Yankees y la emoción que sus impactos con el bate generaron, se consideran el evento clave que puso fin a la "era de la bola muerta" del béisbol. Sin embargo, en realidad, Ruth se benefició del fin de dicha época en vez de ser el motor que la impulsó. La verdadera razón detrás de la popularidad de los jonrones en el juego, fue gracias al cambio fundamental en las reglas. Con una pelota limpia siempre en juego, los jugadores ya no se enfrentaban a un objeto errático que tendía a endurecerse en los últimos tiempos y era difícil de ver cuando pasaba por el plato.

Durante sus inicios, el béisbol se enfocaba en lo que en la actualidad se conoce como “jugadas de pelota corta” y esto era fácil de entender al observar un partido de críquet. No obstante, el hecho de que se utilizaba una pelota de béisbol nueva de forma constante implicaba que, a partir de 1920, la ventaja en la competición la tenían quienes sostenían el bate, y no la pelota.

Una pelota con rayones o sucia no se usará en un partido y, por lo tanto, los equipos empezaron a permitir que los seguidores conservaran las pelotas que se utilizaron para lograr tiros libres y jonrones, solo como un recuerdo. Antes, los fanáticos no podían quedarse con una pelota y debían lanzarla de vuelta al lanzador para que pudiera seguir siendo usada en el partido.

Con el tiempo, se ha vuelto habitual que las Grandes Ligas de Béisbol inviertan cantidades significativas de dinero en pelotas de juego debido a su creciente importancia. En el pasado, un partido de béisbol solía requerir no más de tres o cuatro pelotas, mientras que en la actualidad se utilizan entre siete y diez docenas de pelotas. Este cambio es ahora esperado y entendido por todos.

En cada partido de béisbol se usan 120 pelotas, y en una temporada con 2430 juegos se usan en total 291.600. Además, durante la postemporada, que incluye playoffs, banderines y la Serie Mundial, es muy probable que los árbitros cambien las pelotas sucias por nuevas, lo que aumenta aún más su uso. Teniendo en cuenta los juegos con entradas extras y las pelotas de práctica, no es descabellado pensar que en la MLB se usen alrededor de 900.000 pelotas de béisbol por año.

Esto coloca el gasto anual de la MLB únicamente en pelotas de béisbol alrededor de los 10 millones de dólares.

Los seguidores que vayan al partido y tengan la fortuna de capturar una falta o un jonrón se llevarán a casa un recuerdo de su jornada. No obstante, en muchas ocasiones, las bolas se sacan del campo por diversas razones. Es posible que los jueces retiren las pelotas que pierden colorido o se deforman, pero, tras más de un siglo utilizando esta normativa, las bolas se sacan una vez que han sufrido algún tipo de daño, como un roce al caer al suelo o al ser lanzadas con un defecto.

. También, es posible que un pitcher solicite una pelota diferente debido a un problema de sensación que tenga con la actual. Quizás esta esté demasiado resbaladiza o las costuras no parezcan lo suficientemente resistentes, entre otras razones. Normalmente, este tipo de solicitudes no son rechazadas y, aunque no siempre sucede, el árbitro suele cambiar la pelota.

Después de que una pelota sale del campo de juego, está prohibido su reintegro, por ende, el acto que acostumbran los fervientes seguidores de los Cachorros en Wrigley, consistente en devolver al campo los jonrones del equipo contrario, no resulta funcional. La pelota, por su parte, será posiblemente empleada para la recopilación de autógrafos o incorporada al cúmulo con fines de entrenamiento de bateo, pero jamás regresará al juego.

Durante los últimos 40 años, Rawlings ha sido el exclusivo fabricante de pelotas de béisbol para las Grandes Ligas, con un cliente que representa más del 80% de su producción anual. Parece ser que tienen un negocio muy rentable.

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