El dolor, la resiliencia y la importancia de la fe en Dios - Pontificia Universidad Católica de Chile

Docente de la Facultad de Ingeniería.

En la vida, a menudo debemos hacer frente a situaciones difíciles y dolorosas que parecen imposibles de superar. Estos desafíos nos ponen a prueba y nos afectan profundamente. Justamente es en estos momentos cuando descubrimos la resiliencia del ser humano y la importancia de tener fe en Dios.

La partida de un ser cercano es una vivencia dolorosa que deja una impresión imborrable en nuestro interior. La experimenté de manera personal cuando mi esposa de casi cuarenta años falleció, lo que fue devastador no solo para mí, sino también para todos los que la apreciamos y respetamos. Su legado fue más allá de su vida personal, ya que abrió camino hacia la igualdad en el ámbito empresarial y plasmó una huella indeleble en la historia de nuestra familia, como se muestra en el libro "La vida golpea (a veces demasiado) fuerte". Su partida trajo consigo no solo la pérdida de alguien querido, sino también la necesidad de lidiar con el duelo y de buscar un sentido en medio de la oscuridad. En este proceso, la fe brinda un faro que ilumina el camino hacia la aceptación y la paz interior, permitiéndonos encontrar sentido en medio de la pérdida. Es aquí donde la conexión con Dios cobra una dimensión especial, que reafirma la vida y la creencia en un amor que trasciende la separación física.

En el libro, hay una parte que me hace sentir muy conmovido. Hablaba sobre la esperanza que teníamos de que nuestra hija se recuperara después de un terrible suceso. Nuestra hija es la mayor de nuestros cuatro hijos y sufrió una trombosis que bloqueó sus pulmones, varias veces le dio un paro cardíaco, lo que provocó un daño cerebral grave y finalmente perdió su segundo bebé. Fue una lucha desesperada para encontrar ayuda y un milagro. Lamentablemente, mi esposa no tuvo la capacidad de seguir adelante y finalmente falleció por la tristeza que le provocó no poder encontrar algún tratamiento que ayudara a recuperar a nuestra hija.

Cuando nos enfrentamos a situaciones dolorosas como la pérdida de un ser querido, es común que nos preguntemos repetidamente por qué nos ha sucedido a nosotros. Esta interrogante suele resonar profundamente en nuestro corazón cuando atravesamos momentos de pérdida o tragedia. Aunque no existen respuestas sencillas, es posible buscar un significado en estas situaciones a través de la reflexión. Aunque no podemos cambiar el pasado ni encontrar culpables, podemos aprender de estas experiencias y encontrar la felicidad en el transcurso de nuestro camino, no solo al final o cuando alcanzamos una meta.

Aún en los momentos más oscuros, la vida continúa. Debemos apreciar cada instante, tomar la oportunidad de abrazar a aquellos que amamos y buscar la fuerza en lo más profundo de nosotros para superar los retos más difíciles. En una sociedad acostumbrada a la monotonía y falta de interés, es tiempo de despertar y reconocer las luchas personales de cada individuo...