Perfección y resiliencia para un edén

10 días atrás
Resiliencia

A pesar de que la abundante vegetación en la duna parece ideal y se funde magníficamente con la fina y blanca arena, además del intenso azul del cielo despejado y las aguas verdosas del mar, para los empleados del Hotel Meliá Cayo Coco, que está situado en la famosa región turística Jardines del Rey, este paisaje sigue siendo muy diferente al anterior.

Antes de que el huracán Irma pasara en septiembre de 2017, la playa apenas era visible desde el interior del lugar turístico ubicado en la cayería al norte de Ciego de Ávila. Esto se debía a que la densa vegetación y los montículos de arena actuaron como una barrera y disiparon la energía de las gigantescas olas que fueron impulsadas por los vientos de más de 200 kilómetros por hora. Gracias a ello, se evitó un gran desastre.

La duna resistió gracias a la protección que le brindó la vegetación que la compone, en su mayoría especies con raíces rizomatosas que permiten que la arena se acumule y mantenga, brindando mayor fortaleza a estas elevaciones para disminuir el efecto de las olas, el viento y la erosión causada por actividades humanas.

El hecho de que se hayan contenido las arenas que se habían esparcido en cierto tramo de la costa hace un año no fue algo fortuito. Se debió a las condiciones ambientales que evitaron que fracasara una inversión valorada en millones de dólares, con el objetivo de ampliar los espacios recreativos en un promedio de 50 metros y disminuir la vulnerabilidad de la zona costera ante situaciones climáticas extremas y los efectos del cambio climático (CC).

Daylon Fundora Caballero, quien es el líder del Departamento de Recursos Naturales, Ecosistemas Priorizados y Cambio Climático en la Subdelegación de Medio Ambiente, parte de la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en Ciego de Ávila (DT-Citma), informó recientemente que después del paso del huracán Irma se pudo comprobar que las áreas litorales que recibieron una recarga de arena sufrieron menos daños.

En esa situación en particular, el Plan del Estado de Cuba para combatir el Cambio Climático (también conocido como Tarea Vida) tiene como objetivo preservar, cuidar y renovar completamente las playas de arena del conjunto de islas. Se da prioridad a aquellas que son urbanizadas para uso turístico y se busca disminuir la fragilidad estructural del patrimonio construido.

La presencia del cambio climático se hace evidente en las playas que sufren una erosión constante, aumentando su intensidad en algunos casos específicos. La disminución del espacio de la berma y la desaparición de la vegetación son otros efectos no deseados que afectan el correcto funcionamiento de los ecosistemas costeros y la calidad del turismo de playa y sol.

En Ciego de Ávila, se ha evidenciado el deseo de detener esas inclinaciones perjudiciales mediante el Programa de Inversiones para Restauración de Playas, el cual involucra a la Compañía de Inversiones Gamma S.A, junto con los Centros de Investigaciones sobre Ecosistemas Costeros (Ciec) y de Ingeniería Ambiental y Biodiversidad (Ciba).

La DT-Citma reporta que, a partir de 2016, se ha llevado a cabo la recuperación de 10,4 kilómetros de las 36 playas que se encuentran en el archipiélago Jardines del Rey. Esto se ha logrado depositando 1 051 787 metros cúbicos de arena en las zonas turísticas de los cayos Coco, Guillermo y Paredón Grande.

Así fue como se restauró la barrera natural en varios sectores, recuperando tanto la estética como la funcionalidad para el turismo.

Asimismo, se instalaron barreras de contención de arena y se progresó en la erradicación de especies de plantas foráneas, las cuales fueron suprimidas en una superficie que superó los 20 000 metros cuadrados.

Turismo Sostenible: Un Enfoque Responsable

A partir del año 2022, el Ciba, junto a otras entidades científicas en Cuba, como el Instituto de Geofísica y Astronomía en La Habana y el Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey (Cimac), está llevando a cabo un proyecto para mejorar la restauración de los sistemas dunares. Esto se logra mediante la aplicación de estrategias que permitan adaptarse al cambio climático.

La propuesta diseñada para los años 2022 a 2024 se enfoca en la labor realizada en cuatro franjas costeras de 100 metros cada una, localizadas en las playas de Pilar, Las Coloradas, Larga y El Norte.

Javier González García, quien es subdirector de Investigaciones en el Ciba, explicó que los lugares en cuestión han sido meticulosamente estudiados y analizados. Esto incluye una evaluación completa del uso de los recursos naturales disponibles, lo que nos ha permitido establecer las bases necesarias para el cultivo de plantas autóctonas.

Se transformó un vivero sencillo del Ciba en un terreno experimental para probar y crear distintas especies autóctonas, utilizando la tecnología de tubetes y técnicas agroecológicas, en los montículos de arena especificados.

La realización exitosa de experimentos ha posibilitado mejorar la situación de los ecosistemas en cuestión. Se han logrado sembrar más de 2000 plantas autóctonas, principalmente en las dunas de la popular playa de Playa Pilar, ubicada en Cayo Guillermo.

En ese lugar concreto se encuentran las dunas de mayor altura en el Caribe insular (que alcanzan los 15 metros sobre el nivel del mar). Desde el año 2020, han sido designadas como zona protegida con la categoría de Elemento Natual Destacado.

A medida que progrese el proyecto, se están analizando la manera de sembrar y la densidad de plantación con el objetivo de asegurar el éxito de la iniciativa de reforestación, así como de las proyectadas en las demás zonas de baño incluidas en el plan.

González García mencionó que se pretenden alcanzar objetivos adicionales, tales como idear un enfoque metodológico para examinar el peligro, la vulnerabilidad y el riesgo en ecosistemas dunares.

En pos de una acción en favor del ambiente, los líderes y empleados del sector turístico recibirán formación en cuanto a la gestión de la ribera marítima.

El proyecto internacional de Turismo Sostenible, también conocido como Incorporando la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático en el desarrollo sostenible del turismo en Cuba, se une a los esfuerzos mencionados anteriormente. Este proyecto se centra en dos sitios de intervención directa en Cuba, uno de los cuales es Jardines del Rey.

Dentro de los objetivos de ese proyecto mundial se encuentra la mejora del sistema legal y jurídico para impulsar la incorporación de la sostenibilidad en los planes, programas y estrategias del sector, con el fin de fortalecerlo.

Dentro de las metas se incluirá mejorar la productividad energética y aplicar innovadoras opciones tecnológicas en locaciones hoteleras. Además, se pretende crear productos y servicios amigables con el medio ambiente, que motiven el aprovechamiento respetuoso de los ambientes naturales y culturales, y difundan los principios del lugar turístico y de la identidad del país mediante la travesía turística.

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