Más allá de las rejas: historias de resiliencia

12 días atrás
Resiliencia

El año pasado visité la prisión de Santiago Vázquez, también conocida como ex Comcar, que alberga a 15.000 personas en Uruguay. Junto a un grupo de funcionarios, organizaciones y ONGs, recorrimos varias instalaciones, incluyendo el Polo Industrial, donde se encuentran algunos de los reclusos en situación de preegreso. Muchos de ellos me comentaron que este lugar, al que todos quieren llegar, era como Disneylandia en comparación con el resto de la prisión.

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Foto El Observador

La comitiva estaba compuesta por grupos que buscan ayudar a los departamentos del Interior y Desarrollo Social (Mides) a crear un ambiente que impida el retorno de los excarcelados a prisión.

En el Polo Industrial se llevan a cabo diversas labores como la carpintería, la herrería, la panificación, la creación de bloques artesanales, la confección de tejidos y otras actividades que les ocupan el tiempo y les proporcionan una habilidad que les puede ser útil para buscar trabajo. Este lugar les brinda la oportunidad de estar especializados en un oficio, lo cual puede ayudarles a reintegrarse a la sociedad en un futuro.

El número sigue siendo impactante a pesar de su frecuencia: diariamente, 29 personas ingresan en las prisiones del Uruguay, mientras que solo 26 salen. Es una tendencia que se acelera en exceso, especialmente porque más del 70% de los reos reinciden principalmente por falta de empleo. En este sentido, la Dirección Nacional de Liberados (Dinali), aunque cuenta con buena voluntad, se enfrenta a serios obstáculos en términos de recursos económicos, personal y espacio para poder acoger a la enorme población que regresa a la sociedad cada mes.

En 2021, el ministro Martín Lema logró trasladar la Dinali al Mides en colaboración con el Ministerio del Interior y el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). Este cambio marca el inicio de una nueva era con el objetivo de modificar la implementación de políticas pospenitenciarias. La apertura de una oficina territorial del Mides en el ex Comcar, que fue anunciada anteriormente por Pablo Bartol, es una gran concreción que comienza a mostrar sus primeras señales de éxito con mucho esfuerzo.

Durante mi visita, tuve la oportunidad de charlar con varios presos quienes compartieron sus sueños para cuando salgan. Además, me expresaron su preocupación por fracasar y la incertidumbre de cómo conseguir empleo al salir de la cárcel. Hasta el día de hoy, recuerdo con claridad la conversación con uno de ellos, llamado Facundo, quien amablemente me ofreció un mate.

Este individuo ingresó a la prisión con apenas 18 años y ahora ronda los 30 y pocos. Estima que solo le quedan seis meses para salir. Durante su estancia en la cárcel, estudió hasta tercer año de liceo y ahora, en el Polo Industrial, se está esforzando por portarse bien para evitar regresar al "infierno" de otros módulos donde la violencia y el hacinamiento son moneda corriente. Su condena se debe a un homicidio.

Me dijo que cuando era joven.

Para poner una referencia temporal, es importante destacar que Facundo fue encarcelado antes de la creación de WhatsApp. Mientras se encontraba dentro de la prisión, sentía gran curiosidad por lo que sucedería en el mundo exterior una vez que fuera liberado. De hecho, recuerdo sus palabras exactas cuando me dijo que solo había salido una vez durante su encarcelamiento. Esta única vez fue debido a un apuñalamiento que sufrió, lo que lo llevó a estar en estado grave en el Hospital de Clínicas, posiblemente en la unidad de Cuidados Intensivos.

Su única conexión era su madre, pero no podía vivir con ella de nuevo debido a que no había espacio para él en su habitación. Él no tenía nada más en el mundo real. Los amigos del pasado no estaban en su vida.

No estoy seguro si a los seis meses de esa conversación, logró mantener su comportamiento apropiado o no. Tampoco sé si encontró algún sitio donde vivir, fuera de la habitación donde residía con su madre. Puede que ahora sea uno de esos cuidadores de coches que obtienen dinero para sobrevivir en el centro. Aunque nunca lo sabré, espero que haya alcanzado sus metas.

El martes 23 de la Red Oportunidades, el Mides exhibió en el Teatro Movie del Montevideo Shopping el documental titulado "Sentir. Uruguay libre de prejuicios. Historias que buscan superarse", con la colaboración de la Dinali.

Cuenta de manera directa cómo cuatro individuos que fueron excarcelados hallaron el camino hacia el éxito gracias a la práctica deportiva, la religión y el empleo. La productora Kubrick Media fue quien se encargó de llevar a cabo este proyecto, el cual surgió a raíz de una idea propuesta por la agencia Soul, perteneciente a la Red Oportunidades.

La producción del proyecto recibió financiamiento de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), mientras que su difusión fue posible gracias al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

La película narra las vivencias de cuatro hombres que sufrieron traumas en su infancia y acabaron adentrándose en el mundo del crimen. Los protagonistas son Gabriel, Víctor, Diego y Julio, uruguayos que tuvieron que enfrentarse a momentos difíciles y que supieron superarlos con valentía. La trama presenta sus caídas y sus victorias en el camino hacia la recuperación y la rehabilitación.

Hubo quienes cometieron homicidios, hurtos o traficaron sustancias ilegales, y como resultado, debieron cumplir condenas en las prisiones más crueles de Uruguay. Allí, no solo lucharon por sobrevivir sino también por regenerarse. Sus testimonios son conmovedores, desoladores y solitarios, y en la película -disculpen el adelanto- tienen un desenlace positivo.

La intención del documental es propiciar una modificación en la cultura al crear conciencia en la ciudadanía acerca de los liberados. El objetivo es que la sociedad sea capaz de observar al individuo que ha estado en prisión desde una perspectiva distinta y comprender que, si no se les brindan opciones para reinsertarse, les queda como única salida regresar a la cárcel mediante la llamada puerta giratoria.

La acción llevada a cabo por el Ministerio de Desarrollo Social de presentar una película puede parecer extraña, incluso fuera de lo común en cuanto a la implementación de políticas públicas. Sin embargo, es precisamente esa singularidad lo que la convierte en una alternativa necesaria para abordar la problemática de las prisiones uruguayas desde perspectivas diferentes.

Espero que la película provoque un fuerte debate a nivel nacional y que ayude a concienciar a quienes tienen que actuar, para abordar este problema con determinación e implementar políticas públicas mucho más efectivas. Es necesario que la sociedad y los empresarios comprendan de una vez por todas que urge desactivar los focos de conflicto social que representan las cárceles en Uruguay.

Ocuparse de la creación de empleos es una medida clave para resolver la situación.

El Mides se está enfocando en la implementación de nuevas iniciativas a favor de personas que salen de prisión para brindarles atención, apoyo, contención y guía. Algunas de estas iniciativas son la Red Oportunidades, el Proyecto de Inclusión Asistida (PIA) y la creación del Espacio de Capacitación y Oportunidades Sociolaborales (ECOS).

En este contexto, la película tendría que motivar un debate público esencial y apremiante para que individuos que están en libertad y deseosos de transformación puedan conectarse con una comunidad que los acoja y les ofrezca opciones realistas.

Es evidente que una sola película no es suficiente, sin embargo, es el inicio de las cosas.

En relación al tema del cine, me gustaría compartir las palabras de Enzo Vogrincic, actor de la película La Sociedad de la Nieve, quien recientemente recibió el premio Platino al mejor actor masculino de reparto. En su discurso, el actor de 31 años originario de Uruguay expresó: "Vengo de un país pequeño con pocas oportunidades y de un barrio con aún menos oportunidades. Cuando alguien te brinda una oportunidad, realmente marca una gran diferencia en la vida de uno. Agradezco a todas las personas que en algún momento me han dado una oportunidad en la vida". Hoy en día, Enzo es una fuente de admiración y orgullo para Uruguay.

Un intérprete originario de la Gruta de Lourdes, una zona sumamente pobre de Montevideo, destacado a nivel mundial; una cinta que refleja cuatro situaciones aisladas de victoria: todo dentro del territorio que se enfrenta a la gran tarea de brindar opciones a los uruguayos que salen de prisión.

Al concluir el día y la dura realidad nos invade, nuestra única alternativa es tener confianza en la posibilidad de transformarla. Los cuatro casos que se muestran en el documental son demostraciones precisas de este hecho, brindando una chispa de esperanza que nos hace recordar que aún en las peores situaciones, siempre hay la posibilidad de modificar nuestro sino. Esta confianza es fundamental para continuar adelante.

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