Amistosos para envidiar

Amistosos

Siento celos al ver los resúmenes de los partidos más destacados de la fecha FIFA. Envidio el golazo de volea que Colombia le marcó a España (0-1), gracias a una jugada impresionante de Luis Díaz y un remate espectacular de Daniel Muñoz. También envidio la furiosa precipitación que llevó a Alemania a vencer a Francia (0-2) en su propia casa, desde los primeros 7 segundos del partido. Además, envidio la elegancia demostrada por los nuevos talentos chilenos, quienes bajo el mando de Gareca como entrenador, lograron una victoria contundente sobre Albania (0-3). Finalmente, siento celos por el impresionante gol de Endrick en el debut de Dorival Júnior como entrenador de Brasil, que llevó a la victoria contra Inglaterra en Wembley (0-1).

Podría seguir comentando sobre mi envidia hacia los fanáticos del fútbol, pero prefiero no desanimarme tan pronto. En su lugar, me enfocaré en el otro lado de la envidia: el enojo previsible ante la derrota de Bolivia, que se veía venir, liderada por el entrenador Zago ante la selección menos esperada de Argelia. En su primer partido amistoso de la fecha FIFA, Bolivia perdió 3-2 el viernes en el estadio Nelson Mandela de Argel. En el primer tiempo, jugaron de manera lamentable, agravado por la falta de interés del equipo local. Solo Viscarra se destacó en el equipo titular en la primera mitad, salvando goles y sin poder evitar el primer gol que dio la ventaja a los norteafricanos al final de la primera etapa.

La segunda mitad del partido comenzó con un ritmo diferente, favorable sorpresivamente para los bolivianos. El jugador Jusino, a pesar de haber sido fuertemente golpeado, logró despejar la pelota con su cabeza, y esta llegó a Algarañaz debido a un error en la defensa. Algarañaz demostró su habilidad al definir haciendo el gol en el ángulo superior derecho del arco del portero argelino. Los jugadores liderados por Petkovic reaccionaron con desesperación y sin planificación, lo que fue aprovechado por los visitantes, quienes estuvieron cerca de anotar varios goles. Sin embargo, gracias a una jugada de pelota parada ejecutada con precisión por el jugador Vaca, Reinoso y Sagredo pudieron aprovechar el rebote del arquero y meter la pelota en el arco.

Increíblemente, Bolivia estaba ganando a un equipo que se consideraba superior en teoría. Además, lo hacía justamente. No obstante, todos sabemos que las victorias del fútbol nacional suelen ser muy efímeras. La presión del equipo argelino pudo aprovechar el desorden defensivo boliviano para conseguir la victoria. Un mal fallo del defensa Haquín en una jugada peligrosa, y una deficiente actuación del portero Viscarra en un balón aéreo, facilitaron la remontada del equipo rival liderado por el compatriota Camus.

En menos de 15 minutos, la emoción de los primeros 20 se esfumó. Es una situación común en la que parecemos no aprender la lección: nuestros jugadores volvieron a decepcionarnos. Aunque se percibieron algunas mejoras y se plantearon ideas de juego, no fueron suficientes para generar esperanza. Lo único cierto es que perdimos una vez más. Este lunes tenemos un partido contra Andorra, un equipo presumiblemente inferior. ¿Nos darán nuestros jugadores algo más que motivos para envidiar a los demás?

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