El pueblo más bonito al que viajar este mayo está en Girona

13 días atrás
Girona

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Besalú cuenta con una entrada impresionante, como sacada de un cuento. Se trata del puente románico del siglo XI, que se eleva hacia una torre fortificada de planta hexagonal situada en el centro de sus 105 metros de longitud. Este puente fue reconstruido por orden de Jaime II de Aragón, luego de sufrir daños por una riada, y ha sido objeto de reparaciones a lo largo de los años. Después de sufrir daños por la Guerra Civil y las crecidas del rio Fluvià, el arquitecto Pons Sorolla se encargó de restaurar esta joya histórica. El puente cuenta con siete arcos y es un verdadero tesoro arquitectónico.

Besalú ostenta el título de Conjunto Histórico Nacional desde 1966. En su interior alberga una de las juderías mejor conservadas del siglo XII en España, así como gemas del arte románico que datan del mismo siglo: la Iglesia de Sant Vicenç, el Monasterio de Sant Pere, la Antigua Iglesia-Hospital de Sant Julià y la Casa de Cornellà. Al cruzar el puente, nos adentramos en calles empedradas, nos resguardamos bajo soportales y atravesamos arcos que nos descubren otros atractivos de esta localidad histórica.

Los monumentos exhiben una arquitectura espléndida que demuestra la relevancia histórica y estratégica que solía tener esta zona fronteriza en el pasado.

ANTIGUO "Tesoro Antiguo Encontrado En Un Barrio Judío"

Junto con la fundación de la ciudad, un grupo de alrededor de veinte familias judías se establecieron también en ella. Estas familias gozaron de ciertos privilegios debido a sus roles profesionales, como médicos, comerciantes, o prestamistas, lo cual les permitió construir su propia sinagoga en el año 1264. Aunque sólo quedan los restos de las paredes de la sinagoga en el lugar del miqvé, este baño ritual judío fue descubierto en 1964 durante una excavación. Es el primer ejemplo restante de un baño de purificación de la época medieval (siglo XI-XII) en España, y el tercero en Europa.

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Un conjunto de edificios comprende una cripta románica con techumbre abovedada y una piscina rectangular de agua fluvial para la purificación de hombres y mujeres, así como de objetos. Además, en los demás barrios judíos se pueden apreciar inscripciones grabadas sobre las puertas, marcos de las mismas en los que se colocaba el rollo de la Torá y también calles que conducen hasta edificios como la popular Cúria Reial, hogar de cristianos, judíos y hasta siervos del Rey.

Albert Sastregener y Cristina Torrent se encontraron siendo jóvenes menores de veinte años y después se aventuraron en el mundo culinario, lo cual ha hecho que experimenten continuamente la felicidad.

En la cima del Casco Histórico, la Iglesia de Santa Maria de Besalú - previamente colegiata y templo del castillo - domina con su cabecera y transepto. Desde aquí, las callejuelas atraviesan la judería y llevan a otras partes del centro histórico. A pesar de su nombre, la Plaza de la Libertad (o Plaza Mayor) es más pequeña que la Plaza de Prat de Sant Pere, que se encuentra cerca.

La calle tiene soportales que esconden varias tiendas, cafeterías, la Casa de la Vila y el antiguo Palacio de la Curia, el cual se construyó en el siglo XIII y tiene un exterior impresionante, mientras que en su interior se ha creado un centro cultural. Si continúas por la Calle Mayor, llegas a la Iglesia de Sant Vicenç, que data del siglo XII y es un ejemplo de arquitectura románica. La iglesia era un importante destino de peregrinación debido a la reliquia sagrada que guarda en su interior, un trozo de la Vera Cruz. Debido al gran flujo de personas, los condes de la ciudad crearon el antiguo hospital de Sant Julià para brindar atención a los enfermos.

Aparte de explorar una fortaleza que destaca por su impresionante paisaje y su celebrado festival anual, el complejo también cuenta con un monasterio y está situado en las proximidades de la Bodega y el Resort Perelada.

Monasterio Sant Pere: Símbolo Religioso

Al llegar a la Plaza del Prat de Sant Pere, se encuentra el corazón de la ciudad, repleta de tiendas y construcciones históricas, siendo el lugar ideal para disfrutar de una bebida mientras se admira la belleza del románico. Definitivamente, lo más impresionante es el Monasterio de Sant Pere, creado por el conde-obispo Miró III Bonfill en el año 977, que domina la zona. A pesar de su aspecto exterior modesto, donde solo se pueden observar algunas representaciones animales de la Iglesia, el bien y el mal, es imposible imaginar lo que se encuentra en su interior.

En su establecimiento, las reliquias de los Santos Mártires Feliciano y Primo llegaron de Francia. En el año 1003, el monasterio fue dedicado y su patrimonio aumentó con el tiempo. La iglesia de tres naves, con un ábside semicircular con girola, que es típico de los sitios sagrados, y un deambulatorio, que es poco común en estos estilos de templos, se mantiene aún hoy en día.

El espacio estaba dividido del área del sacerdote por pilares, con el propósito de preservar la solemnidad de las ceremonias religiosas y no interferir con los visitantes del hospital, ubicado detrás del monasterio y administrado por éste. El monasterio había sido afectado por distintos eventos históricos como la Guerra de los Segadores, la Revolución Francesa y la Guerra de la Independencia, donde éste fue convertido en un cuartel y la estructura del claustro fue demolida, causando un grave deterioro en el edificio.

La Antigua Iglesia-Hospital de Sant Julià, que en el pasado fue desamortizada y posteriormente reutilizada como iglesia, tuvo un uso diferente durante la Guerra Civil: sirvió como polvorín militar. Durante aquel tiempo, las bombas se camuflaban en las columnas de la estructura para no ser encontradas por el enemigo. En la actualidad, esta iglesia-hospital solo conserva su fachada románica original del siglo XII, perteneciente a los monjes. La portada, que cuenta con seis arcos y cuatro capiteles con figuras de animales, esconde un centro sociocultural.

Del Arte Románico Al Espectáculo Circense

Al lado del Monasterio de Sant Pere se encuentra la Casa Cornellà, un ejemplo de arquitectura civil románica del siglo XII que se puede visitar para conocer cómo vivía una familia en la Edad Media. Junto a ella, hay un edificio que contrasta con la estética del pueblo medieval. Antiguamente, fue hogar del Museo de las Miniaturas, pero ahora es el Museo del Circo, el primero de su tipo en Europa. El museo, con colores llamativos, alberga la historia de 250 años del circo en 1.500 metros cuadrados en las tres plantas de la antigua Casa Abacial del monasterio benedictino.

Inicio coleccionando desde artículos pequeños como postales e historias de periódicos de gran relevancia histórica, hasta el objeto más grande que posee es un modelo a escala, con un área de 50 metros cuadrados del Gigante Aleman -circo Gleich. En conjunto, estas piezas nutren una colección de aproximadamente 60,000 elementos que fueron recopilados por el fundador Genis Matabosch, quien junto a ellos ha visitado destinos alrededor del mundo, presentando al público artistas como acróbatas, magos, malabaristas y trapecistas.

La imagen más destacada de la belleza de Besalú es la del puente con su pueblo en segundo plano. Sin embargo, no estaría mal dar un paseo por el río Fluvià para apreciar los siete arcos del puente y su torre, además de descubrir la belleza natural que rodea a Besalú. El Anillo Verde, que rodea la localidad, ofrece áreas al aire libre para caminar o andar en bicicleta, donde se pueden encontrar molinos de harina antiguos, huertos y jardines.

Si deseas tener una nueva perspectiva del pueblo, podrías probar algunos de los manjares locales, aunque no se trate de una atracción visual. Uno de estos es el licor de Ratafia, que es común en muchos pueblos de Cataluña y tiene su propia feria en Besalú. También podrías disfrutar de la miel de La Garrotxa, los quesos y embutidos que se elaboran con materias primas de la región, e incluso degustar chocolates y magdalenas como las tradicionales de Cal Tuset, que hacen que se te haga agua la boca. Además, si eso no es suficiente, los restaurantes como Cúria Reial o el Restaurant Pont Vell harán las delicias de tu paladar.

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