Estos son los tratamientos del síndrome de Guillain-Barré, enfermedad ligada al COVID-19 que causó un brote en Tlaxcala

Sindrome de Guillain barre

Hasta el 2 de marzo, se ha comprobado por la Secretaría de Salud del Estado de Tlaxcala la identificación de 18 casos del síndrome de Guillain-Barré. Este padecimiento neurológico, que presenta una disminución de la fuerza muscular y en algunos casos parálisis, ha generado inquietud entre los profesionales de la salud y la población en general.

Una condición médica causa que el sistema inmunológico del cuerpo ataque equivocadamente los nervios periféricos, lo cual resulta en una variedad de síntomas que pueden variar desde debilidad leve hasta complicaciones graves. Aunque la causa exacta no se conoce, se cree que esta condición suele aparecer después de infecciones virales o bacterianas. Los expertos de la salud en Tlaxcala están investigando estos casos para comprender mejor las causas de esta enfermedad, cuya probabilidad de desarrollo aumenta después de padecer Covid-19.

Un grupo de neurólogos de diferentes países ha elaborado una guía de consenso para mejorar el tratamiento y diagnóstico del Síndrome de Guillain-Barré (SGB), ya que no existe una orientación clínica global. Esta enfermedad es difícil de diagnosticar ya que cada paciente tiene diferentes síntomas y análisis de pronóstico, por lo que ha resultado extremadamente desafiante durante brotes de enfermedades infecciosas como la epidemia del virus Zika. Los resultados de este estudio se publicaron en la revista Nature.

Una revisión sistemática reciente ha encontrado una posible relación entre el COVID-19 y el Síndrome de Guillain-Barré. Esta condición afecta principalmente a hombres mayores de 61 años.

Los signos más frecuentes de COVID-19 en este tipo de casos fueron fiebre, tos y problemas respiratorios, mientras que los síntomas principales de SGB incluyeron debilidad muscular, disminución de los reflejos, parálisis facial, sensación de adormecimiento y hormigueo. Además, según un estudio publicado en la revista Brain, Behavior, & Immunity - Health, los tratamientos implementados para combatir COVID-19 y SGB se enfocaron en la administración de hidroxicloroquina y/o antibióticos para el primer caso y en la aplicación de inmunoglobulinas por vía intravenosa (IVIG) para el segundo caso.

Recientes estudios han encontrado una conexiòn importante entre el virus SARS-CoV-2 y el Síndrome de Guillain-Barré (SGB). Hay evidencia que sugiere que la infección por el coronavirus podría desencadenar esta complicación neurológica. Estos análisis resaltan la importancia de seguir investigando para establecer una relación más consolidada entre estas condiciones de salud. Los resultados preliminares demuestran que el SGB después de COVID-19 puede manifestarse en personas mayores con síntomas más graves y afectaciones.

La revisión de estudios indica que hay una gran variación en los casos de SGB después de la emergencia sanitaria mundial, donde los síntomas son más graves y hay una mayor involucración de los nervios craneales. Esta revisión se ha publicado en la versión en inglés de Neurología.

Aunque no existe una cura completamente efectiva para el síndrome de Guillain-Barré, la Mayo Clinic ha mencionado que existen alternativas terapéuticas, tales como la plasmaféresis y la terapia con inmunoglobulina, que pueden contribuir significativamente a la recuperación y reducción de la intensidad de esta coyuntura. Estos cuidados tienen como objetivo disminuir el efecto del ataque del sistema inmunológico hacia el sistema nervioso periférico, peculiar de esta enfermedad.

La técnica de plasmaféresis conlleva la separación del plasma de las células sanguíneas, las cuales luego se reincorporan para la producción de nuevo plasma. Este procedimiento podría eliminar los anticuerpos dañinos y mejorar la salud del paciente. Por otro lado, al administrar inmunoglobulinas por vía intravenosa, se suministran anticuerpos saludables obtenidos de donantes, que actúan directamente sobre los anticuerpos negativos presentes en pacientes afectados.

De acuerdo con la Guía de Referencia Rápida del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se recomienda aplicar la terapia de inmunoglobulina durante los primeros cinco días luego de que se presenten los síntomas, aunque también se podría tomar en cuenta su uso hasta cuatro semanas después del inicio de los síntomas neuropáticos.

Cuando no se cuente con la inmunoglobulina intravenosa, el IMSS sugiere como opción preferible la plasmaféresis a quienes hayan sido diagnosticados con el síndrome. Es fundamental elegir e iniciar estas intervenciones de forma temprana para lograr una recuperación completa y ágil. Los especialistas sanitarios subrayan la importancia de detectar y tratar el síndrome de manera precoz como la mejor estrategia para contrarrestar sus consecuencias negativas.

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