Salma Luévano celebra la prohibición de las terapias de conversión: “un día histórico”
El viernes 22 de marzo, el Congreso de la Unión votó a favor de una prohibición de los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (Ecosig), frecuentemente conocidos como terapias de conversión. Esto provocó reacciones positivas y de apoyo inmediato por parte de la comunidad LGBTQ+ y de algunos miembros del Poder Legislativo, como la diputada Salma Luévano, quien describió la acción como un día histórico.
La legisladora de Morena publicó en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) un video donde anunciaba que, con 267 votos a favor, 104 en contra y 33 abstenciones, se prohibía oficialmente una práctica específica. Consideró que este día era histórico, tanto para México como para la comunidad LGBTQ+.
La parlamentaria del partido Morena destacó que el grupo completo, conformado por miembros tanto de la izquierda como del centro-izquierda, es decir, los representantes de partidos como el Partido Verde Ecologista de México, Partido del Trabajo, Partido de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano y Morena, votaron a favor de la propuesta.
Los intentos de modificar la orientación sexual y la identidad de género, también conocidos como terapias de conversión, buscan transformar la orientación sexual de un individuo mediante diferentes métodos, como terapias psicológicas, psiquiátricas, religiosas, charlas académicas, entre otros, con el objetivo de que finalmente la persona se identifique como heterosexual.
Las técnicas de conversión que se presentan como una cura para la homosexualidad o la transexualidad, han sido invalidadas por la comunidad médica. Históricamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de su lista de Enfermedades en 1990.
Unos cuantos años pasaron y en el 2018 se llevó a cabo una iniciativa similar que buscaba eliminar la transexualidad de la clasificación de enfermedades mentales. Todo esto fue con el propósito de impulsar una sociedad más abierta y comprensiva hacia la comunidad LGBTQ+.
Después de las reformas legales implementadas en México, que la diputada transgénero celebró, ahora se castigará a quienes practiquen, obliguen o enseñen con la intención de corregir la orientación sexual de otros.
Se discute acerca de las sanciones, que oscilan entre dos y seis años de encarcelamiento, sumado a una penalización de mil a dos mil veces el valor diario establecido por la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
María Clemente García, que también es diputada, intentó clausurar la Cámara de Diputados el 20 de marzo para destacar el retraso en el debate de una iniciativa legislativa crucial.
La actitud de Clemente García no solo demostró el estancamiento de la discusión legislativa, sino que también hizo evidentes las tensiones internas en el poder legislativo en relación con los temas de derechos humanos y minorías. La propuesta en cuestión tiene como objetivo crear una normativa que proteja a las personas de cualquier intento de cambiar su orientación sexual o identidad de género, utilizando técnicas desacreditadas y condenadas por organizaciones defensoras de los derechos humanos en todo el mundo.
Es importante señalar que Clemente fue una de las personas que inmediatamente celebró la prohibición de estas prácticas.
